tag:blogger.com,1999:blog-58310235707552482942024-03-05T10:08:37.563-03:00Básico y furiosoDedicado a mis amigos, quienes cual brutales y deformadas musas hesiódicas, saben decir mentiras que parecen verdades; pero también, cuando quieren, pueden proclamar verdades.Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comBlogger95125truetag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-89181526840105591282013-04-30T13:21:00.000-03:002013-05-01T14:33:31.011-03:00LOGONAUTAS<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4zI0S7QIQRL5YJSeUqJOuvSkabFTYG3Lv_19n28U1BzGAMJYNHmWBa3Jo8xgmFx38_2vyX5zjIOdGy0WTLW0ENcXDt8BGHfNJzH_XL7DIR-NGvQMd2LUeMxKQ9hBGh9t7l9M5hPU66tw/s1600/Logonautas.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="300" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4zI0S7QIQRL5YJSeUqJOuvSkabFTYG3Lv_19n28U1BzGAMJYNHmWBa3Jo8xgmFx38_2vyX5zjIOdGy0WTLW0ENcXDt8BGHfNJzH_XL7DIR-NGvQMd2LUeMxKQ9hBGh9t7l9M5hPU66tw/s400/Logonautas.jpg" width="400" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">En una guardia a cuyo frente se encontraba un médico dedicado y “benévolo” había un letrero en la puerta del despacho de este doctor que decía: “Consultorio del doctor. Por favor golpee”. El médico se vio llevado a la desesperación, y finalmente a capitular, por un paciente sumamente obediente, que jamás dejaba de golpear cuando pasaba delante de la puerta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> Gregory Bateson</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Usted, doctor, se ajusta al pensamiento plenaórico, que es de las matemáticas, y eso le impide coteborizar lo que intento decirle.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Oh, no, yo no me ajusto a plenaoria alguna. Precisamente, si eso hiciera, acotaria las tangentes coteborizantes a esquemas que no seria capaz de entender, y sin embargo lo hago –respondió el doctor, adentrándose en el juego que el paciente proponía, intentando efectuar lo que en teoría había aprendido como “doble vínculo terapéutico”, que indicaba exacerbar la psicosis en el sentido que el sujeto propiciaba, con la finalidad de alcanzar cotas de absurdo que acabaran con ese caprichoso ardid semantico, con el cual pretendía exorbitar los contextos culturales comunes. Si bien era conciente de que tales manejos del idioma -rígidamente afirmados en estructuras tan básicas que devienen inconcientes- eran propios de un síndrome bastante frecuente en este tipo de patologías, había elementos en aquel individuo que lo distinguían en un sentido por demás interesante en términos profesionales, mas algo inquietantes en cuanto a la puesta en evidencia de factores que colisionaban con el sentido común, y más aún, con </span><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">premisas elementales del pensamiento ajustado al método propio de la ciencia. Del trato cotidiano con él había creído observar que, cuando el detritus significante entre tanta palabra inventada espontáneamente le sugería alguna idea mas o menos concreta, esta comportaba una suerte de anticipación visionaria. De hecho, el doctor llegó a pensar que, de desentrañar más o menos fidedignamente los crípticos mensajes que el extraño neologista emitía, obtendría información respecto de eventos que seguramente iban a ocurrir en un futuro cercano.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Por cierto, no lo había comentado con nadie, por cuanto el derrotero lógico de las conclusiones apuntaría a que lo asimilaran a él mismo a los psicóticos, en esa presunción tan usual que supone que el contacto diario con enajenados termina por desestabilizar la psiquis del terapeuta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Por otra parte, debía estar alerta si pretendía caminar por aquel angosto desfiladero entre contextos de interpretación común y otros de comportamiento aleatorio, sujetos a tropismos cuya interrelación caprichosa generaba estructuras inestables. Máxime teniendo en cuenta que esas caóticas composiciones, en este caso, parecían despertar facultades difíciles de procesar desde nuestro statu quo cultural.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Usted dice solo quemites para que yo me anzurre. No esta funcomitando correctamente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Funcomitando? –Preguntó, saliéndose por un momento de la pauta, por cuanto tal forma verbal parecía guardar una relación mas apropiada con el supuesto significante.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Funcomitando, si. Usted sabe –respondió, como si de alguna extraña manera diera un paso en dirección a una comprensión mutua mas ajustada a canones, como respondiendo a la actitud asumida por el doctor. Y añadió, fastidiado: -Haciendo funcionar las ruedas alrededor de un camino que ya conoce.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Depende de mí que avancemos?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Depende de usted que pueda funitrar como se debe; yo solo, sanatrego bastante bien.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Durante meses había tomado nota de las palabras inventadas, tratando de hallar un patrón, o al menos una minima recurrencia, sobre la cual comenzar a articular un ápice de relación coherente entre tales términos; pero había abandonado la confección de tal nomenclador por cuanto observó que las palabras jamás se repetían, ni una sola vez. Si existía un nexo relacional entre ellas, operaba en niveles lógicos inasequibles para él; y consideró que, siendo así, era mas probable que hallara algún sentido profundo si accedía a un hilo conductor en forma espontánea, intuitiva, dejando al extraño flujo lingüístico actuar libremente sobre él.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Todo esto es sanargósico. Estoy cansado de estrupilenos. Y usted, doctor, haría bien en no altraconizarse de limbusparsis. Están en su propia casa, y lo induflenigezarán ni bien se descuide. Ahora, déjeme plenipensar. Estaré nadando en la argofasia cuando lo vea arribar a usted, escatomorfo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Andrajoso y ligeramente maloliente, el neologista se incorporó y abandonó el consultorio. A través de los vidrios sucios lo vio marcharse, con paso cansino, por los oscuros pasillos del hospital. “Están en su propia casa, y lo induflenigezarán ni bien se descuide”, había dicho, con esa característica sentenciosa que parecía adoptar su expresión cuando asumía aires oraculares. Al margen de las incógnitas, casi absolutamente imposibles de despejar, la formulación había ostentado un fuerte tono de advertencia. Dos puntuales interrogantes lo alejaban de la interpretación taxativa. Uno: ¿quienes estaban en su casa? ¿Se refería a su mujer y a su hijo, a ocasionales visitantes, o a fantasmas o algo por el estilo? Y el otro: ¿Que corno habría querido decir con induflenigezarán? Tomo el comprimido que utilizaba para establecer la estática cerebral óptima en función de lucubraciones abstractas y esperó unos minutos que se metabolizara lo suficiente para ayudarlo en ese trance.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">No bien comenzó a abstraerse en secuencias de patrones formales cada vez mas abarcantes, el ejercicio se convirtió en una especie de búsqueda clave, de frente a un episodio que podía dar un vuelco absoluto a su vida. Eso sintió, con la certeza propia de quien esta aproximándose a una revelación trascendental. Sin embargo, unos leves pruritos, referidos a la cruenta pérdida de resguardos que parecía estar experimentando, lo alertaron en el sentido de que podía estar metiéndose en una corriente </span><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">de cuyo flujo le costaría salir, y ello si aún podía hacerlo. Pero la inminencia de la resolución del dilema que separaba los contextos psicóticos de otros validados por convencionalismos lo llevó a internarse aún mas; la pasión que lo había impulsado a abrazar esa profesión se renovó con energía inusitada. En un momento supo que el lenguaje era básicamente algebraico, que no importaban las palabras sino la relación entre las mismas; entendió por qué solían asimilarse estos estados a metáforas de iluminación, y un abismo se abrió en su mente. Un abismo tal que los diques cedieron estrepitosamente, y de golpe pudo comprender cada una de las lógicas que habían empleado todos los pacientes que había intentado en vano asistir, a lo largo de su carrera.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Pero un factor de su vida -uno sólo que eran dos-, lo había alejado durante todo ese tiempo de la síntesis esclarecedora a la que acababa de arribar. Salió corriendo del hospital, subió a su auto, manejo enloquecidamente, tergiversando toda señal de tránsito, semáforos, gestos e insultos de los estupefactos conductores. En la esquina de su casa chocó violentamente contra otro vehículo, y se lastimó la frente. Sangrando, hizo caso omiso de los improperios y exigencias del damnificado y caminó resueltamente hacia su casa. Su mujer e hijo, advertidos por el ruido del choque, habían salido a la calle y corrían a su encuentro, alarmados.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Que pasó, por dios, estás bien? –Dijo uno de ellos, pero el doctor no entendió lo que decía ni supo cuál de ellos le había hablado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ustedes desbunfijaron mi stratus –fue su respuesta, formulada mientras los señalaba con índice acusador. Su mujer pensó que era efecto del golpe. Lo siguieron, intentando contenerlo, pero no había forma. El doctor entró en la cocina, tomó la cuchilla de tronchar y, presa de una furia ineluctable, partió la </span><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">cabeza de ambos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-La estringofrenia no es lo que fluctúa, doctor –dijo el neologista. –El problema son todos esos negofunticios hiperclibantes.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No olvides los disfunctios. Son capaces de obtruficar la sinanteria del avifunzor mas certofalante –respondió el doctor, desde la cama contigua. -Y ahora déjame en paz. Ciertamente los oligotracios son peores que los negofunticios en eso de descalibrar escolontes trascendentales. Así que tené cuidado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La noche, en tanto, caía sobre los lúgubres ventanales del pabellón.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">(Y ya que estamos, pensemos cuidadosamente si esta expresión final tiene más o menos fundamento empírico y/o sentido objetivo, que las que acaban de pronunciar nuestros amigos logonautas.)</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-23515194712493419392012-11-25T18:27:00.000-03:002012-11-25T18:27:16.860-03:00LA VIDA PARECIA HABER COMENZADO A SONREIRLE <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEit_pF0s2kat5aaVahr-IvCqpSUPYzfGCL76AQ7q8X6o6_a2JQfVVGZnGLeJfqeqi0wAhgMf-gL3Yivo-0yGDCMEFfPRt8j97i_yOwuQnVFylaFc9WpE8-P9SUtACrYqtd_Xtfk5sMMTMY/s1600/stem.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEit_pF0s2kat5aaVahr-IvCqpSUPYzfGCL76AQ7q8X6o6_a2JQfVVGZnGLeJfqeqi0wAhgMf-gL3Yivo-0yGDCMEFfPRt8j97i_yOwuQnVFylaFc9WpE8-P9SUtACrYqtd_Xtfk5sMMTMY/s400/stem.jpg" width="360" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Stern</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Aldo peinó unas cuantas líneas de cocaína sobre el vidrio de la mesa. Hacía dos días que estaba allí, encerrado, esnifando, bebiendo whisky, aprontándose para lo que iba a ser su golpe final, el retiro. Sólo tenía que pasar por el depósito de una empresa multinacional la noche anterior al día de pago. Había hecho toda la inteligencia previa con tenaz meticulosidad, ayudado por la sustancia, que lo mantenía despierto y alerta. De vez en cuando quedaba bañado en su propia transpiración, motivada por el abuso del tóxico. Mas el cierre glorioso que iba a dar a su vida criminal, le proporcionaría lo suficiente para retirarse a una playa paradisíaca, en la cual reponerse poco a poco de estos flagelos del vicio. Y la noche del atraco final había llegado. Volvió a comprobar su pistola, ansioso, sintiendo que cada segundo duraba horas. La dejó sobre la mesa. Allí también estaba el paquete con algo como trescientos mil dólares. Iba a dejar así como así esa pensión de mierda, esa vida de mierda, esa infancia de mierda llena de privaciones y vejámenes, de todo aquello que no quería recordar pero que había consumido casi toda su vida. Había llegado la hora del desquite.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Un auto se detuvo frente al edificio, y su inquietud y nerviosismo aguzados por la coca lo llevaron a incorporarse de un salto a mirar por la ventana. Se trataba de un taxi, que traía a la puta del cuarto frente al de él. Estaba muy buena, la guacha. Muy, pero muy buena. Venía con sus pantalones de cuero ajustados, sus tacones y una blusa colorinche, estilo hindú. Ufff, qué buena que estaba. Sintió casi inmediatamente una férrea erección, y la transpiración se volvió más profusa. La oyó subir con sus sensuales tacones por la escalera, y no pudo contenerse. Tomó la pistola y justo antes de que la rubia teñida -de hermosas facciones y gesto de hastío vital- alcanzara a cerrar la puerta, interpuso un pie y le apuntó a la cara. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué hacés, imbécil? -Preguntó ella, mientras Aldo la empujaba al interior y cerraba la puerta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No me digas imbécil -respondió con frialdad, justo antes de cruzarle la cara con el revés de su mano izquierda. Roxana -que así se llamaba- no tardó en sentir en su boca el gusto de la sangre.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué hacés, hijo de puta? Antes de que vuelvas a pegarme, aclaremos las cosas. ¿Qué pasa, tenés ganas de coger? Decilo y listo, querido. Me he bancado fulanos que ni te cuento. Dale, date el gusto; y si te agrada y me podés dejar unos pesos, mejor todavía.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Aldo la agarró, casi le arranca los pantalones, la puso con las manos sobre el sillón, buscó desde atrás la vagina con su miembro y la penetró a lo bestia. Su venganza contra el mundo estaba comenzando. Le encantaba poseer a la bella prostituta, someterla… la tomó de los gruesos cabellos teñidos y se esforzó en darle cada vez más fuerte. Ella parecía seguirlo en el deleite, y eso lo encabritó, al punto que tuvieron un orgasmo tremendo. Se dejaron caer sobre el sillón, exhaustos. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Tanto lío para eso? -Preguntó Roxana, con el ritmo respiratorio aún alterado. -Dejá ése arma, no hace falta. -Aldo no le hizo caso. -¿Acaso me tenés miedo? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Miedo? No, no te tengo miedo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Entonces dejá el arma.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vamos a mi cuarto. Tengo unos tragos y un poco de coca.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, vamos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La vida parecía comenzar a sonreírle, finalmente. Bebieron, se tomaron unas buenas líneas, volvieron a tener sexo… era la primer cosa buena que ocurría en la vida de Aldo. Y ya casi podría decirse que en la de Roxana también. Tanto intimaron que, finalmente, y con la pistola a mano, Aldo le contó sus planes. Lejos de horrorizarse, e incluso de sorprenderse, Roxana lo instó a hacerlo y le preguntó si necesitaba ayuda -a cambio de un porcentaje, claro-. Él redobló la apuesta, diciéndole que, por supuesto, no necesitaba ayuda para realizar el atraco, pero que podrían usufructuar juntos tanto el dinero que estaba allí, sobre la mesa, como el que recolectarían rato después. A ella le pareció óptimo, pero insistió en acompañarlo. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Fijate que no sería prudente volver por acá. Más vale damos el palo y nos las tomamos. En la ruta es más difícil que nos atrapen, y menos si no paramos hasta quién sabe dónde…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tenés razón. Yo termino hoy con la renta, así que no queda ese cabo suelto. ¿Y vos?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-A mi ya me amenazaron tres veces con dejarme en la calle por falta de pago, así que no te hagás problema. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Entonces, ya va siendo la hora. ¿Vas a preparar un bolso, o algo?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dame cinco minutos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo también tengo que acomodar algunas cosas. Que sean diez.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Luego de algunos kilómetros, en un barrio suburbano, se levantaba un importante edificio, una especie de corralón. Paró frente a la puerta, de la vereda de enfrente, a la sombra de un tilo que lo ocultaba bastante.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Cuidate -le dijo ella, amorosamente, mientras él preparaba su pistola.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Es pan comido. Vos quedate acá. Y mantené el motor en marcha.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Es lo que pienso hacer. Pero donde salga otro que no seas vos, arranco y me tomo el olivo, viste.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Quedate tranqui, voy y vuelvo -respondió, haciéndose el Humphrey Bogart.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Bajó del coche y rumbeó para la puerta. “Algún verso debe tener estudiado, por lo visto tiene datos”, pensó Roxana, mientras veía que alguien abría la puerta y entraban.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Roxana apenas tuvo tiempo para colocarse un par de guantes de goma, sacar su .38 corto y comprobarlo. Aldo salía caminando velozmente, y avanzaba hacia el auto con una bolsa en una mano y el fierro en la otra. Fue cuando ella, apoyándose en la ventanilla, le metió una bala en medio del pecho. Aldo casi cae de espaldas, pero se bancó el impacto, volviendo sobre sus pies como un pelele. Iba a levantar su pistola cuando sonó otra vez el .38, la pistola salió disparada de su mano, y ésta vez cayó de espaldas. Ella bajó presurosa del auto, observó a Aldo -que agonizaba a ojos vista-, y le dijo:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vos no violás más a nadie, hijo de puta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Tomó la bolsa de dinero y subió al Toyota. La puso junto a la otra; arrancó despacio, mientras guardaba pistola y guantes en el bolso de mano; y luego comprobó, como suponía, que no estaban los papeles del auto. “Mejor”, pensó, y se dirigió hacia el camino que la llevaría al Delta del Paraná. Iba a comprar una finca. “Las cosas mejoraron de golpe, como suele suceder. Ya basta de tipos repugnantes manoseándome y evacuándome su mierda; física, mental y espiritual”</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Vio pasar en dirección contraria un par de patrulleros a toda marcha y fanfarria de luz y sonido. Alguien lo habría hallado, ya. Ni bien llegara a una costa, arrojaría el .38 y los guantes con pólvora lo más profundo que pudiese. lgual, no estaba registrado a su nombre.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Encendió la radio, un cigarrillo y se sintió libre. Por primera vez en su vida.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-63223811718150772622012-10-29T11:40:00.000-03:002012-10-29T11:40:19.413-03:00LA SACERDOTISA DE OXUMARÉ <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisybqugwttAzu1_0D67UI3IYJIMiVI5UgK2xfBGgwipJvKLhkc-4mOptBIKDtPSwyjmfzEiNg7j8AKxlxO7Ubx0z6fQP64pI_GoL97GvmTko-k2k-yXH0z_Mx_cgJEwp1tx-BFqu35Bwo/s1600/Serpieri+(2).jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="315" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisybqugwttAzu1_0D67UI3IYJIMiVI5UgK2xfBGgwipJvKLhkc-4mOptBIKDtPSwyjmfzEiNg7j8AKxlxO7Ubx0z6fQP64pI_GoL97GvmTko-k2k-yXH0z_Mx_cgJEwp1tx-BFqu35Bwo/s640/Serpieri+(2).jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Paolo Eleuteri Serpieri</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ya había dispuesto los tres objetos que mi atención dispersa -y </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">probablemente</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> mi personalidad fragmentaria- necesitaba para ejercitar el rito de la creación literaria: la vieja máquina de escribir Lexicon 80, un atril de lectura con libros para la ocasión y más allá, a unos tres metros, el televisor. Raro, ¿no? La mayoría prefiere quietud y concentración. Pues bien, yo necesito dispersarme. Mis detractores dirán que se nota, y yo les responderé que se vayan a la concha de su madre. No necesito prestigio, dinero o afilar las formas, sino vomitar de modo apenas metódico buena parte de la basura que recibo de este mundo imperfecto.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Abrí una botella de un whisky, escocés pero de medio pelo, me serví una copa, encendí un Gold Leaf, metí un papel en la máquina, hice unas arandelas de humo, bebí un trago y escribí: “Todo el mundo, todo el tiempo, me reprocha haber dejado de lado las finezas estilísticas, para desarrollar casi exclusivamente un modo de narrar basto, poco elocuente y guarro desde donde se lo mire. Y, dependiendo de quién venga la crítica, le respondo de diferentes modos y talantes; o directamente los miro como si fueran un sorete de perro en la mitad de la sala.”</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Golpearon a la puerta, y oí la voz de Pepe “Cratilo, dale, abrí”.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Mientras lo dejaba pasar, le pregunté si estaba apurado o qué carajo le pasaba.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Nada, boludo, no me gusta ese rellano oscuro. Menos al lado de este departamento (se refería al departamento frente al mío, en el que no vivía nadie pero en el que, curiosamente, sonaba un reloj despertador todos los días a las 7pm).</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Estás cada día más cagón…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, loco, es muy raro, eso. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Después de un par de días te acostumbrás, y después de un par de semanas dejás de preguntarte acerca de ello.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿No entra nadie allí? ¿Nunca?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Nunca vi ni oí entrar a nadie. Pero sabés qué, me calienta tres pelotas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Teacher’s, estás tomando?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, Es mi propia orina. Viste que dicen que hace bien…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Qué pelotudo que sos. Pasame una copa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Por favor, se dice. Y a ver cuándo traés algo, vos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Seguís con el carromato ése? -Se refería a la Lexicon.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro. Es un fierro. Y encima los vecinos se piensan que trabajo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sos gil, eh. Te dije mil veces que las cosas pasan por la internet.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Lo más cibernético que manejé fue el pinball. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Qué pedazo de tarado. ¿No pensás entrar al siglo XXI nunca, vos?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mi reino no es de este mundo, y mi calendario, menos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, seguí con el mimeógrafo, nomás.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Chupame un huevo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Dale!, -gritó Patricia desde el oscuro rellano. Le abrí la puerta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Hola, ¿cómo andan?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No tan bien como vos, pero vamos tirando -le respondió Pepe.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, el ánimo hay que trabajarlo, también. Si venís depre a visitar a éste, que anda siempre pisándose el alma, no sirve, man. Vení y tirá buena onda; si no, no vengas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vengo a ver a mi amigo, che. Hacé el favor de no bardear.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-La dama habló -salté en defensa de la hermosa vecina. -Vení y tirá la buena o andate bien a la mierda.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Váyanse a cagar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Ya están chupando whisky?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Si querés hacete unos mates.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, servime uno. Y si se acaba no te calentés, tengo un tubo en casa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Ésa es mi vecina!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Te conozco, amiguito. Sos muy generoso, salvo cuando te zarpan la bebida.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Generoso? -Preguntó Pepe, dejando expresada como mínimo, la duda. Yo manotée la botella y la puse entre Patricia y yo. -Mejor -acordé-, ésta es para nosotros.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Eh, no te bancás una joda… Che, hablando de todo un poco, ¿supiste algo de Renato?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Renato había partido hacía como seis meses a Brasil, y nadie sabía nada de él.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Calláte, que el otro día cayó la madre, llorando, y me acusó de saber algo y no decírselo…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y qué le dijiste?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-La verdad, que no sabía nada y que seguramente andaba de joda y borrachera por allá. Y le aconsejé que fuera a la Policía Federal para pedir que lo traigan de las pestañas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Lo mandaste al frente, boludo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah no… que se joda por pelotudo, tener a la madre desesperada y llorando de ese modo… aparte, ¿qué tengo que ver yo, para andar bancándome a la vieja? Ya bastante tengo con la mía.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y como esas situaciones tan habituales que probablemente tengan que ver con lo que Gregory Bateson llamó “Metálogos,” Renato llamó a la puerta. Cuando abrí, me sorprendí al ver en su frente, hacia la derecha, una fea cicatriz aún supurante, más perecida a las que se producen por aplastamiento que por palo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué te pasó, boludo?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Es un poco largo -saludó a los demás y se arrojó en la silla. Lucía algo triste, como deprimido. Le serví un whisky. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Nos miró a todos, y soltó una carcajadita paradójicamente triste.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Me querés decir qué te pasó en la cabeza?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Me dí un palo con una bicicleta, en Río. Pero es parte de la historia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No llamaste a tu vieja, pelotudo. Estaba desesperada.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya sé, pero ¿qué querés que haga, si ya en Foz de Iguaçú, a la ida, no tenía más un mango?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Te fuiste sin guita?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Algo llevaba. Pero quise comprar faso y me vendieron una piedra.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Una piedra de faso?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, gil. Una piedra de piedra.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Pero sos más boludo que el agua de los fideos, vos!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Me dejás que te cuente? Resulta que después de andar por ahí a la buena de dios, terminé en un aguantadero de vendedores de falopa en una favela del Complexo do Alemão…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡No te puedo creer que este tipo cuente que estuvo en un aguantadero narco de una favela como si contara que fue a la verdulería! -Exclamó sorprendida Patricia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y, es Renato -aclaró Pepe, como si con eso aclarara algo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Me dejan contar? Bueno, un día salí a comprar una botella de cachaça y uno de los locos me dijo que fuera en su bicicleta. Ojalá no le hubiera dado bola, ya que habíamos estado bebiendo bastante. Empecé a pedalear morro abajo, y como era empinado, fui tomando velocidad. Más adelante el camino doblaba a la izquierda, y apreté los frenos. Frenos que no tenía, y el boludo del dueño que no me avisó. Intenté frenar bajando un pie, pero iba demasiado rápido. Entonces puse todas las fichas a doblar y que la inercia no me arrastrara al abismo. Doblaba, doblaba, doblaba, sostenía el manubrio con todas mis fuerzas. Pero no fue suficiente. Volé y fui a estrellarme como tres metros abajo contra una piedra plana. Gracias a dios que era plana, que si no, no la cuento. Obviamente, perdí el sentido. Me desperté, me dolía todo, especialmente la cabeza, y no veía nada con el ojo derecho. Vi la sangre seca en la piedra, y cuando pude subí la cuesta, a sabiendas de que nadie me iba a ayudar ahí debajo. Llegué a la polvorienta cuesta, y alguien me llevó en un auto hasta un puesto de salud. Recibí algunas curaciones, estudios mínimos, de acuerdo a lo elemental de su equipamiento, y quedé un par de días en observación. O supongo que habrán advertido que no tenía adónde ir; y de volver con mis nuevos amigos sin la bici, ni pensar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿No te iban a echar una mano? -Preguntó ingenuamente Patricia, que no salía de su asombro.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, querida, me aguantaban porque bajaba a las playas paquetas y les movía la merca. Si volvía sin la bici andá a saber si la contaba. Esa noche en la penumbra, entró una negra bastante bajita pero comprimida, viste, un buen lomo. Se presentó como Rosa, y esbozó una bella sonrisa, que pude ver con ojo y medio, ya que éste se estaba recuperando. Resplandecía. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Mientras acomodaba algunos frascos en una mesita, canturreaba algo. Le dije mi nombre. Ella se acercó, quitó las vendas con cuidado y me dijo “Está feo, eso”. “Y duele” le respondí. Me limpió la herida con gasas húmedas y luego me clavó los ojos. “¿Qué andás haciendo por acá?” y le contesté que “paseando, nomás”. Entonces, con una sonrisa cómplice, me preguntó “¿Te puedo contar un secreto?”. Yo encontraba todo aquello como onírico, casi en el límite entre la vigilia y el sueño, más con el golpazo en el mate. “Soy sacerdotisa. Tengo una pomada aquí que te curará bien rápido esa herida. Sólo que debe quedar entre nosotros, no se lo podés decir a nadie.” “¿Por qué?”, atiné a preguntar, no muy seguro. “Porque acá solo utilizan medicinas tradicionales. Éste es un secreto milenario de mis ancestros africanos. Acelerará mucho la curación”. “Bueno, mandale, entonces, si vos decís que es bueno…” “Pero boca cerrada, eh, que si se enteran me echan a patadas”. Sacó de entre sus ropas un pequeño pote, metió los dedos y extrajo una pasta blancuzca. Comenzó a frotarla suavemente sobre la parte afectada, e inmediatamente sentí un fuerte calor. Como si hubiese sido esas pomadas para atletas, viste. Y lo que empecé a vivir casi con bochorno era la erección que, ante el contacto de sus manos, se me iba produciendo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Siempre el mismo puerco -dijo Pepe.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Encima -prosiguió Renato-, hacía rato que no la ponía. “¡Opa!” dijo Rosa, y agregó con sorna-, “parece que tan mal no estás”. “Son tus friegas, que me hacen bien”, le dije. “Ah, te hacen bien”, retiró las sábanas, miró de soslayo sobre sus hombros, me agarró el nabo y comenzó a acariciarlo, con el calor de sus manos, o el ungüento, no sé, hervía. Fue cuestión de segundos y me eché un polvo impresionante. Ella me limpio como buena enfermera, rió un poco quedamente y antes de irse, me dijo “Vas a ver que mañana vas a estar mejor”.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Che, qué buen tratamiento, ahí, ¿no? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y bueno, boludo, entre tanto palo alguna tenía que salir bien, qué querés. Pero en el balance de la historia no salió tan bien que digamos. Al otro día estuve esperando el tratamiento nocturno. Todavía me mareaba bastante, pero estaba más ubicado. A la nochecita vino, me aplicó la pomada…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y te hizo otra paja.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, me la chupó.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Ah, bueno! Decime adónde queda y me voy a internar unos días.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Al otro día me dijeron que me tenía que ir. Me dieron un blister de comprimidos, supongo que antibióticos, y me indicaron que pasara a los dos días para las curaciones. Me fui por ahí, pidiendo para morfar y durmiendo en un banco de la estación de micros…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Qué idea más rara de pasar las vacaciones, la tuya -Observó Pepe.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-La paso bien, generalmente, no te creas. Éste no fue el caso. Llegado el día, esperé más o menos hasta la hora que entraba Rosa. Me hicieron pasar y en lugar de rosa estaba atendiendo una vieja gorda y desagradable, con la cara llena de verrugas. “¿No está Rosa?” le pregunté. “No sé quién es esa tal Rosa”, me respondió, y procedió a efectuarme las curaciones tradicionales como con asco y sin tomar el menor recaudo respecto de mis dolores o incomodidades. Antes de irme pregunté por Rosa a un médico, o al menos creo que lo era, y me dijo que no trabajaba más allí. Ante mis pedidos de cualquier información que me permitiera encontrarla, se encogió de hombros y me dijo que vivía en Niteroi, pero no tenía idea de su domicilio. Ese lugar es muy grande. Así que perdí toda esperanza de volver a verla. Volví a la estación, deprimido, pensando en emprender la vuelta ni bien se me curaran un poco las heridas del balero. Entonces, un par de noches después, a eso de las dos de la madrugada, la vi descender de un bondi con un fulano; negro, también. Los seguí. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Estabas enamorado? -Pregunté.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mirá, traté de justificarme pensando que necesitaría el ungüento, ya que las medicinas tradicionales habían dado mucho menos resultado, y la herida estaba comenzando a infectarse; pero los celos que me quemaron por dentro al verla con el fulano ése me dieron la pauta que era más que nada una excusa para volver a verla. Entonces, me puse la capucha de la campera (más que nada por las vendas, que eran muy visibles) y los seguí. La parada del ómnibus en la que se detuvieron, a pesar de la hora, estaba muy concurrida, lo que me ayudó a pasar desapercibido. Junté las monedas necesarias para el pasaje, que había conseguido pidiendo a la gente, para lo que el abultado vendaje ayudaba bastante. Cuando subieron, esperé que subieran algunos más e hice lo propio. Ya estaban sentados, así que me pude manejar un poco más desaprensivamente. Me senté bien detrás (allá a los bondis se sube por detrás y se baja por adelante). Anduvimos unos cuantos minutos y comenzamos a atravesar la bahía de Guanabara por el extenso puente sobre el Río Niteroi, tal como me había dicho el médico. Cuando se bajaron hice lo propio una parada después, y volví corriendo a tiempo para verlos doblar en una esquina. Pararon frente a una casa humilde pero pintada toda colorinche. Hablaron unos momentos, el tipo la besó y ella entró, mientras él comenzó a caminar en mi dirección. Nos cruzamos y saludó, “boa”, dijo, yo le respondí y seguí de largo. Caminé un par de cuadras y volví sobre mis pasos. Presa de una determinación insólita, iba a golpear a la puerta cuando ésta se abrió. “Adelante. Te estaba esperando” Ante mi estupor, agregó: “Te dije que era sacerdotisa, veo más allá que muchas personas. Aunque no hacía falta ser muy perceptivo para verte con esa ridícula capucha, tratando de ocultarte.”</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Entramos, nos sentamos a una mesa y sirvió dos vasos de cachaça. “Ahora vas a escucharme. No te pregunto por qué viniste porque eso también ya lo sé.” “Ése que se fue, ¿es tu novio?” “Eso no es asunto tuyo. Te dije que te limitaras a oírme, no tengo mucho tiempo y estoy agotada, me quiero ir a dormir. Alimentás ciertas pasiones hacia mi persona, cosa que me honra; pero desde ya, y muy honestamente, tengo que decirte que eso es inviable. No voy a decirte por qué. Simplemente te digo que tenés que volver a tu País, terminar de curarte y olvidar este episodio de tu vida.” Entonces fue que vi algo que reptaba hacia su hombro. Alarmadísimo, pude discernir una serpiente de gran porte. Antes que diera voz a mi pavor, ella la tomó y dijo: “Eduviges, ¿qué estás haciendo acá? ¿No te dije que te fueras con tus hermanos?” La tomó por detrás de la cabeza con una mano, con la otra agarró el cuerpo, la sacó hacia otra habitación y cerró la puerta. “Estuviste a punto de mearte en los calzones, ¿eh? Ésa es una de mis chicas. Tengo muchas. Por eso es que quiero que veas que lo nuestro no tiene andamiento. Pertenecemos a mundos distintos.” Yo entré en un estado depresivo que tenía que ver con mi situación miserable, mi cuerpo maltrecho, mi corazón herido…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pará un poco, chabón, tampoco es para tanto -le dijo Pepe.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vos dejá de hablar de cosas que ni te imaginás hacer, gil -lo reconvine. -Seguí, Renato, no le des bola.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mirá, Pepe, si me vas a chicanear te voy a cagar a trompadas. No estoy de ánimo para tus estupideces. La cuestión es que me dio una lata del ungüento, me regaló esta estatuilla y me indicó irme para nunca más volver. En la puerta, me dio un beso leve sobre los labios y cerró la puerta. Me quedé unos segundos y luego me fui, sin saber siquiera cómo iba a volver a la estación de ómnibus. Caminé al azar, como yendo hacia el Puente para intentar que alguien me llevara, aunque a esa hora… unos pasos más adelante un auto se detuvo y, con gran asombro, vi al negro que había acompañado a Rosa hasta su casa, que abría la puerta de mi lado y me invitaba a subir. Era todo muy loco, pensé que estaba alucinando, qué sé yo, entre el golpe, las cachaças, el estar mal alimentado, una probable infección… pero no. Ahí estaba. Yo estaba tan deprimido que me daba más o menos lo mismo lo que me pudiera pasar, así que subí. Me extendió un cigarrillo y acepté. Me dijo, entre risas, que yo era el que los había estado siguiendo desde la estación de micros. Le pregunté cómo sabía y me dijo que había sido Carlinhos quien me había señalado. “¿Carlinhos? No conozco ningún Carlinhos”, le dije, y él me dijo que yo acababa de salir de su casa, y agregó “Seguramente te dijo que se llamaba Rosa”, y soltó terribles carcajadas. “No hay nada que hacer. Este Carlinhos es realmente un hijo de puta.” Estuve pensando en pedirle que pare para ir a increpar a Rosa, Carlinhos, o quien mierda fuera, pero desistí. Estaba muy cansado, no me sentía bien y la revelación del negro aquel me había conmocionado. Dijo algunas cosas más, y el resto del tiempo se la pasó contando hilarantes historias que ayudaron un poco.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pará un cachito -dijo Pepe, ya bastante ebrio-, ¿Me equivoco, o acabás de decir que te chupó la pija un chabón?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pasa que yo estaba mal, era una mina hermosa y había poca luz -se excusó Renato, visiblemente abochornado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Lo único que falta es que le des explicaciones al pelotudo éste! -Me ofusqué.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sabés qué pasa -comenzó a decir con sorna el idiota de Pepe-, que si contó que se la chupó, qué querés que te diga, para mí se lo empernó.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Te retirás inmediatamente de esta casa!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Eh boludo, qué te pasa…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Que si no te las tomás, y calladito la boca, te saco a patadas y te ahogo en el cordón de la vereda, estúpido.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dejá, Cratilo, está bien. Yo ya me voy y le lo llevo, al gil éste. Le voy a explicar un par de cosas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale un buen bollo departe mía -dije a Renato cuando salían.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Qué amiguitos que tenés, eh -dijo Patricia cuando quedamos solos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Los mejores que conseguí. Mirá, Renato se olvidó la estatuilla. -La examiné. -Mirá vos, es Oxumaré.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y quién carajo es, Oxumaré?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Es un Orixá, una deidad africana. Su culto tiene lugar desde Haití hasta el Umbanda carioca, e incluso rioplatense. Es andrógino, y tiene que ver, entre otras formas, con el Vudú.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sacalo de mi vista, no me gustan esas cosas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, nena, me voy a dormir.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Me puedo quedar?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Si es “a dormir”, no hay problema. Tomé demasiado, no creo que tenga ganas de ponerla.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dije a dormir. No sé, algo en la historia que contó Renato me dejó medio sensible. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Nos fuimos a la cama. Yo también estaba algo triste por mi amigo, se lo veía muy deprimido. Nos abrazamos y nos quedamos dormidos. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">No sé cuánto tiempo pasó, pero me desperté con dolor de cabeza. Tanteé a mi lado y Patricia no estaba. Escuché una música de coros que de alguna manera sonaba como salida del mismo infierno. Me Levanté, caminé hacia el comedor y advertí que la puerta estaba abierta, y la música venía desde fuera. Me acerqué a ver que pasaba y vi que el departamento de enfrente, ese misterioso antro aparentemente deshabitado, estaba abierto también y se observaba en su interior ese juego de luces y sombras propio de la iluminación con velas. Empujé la puerta y allí estaba Patricia, desnuda en en suelo, desvanecida, rodeada de serpientes que me miraban. Iba a sacudirlas a como pudiera, ya que estaba descalzo y en calzoncillos, cuando la pared detrás de ella se iluminó de golpe, como si hubieran encendido un spot; y lo que vi me heló la sangre: sobre la superficie vertical, un sinnúmero de serpientes reptaban inmunes a la gravedad, como si en realidad me estuviese asomando a un infecto pozo atestado de ofidios. Entonces grité, y grité…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué te pasa, boludo, estás bien? -Me preguntó alarmada Patricia. Desperté, esta vez en serio, bañado en transpiración. Me levanté, abrí la persiana, fui a buscar la estatuilla y la arrojé por la ventana del balcón tan lejos como pude. Luego fui hasta la cocina a prepararme sal de fruta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué hacés, boludo? ¿Qué te pasa, qué tiraste?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-La estatuilla de mierda, esa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿A vos te parece que…?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No importa, no la quiero acá. Y mañana lo voy a buscar al pelotudo de Renato, tirarle el ungüento a la mierda y llevarlo a un médico como la gente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Volvimos a la cama. Esperé que mis palpitaciones bajaran un poco, y después le di a Patricia lo que había venido a buscar, demorado por estas alcohólicas y folklóricas dilaciones.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>
Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-36791911137758561142012-10-03T12:24:00.001-03:002012-10-03T12:24:36.302-03:00VAGINAS RUBIAS Y PUERTAS DIMENSIONALES<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4ZJdvBYUSnfgYHB-FymHU_8t_a0aUVhloNakxkq4yTdEgl4_riGXg7ACYtTatoey5homIeaFQrD3YpCW9gpqtIeD90197PMx6CV00Qs_OZlCpl3wovb33GGTprmgtC74FbaSQNXCqzy4/s1600/Lukyanenko+Mikhail.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi4ZJdvBYUSnfgYHB-FymHU_8t_a0aUVhloNakxkq4yTdEgl4_riGXg7ACYtTatoey5homIeaFQrD3YpCW9gpqtIeD90197PMx6CV00Qs_OZlCpl3wovb33GGTprmgtC74FbaSQNXCqzy4/s400/Lukyanenko+Mikhail.jpg" width="276" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"> Mikhail Lukyanenko </td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Volvía a mi guarida pasada la medianoche. Tenía una sensación ambigua; por un lado estaba algo triste, pero por otro todo lo contrario. Volvía del velatorio de don Tamayo, un veterano con quien habíamos establecido esa clase de amistad tan enriquecedora que suele darse entre personas de distinta generación, basada en confianza y respeto por el otro. Las extrañas circunstancias que dieron marco a su deceso son el motivo de este reporte.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Dos noches atrás, caí de nuevo en la trampa de comprar dos litros de cerveza, que se terminaron demasiado rápido; así que fui a comprar dos más. Al volver, me sorprendió ver a don Tamayo sentado en la puerta de su casa. Si bien solía estar allí a las tardecitas, incluso hasta después de anochecer, era la primera vez que lo veía casi a medianoche.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Qué dice, Cratilo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Buenas noches, don Tamayo. ¿Qué anda haciendo tan tarde?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No tengo sueño, y la noche está preciosa. ¿Se va a tomar unas cervecitas?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Si dios quiere… ¿me acompaña?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Si quiere, vamos pa’ dentro. Tengo un wisquicito que ni le cuento, vea.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Se incorporó con dificultad. Tenía una pata de madera, bien rústica, aparte de artrosis varias. Entramos y fuimos a la sala, que daba a un patio trasero perfectamente visible a través de un gran vidriado. Sirvió dos copas de whisky muy generosas. Yo puse una cerveza en la heladera y abrí la otra. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Su señora?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No se haga problema. La Ernestina se toma la pastilla y le puede tirar una bomba atómica al láu, que no se dispierta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Bebimos y fumamos. Luego don Tamayo dijo de pronto: -Sabe qué, Cratilo, creo que me debo estar por morí‘.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué le pasa, hombre? ¿Se siente mal? -Recordé cuando años atrás me había dicho, casi en pánico, que tenía “glucemia”. Claro que le tuve que explicar la diferencia entre glucemia y leucemia. Igual, mucho no me creyó.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, me están pasando cosas raras, vea.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Supongo que me quiere contar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Se va a pensar que estoy loco.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Para eso no hace falta que me cuente nada.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Se carcajeó, y me dijo: -Bueno, ‘tonce le voy a contar. Resulta que ayercito nomá’, estaba sentado en este sillón, pensando en bueyes perdidos. La Ernestina se había ido de visita a lo de su hermana, y se iba a quedar pa’ la cena, vio.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ahá.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Iba cayendo la noche. Yo no tenía gana’ de levantarme a prender la lú, aparte pa’ que mierda la iba a prendé, pa hacer gasto, nomá‘. Y entonce’ vi como un refucilo, allá en el patio. Creí que venía tormenta, pero no. Era una mujer, hermosa, desnuda, que brillaba, allá al láu del limonero, ¿ve?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Brillaba?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Como que hay un dió, que brillaba, Y brillaba mucho. De vez en cuando hacía un refucilo, como le digo. Y me miraba. Tenía la vista clavada en mí. No le vuá decí’ que un poco me acojoné, pero lo pensé bien y me di cuenta que no tenía mucho pa’ perdé’. Tal vez fuera la muerte, pensé, que a la final no era una calavera huesuda y fea, sino una flor de potranca.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿No se habrá quedado dormido, y lo soñó?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No me venga con eso, chango, que soy viejo pero no boludo…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo decía, a mí a veces me pasa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pero éste no es el caso. Usté’ sabe, Cratilo, no soy de andar hablando boludece’.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, hombre, yo decía, nada más. ¿Y qué pasó?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pasó que la mujé’, o lo que fuera, empezó a caminar pa’ acá, ¿vio? A medida que se acercaba, yo, con la boca abierta, me daba cuenta que estaba muy buena, la guacha. Y lo que no me pasaba de hace años, se m’empezó a poné dura.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Oiga, Don Tamayo, mire que es contagioso, eh. Ya se me está parando a mí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y, usté es joven, todavía. Si hubiera estáo acá se agarraba un garrote que mamma mía.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Se da cuenta que es la primera vez que hablamos este tipo de temas?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y de áhi? ¿Acaso le da pudor?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, para nada. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-’tonce déjeme que le cuente. La mujé’ esa empezó a caminar para acá, despacio, como tanteando el suelo, vea. Y cuál no fue mi sorpresa cuando atravesó paré’ y vidrio como si no hubiese habido nada.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Atravesó el ventanal?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Como le digo. Ya estaba acá mismito, y no me sacaba loj’ ojo’ de encima. Era como que chisporroteaba, vio, como cuando uno acerca algo elétrico a la radio. Y la luz que le salía era como que iba junta con el chisporroteo. Cuando estuvo frente a mí, me miró un rato. Yo le quería mirar el cuerpazo, pero no podía bajar la mirada. No por hinotizáo, o algo de eso, sino porque queda feo, vio, por más en bolas que esté. ‘tonce me preguntó por qué estaba tan desanimáo; así, como si las palabras sonaran adentro ‘e mi cabeza No movía los labios, vea Cratilo. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Telepatía?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Que le dicen, sí. Y yo le contesté en voz normal, así, como hablo ahora, ¿vio?, y le dije “Soy viejo, tengo una pata ‘e palo y me queda poco. ¿Qué más queré‘?” “No, pero no es así. Tu camino recién empieza”, me dijo. “La muerte no es el final”. Y yo me lo creí. Yo, que nunca creí en nada que no pudiera ve’ o toca, vio Cratilo, usté’ me conoce. El asunto era que la que me lo decía era una d’esas cosas en las que no creía, y estaba allí; con su piel blanca, sus pendejo’ rubio’, crepitando entre unas cosas que eran como bichos de lú’ pero más chiquitos, y de distintos colores. ‘Tonce se m’empezó a poné’ dura.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Pero no dijo hace un rato que se le empezó a poner dura?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Más dura toavía. No era pa’ menos, Cratilo, vea. Y pa’ mí, que hacía añazos que no veía una mujé semejante… ni qué digo, semejante no vi nunca. Güena, sí, pero ésta era espetacular.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Se quedó como embelesado, casi se le caía la baba de recordarla.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y qué pasó?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y, lo que pasó a partir de áhi fue algo confuso. Me acuerdo que m’ empezó a masajear el garrote, y como que las luces me daban juerza, así que imagínese cómo lo tenía, como estaca, vea. Anduvimos meta y ponga acá, en el sillón éste, por la mesa, por el patio… y yo era joven de nuevo. Y tenía las dos patas. Le dimos “como Pacheco a las tortas”, joven Cratilo. Y una de luces que parecía el aniversario de la ciudá. Despué’ todo fue aminorando, y quedamos tiráos en el pasto. Ella me hablaba con su cerebro, y yo le contestaba normalito, vio. Me dio algo de tomar, medio brillante, era, y ni mierda sé de ánde lo sacó. Lo tomé, era má’ o meno’. La verdá que de gusto me gusta más el güisquicito, vio. Pero enseguidita nomá’ entendí todo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué, entendió?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Todo. Qué somo’, pa’ qué estamo’, todo eso que nunca nadie sabe y vive preguntándose.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, buenísimo. Entonces me puede contar…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, m’hijo, ojála pudiera. Pasa que eso no viene con las palabras. O viene con la forma ésa de la mina, de hablar con la cabeza, o será con el menjunje ése que me dio.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, creo que lo entiendo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Lo que sí le puedo decir que el mundo es algo grande -se le iluminaron los ojos. -Y que es cierto que uno no muere, es como que se mezcla con todo por áhi. Pero mejor… sepa disculpar, me parece que estoy en pedo, ya.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, déle, me interesa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Es que no hay mucho más pa’ decir. Me disperté tiráo. Áhi en el pasto, en pelotas, viejo y choto como soy. Tuve que andar a los saltitos, sacudiendo los güevos, hasta encontrar la pata. Pero estaba felí. Sabía que me quedaba poco, y la verdá es que tengo muchas ganas de pasá’ a vé’l mundo como ayer. Y creo que me vuá podé’ ir prontito, nomá.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Acaso se piensa amasijar?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No sea dramático, Cratilo. Ya pude vé’ la puerta. Tengo que juntá coraje pa’ cruzarla. Se trata de dejarse ir, nomá’.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y la Ernestina? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Va a estar mucho mejó, sola. Tiene sus pesito’, la pensión… y no va’ tené’ que seguir cargando con un trasto viejo. Pa’ colmo con una pata meno’ y la otra toda descolada. No se aflija, es mejó’ pa’ todos, va’ ver.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¿Qué decir? ¿Sería cierto o el viejo deliraba? Era un tipo serio, no hablaba giladas nunca, y mucho menos refiriéndose a cuestiones cruciales como la vida y la muerte. Vaya uno a saber, y más si no tiene un ángel que le haga echar polvo de estrellas y le convida una papusa de andá a saber qué dimensión.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Como decía al principio, volvía a mi guarida pasada la medianoche. Tenía una sensación ambigua; por un lado estaba algo triste, pero por otro todo lo contrario. Al comenzar a subir la escalera oí música, y pensé que había dejado la radio encendida. Lo mismo la luz, que podía verse por debajo de la puerta. Y eso ya no era tan probable; jamás consumía luz al pedo, por razones de mera economía. Me puse tenso, y más aún cuando metí la llave y advertí que la puerta estaba abierta. Entré sigilosamente, mientras en mi estéreo sonaba “You’re so good for me”, de Humble Pie. En el comedor no había nadie. Me asomé a mi habitación y me volvió el alma al cuerpo: era Patricia, la vecina de abajo que era una mina de fierro, la única capaz de hacerme pisar el palito y que además, lo sabía. Estaba acostada en mi cama, casi desnuda, exuberante.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué hacés acá?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡La concha de tu madre, boludo! ¡Mirá el susto que me pegás!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, claro, yo te asusto a vos… llego y oigo música, está todo abierto, y la que se asusta sos vos… a propósito, ¿cómo entraste?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Por la puerta, gil, por dónde querés que entre. La dejaste abierta. Encima que te cuido la casa…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿La dejé abierta?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y, a atravesar paredes todavía no aprendí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Me fui a buscar una botella de ron, pensando en la tremenda ironía involuntaria a la que la hermosa vecina había dado voz. Serví un par de copas y me tiré en la cama, a su lado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">.Vengo del velatorio de don Tamayo. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Cómo estaba Ernestina?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y, dentro de todo, bien, tranquila, por lo menos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Me empezó a acariciar la cabeza. Sabía que estaba triste, era una mujer muy perceptiva. Y yo necesitaba eso. El perro salvaje necesitaba caricias. Se me empañaron los ojos, así que tosí e hice un denodado esfuerzo para mandar las lágrimas de vuelta para adentro. Tantos años de construir un personaje no iban a ser tirados por la borda en una mariconeada. Igual, creo que se dio cuenta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vení, recostate acá -y me dio apoyo en su mullido regazo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Hoy no te voy a servir para mucho.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sólo quiero acompañarte, hacerte unos mimos…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-OK - le dije, mientras me apretaba contra su cuerpo. Y a pesar de lo tierno de la situación, y como decía don Tamayo, “se m’empezó a poné’ dura“.</span></div>
</div>
Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-32884458096478589782012-09-17T18:23:00.001-03:002012-09-17T18:34:38.502-03:00UN PELO DE CONCHA… <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgN0mMQ9ydxgotg3uQHjpn3Qw2hJhIioNW-OF3-RCyJ7ax5pzkWVOyqX8zqiBmaYtSd8vVjRF7aEYCTolsC2k-q_vIrKhVD2os2YXBu_rXnNSBxBSz3_1b3nl9BFDkrEyqiNP4eRJa2J2o/s1600/Olga+Levchenko+VI.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgN0mMQ9ydxgotg3uQHjpn3Qw2hJhIioNW-OF3-RCyJ7ax5pzkWVOyqX8zqiBmaYtSd8vVjRF7aEYCTolsC2k-q_vIrKhVD2os2YXBu_rXnNSBxBSz3_1b3nl9BFDkrEyqiNP4eRJa2J2o/s400/Olga+Levchenko+VI.jpg" width="268" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Olga Levchenko</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El farol de la esquina oscilaba al son de un vientito húmedo, tan húmedo que se veía como vapor fluyendo en la mortecina luz. Entré en el bar. Allí estaba Lina, una mujer bastante mayor (unos sesenta, digamos) que servía los tragos y -al menos a mí-, aceptaba la cuasi-moneda con la que nos pagaban por entonces. Un símbolo de otro símbolo, ya que el oro estaba en las arcas de los de siempre. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Hola, nene -que así me decía-. ¿Qué vas a tomar? -mientras le daba un buen trago al vino blanco suelto, expresando placer en su rostro pintarrajeado y en sus ojos celestes permanentemente enrojecidos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Una cerveza de litro. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Me serví un vaso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mirá, nene, vos no sos para acá…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Me estás echando?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, digo que acá sólo vienen viejos borrachos y frustrados, a suicidarse lentamente. Vos no sos para acá.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, cumplo dos requisitos de tres. Para viejo, dame tiempo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vos sos inteligente, sabés lo que te quiero decir.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No tengo esa picardía anglosajona que tenés vos, pero me las arreglo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No empecés.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y de nuevo salí con la vieja chicana.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Lina “Jádson”, te llamás… -me referí a ella con pronunciación inglesa, y ella renegó:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo soy argentina, nene, yo soy Lina Húdson -pronunciación criolla-. Ya te lo dije mil veces y no me hagás calentar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En eso entró un tipo grandote, muy grandote, rubio, semicalvo y con mirada triste. Se sentó a mi lado, tomó un vaso usado quién sabe por quién y se sirvió de mi botella. Lo miré, pensando que si saltaba probablemente me aplastaría como a una pulga.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué se piensa que está haciendo? -Lo increpó Lina. -La cerveza es del muchacho.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sabe qué pasa, doña, que no tengo un peso. Y en mi pueblo, si uno tiene trago, tienen todos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Váyase a su pueblo, entonces.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dejá, Lina, está bien.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, tome esa copa y váyase nomás.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No me trate como a un perro, señora, qu’ el mundo ya me ha tratáo así todo el tiempo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dejalo, Lina. Si me aceptás los bonos, invito yo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Decí que en el mercado los toman, sino los echaba a la mierda a los dos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Gracias -Dijo el grandote. Una nube de tristeza lo rodeaba, como la humedad al farol de la esquina.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué le anda pasando? -Pregunté.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-La vida, me anda pasando.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, que yo sepa, para bien o para mal, nos pasa a todos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-En mi caso es pa’ pior, vea.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Siempre hay algo que lo salva, a uno -dije, sintiéndome un energúmeno escritorzuelo de libros de autoayuda. No contestó. Hizo bien.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Oiga, hombre -terció Lina-, encima que viene a chupar de arriba tira una onda nefasta, diga. Por lo menos cuente cuál es la causa de tanta mala sangre, vio…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No creo que lej interese mucho.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pruebe, a ver. Por ahí se saca el carozo del buche.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vengo desde Florencio Varela. Hasta hace un rato vivía allá. Salí con lo puesto. No tengo nada, las últimas monedas las gasté en el tren.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No andará con problemas con la ley, ¿no? -Preguntó Lina, con el ceño fruncido.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, doña, quédese tranquila -respondió, y a continuación inquirió a su vez: -¿De veras quieren que les cuente? -Con la sorpresa propia de quien no está acostumbrado a que le presten atención alguna.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, hombre, si quiere.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-La voy a hacer corta porque ya me siento bastante huevón. De chico solo conocí abandono y miseria, por decir nomás, vio; la cosa empezó en Piedra del Águila, allá al sur, en el Neuquén. Me enteré que andaban conchabando gente pa’ trabajar en la presa…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, la hidroeléctrica.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Eso mesmo. Y allá juí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pero eso fue hace una bocha -observé.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No se priocupe, ya le dije que la vua’cer corta. Y tiene razón, por ese entonce’ no había mucho que hacé’, que no sea deslomarse en la obra y tomarse unos vinitos por áhi. Hasta que un día abrieron un cabaré, por áhi por la zona.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ésa me la veía venir -dijo Lina.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Quién sos, vos, Walburga?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No sé quién es ésa, pero por las dudas, andá a la puta que te parió. Sos muy pichón, nene; cada vez que entra al bar un tipo en este estado, hay una pollera de por medio. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tenés razón. Estuve medio lento.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Medio? -Y dirigiéndose al hombretón: -Mire, si va a hablar guarangadas, recuérdese que soy una dama. No vaya a andar diciendo porquerías como suele hacer el puerco éste…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y cómo cree que le vuá podé contar…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, no sé, arregleselás. Es asunto suyo. Parece bruto pero no es para tanto.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bué, es como dice usté, señora. Como no había mucho que hacer aparte de hacer pastone', desparramar cemento, cavar, hacer cimiento', y esas cosas, los vierne’ y a vece’ lo’ sàbado también, noj íbamo’ p’al nái clú.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Viste, “Húdson” -señalé, insidiosamente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y bué, allí la conocí a la Olga. Claro que allí se hacía llamar Greta. Era bailarina de estrí tís, y el polvo salía un poco más caro…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Le dije, hombre!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y bué, doña, qué quiere que le diga… somos todos grandes…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, Lina, dejá de hinchar las pelotas. Dejalo hablar tranquilo, como si no conocieras lo que es echarse un polvo…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mirá, nene, no empecés porque te rajo del orto, eh.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Ves que vos también decís guarangadas? Bajá la botella de ginebra, dale.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Vas a pagar?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Eeeeh… ¿cuándo no te pagué?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Bajó la botella de Bols nacional y llené los vasos con restos de cerveza.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Gracias -dijo el hombretón, y sentí que su gratitud era inédita en mi acervo experiencial. -La cosa es que dejé todo mi dinero entre sus piernas. Estaba güena, la loca. Y… -medio se detuvo y pispeó de reojo a Lina, que secaba vajilla y lo miraba con cara de pocos amigos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Déle, mándele -lo alenté. -Éste es un bar de hombres, al fin y al cabo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Es el bar de una mujer -aclaró Lina.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No saben cómo chupaba la pija -continuó el grandote, de sopetón. Lina se puso roja, pero 1) la marea se le venía en contra; 2) éramos los dos únicos clientes en una noche desapacible; 3) estaba interesada por conocer el resto de la historia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Alguna técnica en especial?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Todas, las ténicas. Nunca vi nada igual. Era capaz de llevarlo a uno desde el infierno al cielo varia’ vece’ seguidas, una artista.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y al final, ¿se la tragaba? -Lina hizo un visaje de agravio, pero no dijo nada.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Le permito la falta de rispeto porque yo solito abrí el pico. Pero sí, como si fuera champán, en plena rebalsada, nomá‘.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Si siguen hablando así van a tener que irse a terminar el trago a la plaza.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ta’ bien, doña, disculpe.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Entonces se enamoró de ella, ¿no? -Aventuré, haciendo caso omiso de las amenazas de Lina.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo sabía que una mujer así no era pa’ enamorarse; pero como ella me decía que me quería, y que quería rajarse del cabaré conmigo, empecé a entrar por el aro.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Literalmente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Cómo dice?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No importa, continúe, si gusta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Entonce’ yo me rompía la cabeza pensando en cómo sacarla de allí. No vaya a cré’ que me tragaba la píldora esa del amor, y eso. Soy lerdo pero no tan abombáo como para no saber que esta clase de mujeres le hacían hacé’ toda clase de idioteces, al hombre.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-”Es zonzo el cristiano macho cuando el amor lo domina” -Recitó Lina.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Un pelo de concha tira más que una yunta de bueyes -dije yo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Ya tenía que saltar, el guarango!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, así y todo, por el polvo, nomá, me puse medio loquito, y entre otras cosas le pedí que no me cobre, así juntaba unos mangos pa’ poder irnos a la mierda. Me dijo que por lo menos tenía que darle la parte del cafisho, que no era poca. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Así son las cosas…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tal cual, vea mozo. Y en eso, una noche, hicimos un asadito pa’ la peonada, que éramos nosotros, ¿no? Morfamo‘, chupamo’ y cuando estábamo’ bastante mechaditos, el Zurdo dijo: “¿A que no saben quién se puso de novio?” Y todos le preguntaban “quién quién”, sabiendo que empezaba la guasa. “El gorreáo éste”, y me señaló a mí. “Qué te pasa, cabrón” le contesté, y él seguía, como si yo no le hubiera dicho nada: “¿Y saben quién es la novia? La Greta, tomá pa’ vos.” “Estás mamáo, dejate de hablar pavadas”, le dije, pero él seguía. Que la Greta misma se lo había contado mientras se la emporronaba, que ésto y que’l otro. Yo me calenté y lo llamé a silencio, porque lo iba a cagar a trompadas. “¿Qué te creés, que porque sos grandote te vua’ tené’ miedo?” Y yo, que estaba cada vez mas caliente, le dije “¿Querés probar?” Y m’ hizo la parada, el estúpido. Nos levantamo’ y ahí mismito, con todo el obreraje alrededor, el Zurdo empezó a bailotear, y a hacerse el payaso. Tipo Cassiu’ Clay, ¿vio? De vez en cuando me tiraba algunos puñetes, y alguno que otro me’mbocaba, pero la verdá es que ni los sentía. Lo que más me molestaba eran las risas y burla’ de los compañeros, que como siempre, cinchaban pa’l más débil, sobre todo cuando daba espetáculo. Me juí encegueciendo de rabia, y en una que se descuidó por cachetearme, lo emboqué de lleno en la sien. Cayó como bolsa ’e papa. Se quedaron todos calladitos. Yo me asusté, porque el Zurdo no se movía. Lo jui a ve’, lo senté contra una paré y vi que le salía un poco ‘e sangre por la narí. Era raro, porque lo había embocáo en la sien, como les dije. Quise creé que se había golpeáo al caer, y no que le venía de adentro.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-También, con esas manazas… parecen racimo de porongas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Son mano ’e trabajador, mozo. Pero volviendo, lo güeno era que respiraba. Se dispertó un poco y dijo que se iba a dormí. Le dije que no era güena idea, que mejor se quedara un rato dispierto; hasta le ofrecí acompañarlo al dotor, pero me sacó del orto y se jué a dormí, nomá.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y se murió?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No. Al otro día amaneció hablando zonceras y bastante tololo. Pensamos que se iba a curar, pero no. No servía pa’ laburar, ni casi pa’ nada. Uno de lo’ muchacho’ me dijo que lo’ patrone’ m’iban a echar toda la culpa, lo iban a echar al Zurdo como a un perro y me iban a cargar el fardo a mí, y si no pagaba m’ iban a poné’ preso. Lo pensé y tenía razón, así que lo agarré al Zurdo (que por suerte estaba boludo pero era dócil), pasé a buscarla a la Olga y cuando vio el cuadro, se vino. Dijo que quería vivir en la Capital. Así que pagó los pasajes y con lo poco que teníamos alquilamos un rancho piojoso por acá por Florencio Varela. Y a partir de ahí, l’ único que hice fue deslomarme trabajando de albañil, haciendo changa’ y eso. Pero la vida no era tan mala, igual. Tenía a la Olga, que era hermosa mujé‘, y entre los dos, era como que estábamo’ criando un hijo bobo, que venía a sé’ el Zurdo. Todo’ los días le pedía perdón, y su zoncera era una culpa permanente en mi cabeza. El pobre parecía entender, pero seguía moviéndose como un flan y hablando tan pa’ la mierda que no se le entendía nada. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y así jueron pasando loj año’. Hasta que hoy mismito, después de terminar un techo debajo de esta humedá, el capataz nos dio permiso pa' irnos. Entré a casa, la radio estaba prendida fuerte. Cuando pasé a la cocina, a lo primero no entendí bien, pero enseguida me dí cuenta que la Olga estaba arrodillada adelante del Zurdo chupándole la pija. Y el zonzo que me miraba, sonriente, como si me la estuviera devolviendo a propósito. Creo que la Olga ni se habrá enteráo que estuve, porque salí así, con lo puesto, más voleáo que el mismo Zurdo. Y ahora estoy acá. Eso me pasa por confiar en una puta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Hasta ahí veníamos bien -dijo Lina-, pero déjeme decirle, grandulón, que las putas son lo más confiable que hay, y si no, pregúntele a éste. Mala gente hay en todos los oficios. No tiene nada que ver que sea o haya trabajado de puta; es mala entraña y listo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, puede sé’.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y qué piensa hacer, ahora? -Le pregunté.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No sé. ¿Puedo ir a dormí a su casa?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, hombre, imposible. El que me la alquila vive abajo y si lo llevo nos echa a los dos. Yo le diría que como está la noche… vaya a dormir al policlínico. En la sala de espera principal seguro que lo dejan.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Pagué los tragos (en bonos), saludé y cuando me iba oí a Lina preguntándole al grandote si no se iba él también.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dejalo que termine la ginebra, queda un poco y ya está paga.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, borrate y dejame el fardo a mí, dale…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No se priocupe, doña, termino la ginebra y me voy.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Salí a la noche desapacible, subí las solapas de mi saco y emprendí la marcha a casa. Me sentí triste por la bestia humana sensible.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Unas noches después volví al bar de Lina, y cuál no fue mi sorpresa cuando vi al grandote tras la barra, repasando unas copas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Buenas tarde’, don nene -me dijo sonriente. -Ahora tengo conchabo. ¿Le puedo invitar un trago?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Miré hacia la derecha y allí estaba Lina, tejiendo con agujas, sentada al lado de la ventana.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Ah, bueno! Parece que te llegó la jubilación…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y, ya era hora, nene.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Servime una ginebra -le dije al urso, y volví a dirigirme a Lina: -Parece que tiene todo grande, el fulano éste.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ves que sos un desubicado. Qué nene más hijo de puta que sos…</span></div>
</div>
Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-17810838888494965612012-09-02T16:10:00.000-03:002012-09-02T16:10:38.179-03:00UNA PULSIÓN ORGÁSMICA DESCONTROLADA <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2nVQRF_6d7y33CzjhCI2n3dGQIBA4PltfwxRa1TvuSI9odi9MdflKkI3g6ipmYZOSzTMl2wWZ3Gg0B1RXxUSFqIyF7yZ9Zk5s25PhK8RteX_vWOgrsflz9USfIvGMn1-CXxWZJn_uw8A/s1600/Morena.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh2nVQRF_6d7y33CzjhCI2n3dGQIBA4PltfwxRa1TvuSI9odi9MdflKkI3g6ipmYZOSzTMl2wWZ3Gg0B1RXxUSFqIyF7yZ9Zk5s25PhK8RteX_vWOgrsflz9USfIvGMn1-CXxWZJn_uw8A/s400/Morena.jpg" width="307" /></a></div>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Estaba tomando unos mates y oyendo la radio. El Vicepresidente de la Nación había renunciado a su cargo debido a casos de corrupción en el Senado, y se había armado un quilombo bárbaro. En eso llegó Renato, con aires de traerse algo bajo el poncho. Tenía la mirada algo huidiza, no me miraba de frente, no me chicaneaba con boludeces, en fin…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué te pasa? -Le pregunté, cansado de su expresión de bovino estresado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, nada, es que..</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Es que qué?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Nada, Cratilo, pasa que anoche a eso de las tres de la mañana cayó Griselda a casa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, por ahí venía la cosa…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, viste, vino llorando, me dijo que vos la habías echado a la mierda de acá.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y te la cogiste.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y bueno, la consolé, la abracé, y viste cómo son estas cosas…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Te meó la cama?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No -respondió, alelado, como pidiéndome que le explique lo que le acababa de preguntar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Entonces no te la cogiste bien.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sos un hijo de puta, ¿sabés?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Creo que alguna vez me lo dijeron, ya. Pero siempre fueron pelotudos. O minas despechadas que se van a tratar de voltear algún amigo mío nada más que por venganza. Te tocó a vos. Me alegro. Me imagino que no la tomarás en serio, ¿no?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y, está buena, la loca.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, entonces encargate algunas fundas de nylon para cuando aprendas a coger.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡¿Te querés dejar de descalificarme?! ¿Quién carajo te creés que sos? ¿Valentino?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, hacela mear y después competimos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué carajos estás hablando de meadas, y qué sé yo?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, ¿no te contó porqué la eché a la mierda? Bueno, no; en realidad, no fue por eso. Pero lo usé de excusa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Cada vez te entiendo menos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Esperá, dame tiempo a explicarme. En realidad, me tenía podrido con sus aires de class up, de pendeja concheta de la alta sociedad, y toda esa mierda de gente fina. Y tanto hacerse la fina, quedó para el ojete. Anoche, no sé por qué, tenía ganas de hacer firuletes. Tenés que ver cómo gritaba, la loca. Acabó no sé cuántas veces con el jugueteo, así que cuando se la mandé a guardar gritaba como una loca (entre paréntesis, el gringo castrado que vive abajo en cualquier momento me echa a la calle) y cuando le vino el orgasmo digamos… central, me arrastró consigo, y cuando estaba eyaculando sentí que me corría por las piernas un flujo extraordinario de líquido caliente, y pensé “a la mierda, qué polvo se está echando”, y ya pensaba en aguantarla a pesar de sus taras aristocráticas cuando me dijo “disculpame, me hice pis”. Salí para la ducha, y cuando volví estaba levantando la ropa de cama con expresión de bochorno. “Salí”, le dije, y agarré todo, colchón incluido, y lo tiré afuera. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, sos un animal, ¿ves? Eso le puede pasar a cualquiera.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, ya la defendés y todo. No, querido, no le pasa a cualquiera. Le aflojé toda la plomería. Vos sos mi amigo y por eso te aviso. No le des mucha bomba porque se le rompe el cuerito.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Qué hijo de puta que sos -masculló.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué esperabas? ¿Qué te diga “está todo bien, te felicito, me alegro que te hayas cogido a mi chica sin saber qué cuestión había detrás”? No, querido; si fuera un hijo de puta te tendría que echar a vos también, después de patearte el culo. Encima que te digo la justa de buen amigo que soy, nomás…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Puede ser. Nunca se sabe, con vos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-En cambio vos sos tan previsible que te voy a poner unas fichas. Si sabés cómo tratarla, vas a ser el primer surfista de orín femenino en la historia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Me pidió que te dijera algo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, ¿sí?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Quiere que vayas a la cena de hoy en la casa del tío. En realidad, no quiere saber nada con vos, pero le cuesta enfrentarse a la familia sola, viste cómo son las minas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Otra careteada más, eh.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo también voy a ir.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Va a presentar dos novios?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, estúpido, yo voy como amigo. Pasa que de vos ya les había hablado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vas de colado, eh. Y para vigilar que no le haga saltar el chorrito.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Andá a la puta que te parió. Andá, dale, que va a haber bebidas gratis.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sos una rata. No me llamo una botella de champagne, sabés.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Te van tres?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Si me chupo tres tubos de champagne en ese ambiente, rompo todo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, chico malo. ¿Vas a ir?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Decile que se quede tranquila. Pero es la última. Y conste que lo hago por el champagne, que tiene más espíritu que toda esa caterva junta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">A la nochecita me bañé y me puse una de esas camisas hindúes, bien colorinche, y los pantalones y zapatillas hechos mierda. ¿Quería que vaya? Bueno, iré, pero ya no tengo por qué aguantar que me vista para la ocasión como había sucedido anteriormente. Le iba a dar bronca. Tanta como a mí placer.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Entré a la fiesta de cumpleaños del ricachón. Ya venía picadito y había dejado un par de botellas de champagne en el congelador, no fuera a ser cosa… Griselda y Renato ya estaban charlando con algunas primas de ella, había un par que si no hubiesen estado lobotomizadas podrían llegar a ser mujeres ideales. Pura carrocería, bah. Griselda se quedó de una pieza al verme, todo desarrapado, como a mí me gusta. En cambio a Renato sólo le faltaba corbata. Griselda se acercó, me dio un beso en la boca (oh, cultura de la cáscara vacía) y me musitó: </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Me lo estás haciendo a propósito? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Qué, ¿acaso no me pediste que viniera?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pero te podías haber cambiado de ropa, al menos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué tiene de malo ésta? Aparte, estoy limpito y no pienso andar orinando a nada ni a nadie.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sos un hijo de puta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya me lo dijo Renato. Y vos sos más hija de puta que yo, porque hasta donde yo sé, no le anduviste marcando el territorio en su cama.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Fue una mala idea pedirte que vengas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Igual me la debés.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Después, el tedio de ese grupo social pacato y superficial. Puta que se iba a hacer densa, la velada. Comenzaron sirviendo algunos bocadillos y fernet, ¡del barato! con cola. Me volví hacia mi izquierda y le susurré a Griselda:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Fernet, encima berreta. Empezamos mal.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Por favor te pido…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Me volví hacia mi derecha (me habían rodeado, sospecho que no por casualidad) y susurré a Renato:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Acordate que si no sirven champagne medianamente decente, me lo pagás vos, eh.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Eeehhh, de dónde sacaste eso?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Secretos en reunión… .- dijo una morenaza muy jovencita, carita de nena pero con un lomo delgado pero pulposo. -Renato, te cambio, así hablás con las chicas y yo puedo hablar con mis primos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Primos? -Pregunté, algo atolondrado por la belleza de la piba. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Soy Lorena, prima de Griselda; y por ende, tuya.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, claro -y me levanté como un resorte para darle un beso. No sé si dejé traslucir mi estupor, o mi reacción hormonal. Pero en todo caso, ¿a quién le importaba? A Griselda, claro. Y eso, ¿a quién le importaba? Y lo dejo ahí porque parece que estoy entrando en un vórtice paranoide.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El boludo de Renato miró a Griselda como pidiéndole permiso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Boludo, andá, no seas gil. -Le dije, saboreando las incomodidades de la flamante parejita de incógnito. No eran celos, ni revanchismo alguno. Simplemente me gustaba ver cómo se debatían en actitudes y emociones dignas de marionetas, casi ahorcándose con los hilos que venían a ser las fuerzas de sus vidas, enmadejadas y confusas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué cuentan? -Dijo, como para abrir el diálogo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No mucho -dijo Griselda, algo mosqueada.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ay, Griselda, siempre con mala onda, vos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No -me apresuré a meter púa-, si hoy tiene un día espléndido. Vos no sabés lo que es el resto del año.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Váyanse al carajo -nos dio el culo, y se prendió en el cotorreo al que momentos antes se había integrado el bobo de mi amigo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Le pasa algo?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Siempre, le pasa algo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ufa, loco, vine a tirar una onda y la cagué…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No te vas a hacer cargo; no sos vos, es ella.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y qué le pasa?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Es un poco largo de contar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, resumime, ¿a ver?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Anoche cortamos, y ahora parece que empezó a curtir con este orate amigo mío.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No entiendo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo mucho tampoco, pero parece que como ya le había hablado a la familia de mí, la quiere caretear un tiempito. Igual, les podía haber dicho que el gil éste era yo. Y listo. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿No conocés a los padres?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tuve el disgusto, sí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Jajajajá, qué loco que sos. Seguro que en cualquier momento caen. Es por eso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, seguro, tenés razón. Este fernet es un asco.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-A mí tampoco me gusta. Esperá que traigo un vino.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cuando fue a buscarlo, Griselda me conminó:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Por favor, no vayas a empezar con tus estupideces. Al menos hoy, por favor.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Cómo no, Su Majestad. Sus deseos son órdenes -ironicé. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Mirá lo que encontré! -Exclamó entusiasmada Lorena, enarbolando una botella de Bianchi tinto. Era linda. Era fresca. Y lo mejor, que su actitud de entusiasmo se había hecho más ostensible ni bien se enteró que yo estaba libre. Mi yo interior soltaba carcajadas diabólicas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Un manjar -le dije, mientras servía las copas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo también quiero de ése. -Pidió Renato.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Conseguite. Ya me debés tres botellas de champagne.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Se quedó con el vaso en la mano esperando que Lorena le sirviera. Ésta dejó la botella sobre la mesa, al tiempo que le respondía:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-El hombre habló. -Griselda se puso blanca ante la desfachatez, pero no dijo nada. Renato quedó como un boludo; y vaya que lo era. Mi sonrisa interior brillaba. Claro que solamente hasta que descorcharon ¡SIDRA! Me sentí ofuscado, fastidiado, discriminado… ¡tanta guita, tanto lujo, y nos sirven ¡SIDRA! Eché a Renato una mirada fulminante, y mascullé al oído de Griselda: “Después el grasa soy yo”. Ella, como toda respuesta, subió su hombro con desprecio; pero al propio tiempo intentando alcanzar mi mandíbula.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Me aflojás el implante y te arranco la cabeza, “cariño”.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Pasa algo? -Me preguntó Lorena.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, nada. Sólo que en este ambiente tan ostentoso, te sirven ¡SIDRA!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tenés razón. Mi padre es un tacaño.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Uy, disculpame, yo… -Intenté justificarme; quizá sea ocioso señalar que, por aquellos días, aún no tenía muy claro el concepto de poner en funcionamiento el cerebro antes que la lengua. Pero me interrumpió:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ni que lo digas. ¡Justo a mí, me vas a decir quién es…! Yo vengo a ser la zurda de la familia, la inadaptada, la que no entiende para qué sirve seguir amasando guita cuando ya la tenés toda. No te sientas mal, pienso exactamente igual que vos. Y yo sé muy bien de lo que estoy hablando. El vino éste lo traje de mi habitación. La mala noticia es que no tengo más.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Cada vez me caés mejor.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vos también.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Se me produjo un vacío en el estómago, onda pozo de aire. Y como dijo el gaucho icónico, “la ocasión es como el fierro, se ha de machacar caliente”; así que dije que iba a comprar cigarrillos. Y tal como lo esperaba (optimista al fin), Lorena, con su mejor expresión de sarcasmo, le preguntó a Griselda si me podía acompañar, a lo que su prima respondió agitando la mano como si nos echara aire. Sin siquiera mirar la mueca histriónica que la hermosa jovencita le había dedicado, y que tanta gracia dejaba entrever. No dejé de agradecer a mi estrella.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Una vez fuera, me vi en la obligación de confesarle que cigarrillos tenía de sobra; que en realidad me iba a mi casa, a pocas cuadras de allí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Como si no me hubiera dado cuenta…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sos muy suspicaz.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Puede ser, pero no por esto. En realidad, fue demasiado evidente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No creo que Griselda se haya dado cuenta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Pero Griselda es una boba! No vas a comparar…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ni loco. Tengo tres botellas de champagne frío en casa. ¿Querés venir?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, así me contás qué pasó con la boluda de mi prima.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ya sentados frente a sendas copas rebosantes de champagne mendocino, Lorena volvió a preguntarme qué había sucedido con Griselda.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, pasó eso que vos decís. Somos muy distintos, ella es una fifí recalcitrante, y yo, más bien, todo lo contrario.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y si se nota de acá a la China, ¿por qué te enganchaste?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Será porque está rebuena?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No creo. No parecés tan superficial.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, entonces no sé.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Será miedo a la soledad?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> -Si le tuviera miedo a la soledad, me compraría un gato, o dos. Es mucho mejor que aguantar boludas pretenciosas. Che, decime, ¿y vos? ¿Qué onda?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Los pibes de mi edad son un pelmazo. Están todo el día acicalándose según la moda, con sus telefonitos de última generación, la play station. Se hacen los gatos y, cuando los apurás, se asustan y no se les para. Y los mayores, de tu edad, más o menos (que para más tampoco me da), se creen los reyes de Java porque aprendieron un par de truquitos sexuales, y al final terminás haciendo todo vos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mirá vos. Así que por un pelo entro en tu target…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Raspando raspando -respondió, y rió a carcajadas. -Pero si vas a pensar que me quiero casar, ser ama de casa, cuidar chicos, y eso, vas muerto.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Acaso parezco de ese tipo?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No. Por eso estoy acá.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Tenés alguna espectativa?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-La primera, rajar de mi casa. Las demás, las estoy evaluando.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Sonó un poco arrogante, ya que se suponía que cualquier eventual arreglo también dependía de mi voluntad. Pero dios sabe que en estos menesteres sí soy superficial, así que no dije nada. No quería perder aquel sabroso bocadillo. Puse un CD de U2 en el estéreo, y di un respingo al sentir la mano de Lorena subir por entre mis piernas, hasta asegurar bien el paquete. Así, como quien dice “agarrado de los huevos”, serví las copas otra vez, mientras sentía que mis engranajes comenzaban a levantar el mástil. Ella se percató de inmediato, y me indicó sentarme en la silla. Me bajó pantalones y calzoncillos y comenzó con una mamada soberana, tanto técnicamente como por la enjundia apasionada que la motivaba. Sabía lo que hacía, sí señor. Y según parecía, lo disfrutaba como loca.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno -le dije-, si no aflojás un poquito voy a gozar yo sólo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Soltó el sorbete y me preguntó:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Acaso no se nota que yo también estoy gozando?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo decía, porque…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Echátelo cuando quieras.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Era demasiado. Comencé a jadear, gemir y a emitir otra clase de sonidos inéditos en mi inventario. Ella también. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">“Too late</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Tonight</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">To drag the past out into the light</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">We're one, but we're not the same</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">We get to</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Carry each other</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Carry each other</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">One” </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">BUM BUM BUM BUM BUM BUM, golpearon a la puerta, mientras los gritos de Griselda resonaban en la quietud de la noche.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Sabemos que están acá! (vaya suspicacia) ¡Abran, hijos de puta! -BUM BUM BUM BUM BUM BUM.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Lorena soltó la presa y yo me incorporé como un resorte para abrirles, mientras me subía los lienzos. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡¿Qué hacés, enferma mental?! Sabés muy bien que el gringo me quiere echar a la mierda, ¿y me venís a hacer semejante quilombo? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Quién carajo te creés que sos? ¿Me venís a denigrar frente a mi familia? ¿Y justo con la putita ésta?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Oíme, tarada… -comenzó a decir Lorena, pero una voz desde abajo la interrumpió:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡TE DIJE MIL VECES, CRATILO, QUE NO QUERÍA MÁS BARULLO DE PUTAS EN LA CASA!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pasen, pasen, la reconcha de su madre. Y vos, imbécil, pará de gritar, eh. Sabés bien los quilombos que tengo con el dueño de la casa. Si volvés a gritar te saco a patadas en el culo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Eh, no le hablés así -me dijo el boludo de Renato.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mirá, vos callate porque te deshago a golpes, boludón. Lindo amigo, traidor de mierda, venir a hacer escándalo a mi casa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo no hice escándalo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, pero la trajiste a la yegua ésta. Llevátela a tu casa, mamerto, a ver si conseguís hacerla mear en la cama.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pará, con eso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, miren -aclaré, mientras tomaba la media botella de champagne y las dos copas de arriba de la mesa-, Lorena y yo tenemos mucho de qué hablar. Y si me toman el tubo de champagne que queda en el congelador, les corto las manos. El pendejo éste todavía me debe tres.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y con vos arreglo cuentas después, venir a decirme putita a mí -dijo Lorena, con una mirada que me hizo pensar que podía apostar 10 a 1 a mano suya en una eventual pelea con la tarada.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Fuimos a la habitación. Nos desnudamos. Tenía un cuerpo soñado. Apenas la besé unos momentos, apasionadamente, ella volvió a lo que estaba haciendo cuando la loca de su prima casi me derriba la puerta. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya te dije que…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No te hagás problema, esto es lo que más me gusta. Y primero las damas, viste. Después me pedís vos -y se volvió a meter el caramelo en la boca. Comenzamos a emitir ruidos de placer, nuevamente. Iba a eyacular, así que traté de apartarla, pero se prendió más fuerte, así que no pude evitar la descarga en su boca. No dejó caer una gota. Yo entonces pensé que seguramente, con aquella belleza, iba a gastar mucho menos en lavandería.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Entonces empezamos a oír:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Así, Renato, así! ¡AY CÓMO ME GUSTA! ¡SEGUÍ, POR DIOS, SEGUÍ! ¡AY, AY, AHHH, AAAAHHH NO PARES QUE ME VOY! ¡AH AAAAH AAAAARGH!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Hija de puta, lo estaba haciendo a propósito. Para darme celos, de venganza, y de paso para generarme problemas con el gringo de abajo. Me explotó la cabeza. Salí, en bolas como estaba, el bicho todavía levantado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Che, hija de puta, cerrá un poco el orto, ¿querés? -Le dije, mientras sacaba de la heladera el tercer champagne. -Y ni se te ocurra mearme el futón. Echate todos los polvos que quieras, pero con esas dos condiciones.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Cómo salís así, con esa cosa al aire? -Ensayó, porque no tenía nada que decir.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Como si no la conocieras. Aparte vos también estás desnuda, garchando en mi propia casa, y no te digo nada. Y encima le tengo que ver el culo al idiota éste, que entre paréntesis, no luce bien. Parece que hubo visitas que entraron por esa puerta trasera.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Eh, gil, ¿qué te pasa?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Nada, me pasa. Ahora si querés boxear…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vení, Cratilo, no les des bola.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Entré a la habitación y fui al armario a buscar mi pistola Bersa .22. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué vas a hacer? -Me preguntó Lorena, alarmada. Le guiñé un ojo y volví al comedor.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tienen dos minutos para vertirse y tomárselas de acá. Si no, los saco a tiros en el culo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Oíme, nene… -ensayó Griselda, mientras el dolobu se vestía con la prisa que las circunstancias exigían.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, Gris, vestite, que este demente es capaz.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-“Dale, Gris, vestite” -Lo remedé. -Claro que soy capaz. Me van a venir a tomar de pendejo en mi propia casa… dale, vamos, váyanse. Y no se les ocurra hacer ningún ruido porque los corro a los tiros.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Te voy a hacer una denuncia que vas a ver.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y yo publico en internet todas las fotos en bolas y haciéndote la puta que te saqué. Con teléfono, domicilio y demás datos personales, que incluyen vaciamiento de vejiga en el orgasmo. Ya va minuto y medio.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sos un hijo de puta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Veintinueve, veintiocho, veintisiete -Sin dejar de apuntarles. Se atropellaron para salir. Y no hicieron el más mínimo ruidito.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cuando volví a la habitación, me regocijé con el cuerpazo desnudo sobre mi cama. Creo que me babeé.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Qué hijo de puta que sos! -Me dijo entre risas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Debo ser, nomás. Últimamente me lo están diciendo muy seguido.</span></div>
</div>
Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-82943988680932393932012-08-24T23:32:00.000-03:002012-08-24T23:32:46.609-03:00AMOR Y MUERTE EN BAHÍA <div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcRGZhW3b-wvyU_dkgVvXUT-HbCjSv424mZlKhF8vr-SEZ_imzqRkwQsUEFydyZA44i0gdfIWMluYpx0CNbV3xcTGCR9i0FZfBROoJEHOUfF6VausRJ30Je7kwMfcfVzIXYBBFiBmU91Y/s1600/Lily.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcRGZhW3b-wvyU_dkgVvXUT-HbCjSv424mZlKhF8vr-SEZ_imzqRkwQsUEFydyZA44i0gdfIWMluYpx0CNbV3xcTGCR9i0FZfBROoJEHOUfF6VausRJ30Je7kwMfcfVzIXYBBFiBmU91Y/s400/Lily.jpg" width="261" /></a><br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Llegué a la Isla de Boipeba, en la Bahía de Todos los Santos, a través del ahora llamado Río do Inferno. Pero si bien Boipeba -así se llamaba también el conglomerado humano más grande- era pequeño, mis ansias de naturaleza dirigieron mis pasos hacia poblados más pequeños aún, algunos que ni siquiera tienen nombre, adoptando el de aldeas vecinas. En cada arroyo que desciende de los morros, hay un asentamiento de pescadores que busca la abundante fauna marina allí donde se juntan las aguas saladas con las dulces. Fue en las cercanías de uno de ellos que transcurrirán los extraños hechos que paso a dar cuenta. Su nombre no importa; ello aparte que odiaría quitarle audiencia al viejo Genival.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Una noche, después de beber unas cuantas cachaças con un grupo de pescadores que se reunían en una tienda en la playa, compré una botella de Velho Barreiro y me fui a meditar -o a terminar de emborracharme, lo que ocurriese primero- cerca de un manglar. Era una clara y fresca noche de luna llena. Tomé unos cuantos tragos y encendí un porro. Comenzaba a fumarlo tranquilo, despaciosamente, cuando vi venir una figura humana, con un par de algo así como tiras colgando de su brazo derecho. Cuando se acercó vi que se trataba de un mulato de cabello mota totalmente blanco, bajo y atlético para su edad. Vestía una camisa oscura, bermudas y ojotas. Las tiras no eran otra cosa que un par de morenas recién atrapadas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Maconha?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sim -respondí, mientras le pasaba el cigarro. Chupó con fruición, entre expresiones de deleite. Me lo devolvió y le estiré la botella. -Y esto es cachaça. -Procedió a beber con idénticas muestras de regocijo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo soy Genival, para servirle.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Encantado. Yo soy Cratilo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Cratilo, hem.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Ésas son morenas?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mal bicho -asintió, mostrándome primero los finos colmillos y luego una fea herida en su pulgar izquierdo. -Si quiere las asamos y las comemos acá nomás.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, gracias, amigo, ya comí. Métale usted, si gusta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No como, generalmente -dijo, mientras las colgaba de una rama a mis espaldas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah -dije, cayendo en la cuenta de que no importa la densidad demográfica; allá adonde haya un loco, allí estaré yo con mi faro encendido. Mas el Genival ése era loco pero no boludo. A esas alturas yo ya estaba convencido de que venía por mi caçhaca.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Sabe, Cratilo? Me gustaría hablar un poco con usted. Y no es que me quiera beber su aguardiente, sucede que creo que necesita hablar -aclaró, como si hubiese leído mi mente; ello, respecto del aguardiente. No estaba seguro siquiera de querer hablar, mucho menos de necesitarlo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿De qué quiere hablar?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Me gustaría oír su historia, saber qué lo trae a estas solitarias playas, en fin…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué me trae? Gamboa, acá al norte, en la isla de Tinharé, es mi lugar en el mundo. Cada vez que necesito curarme de cualquier dolencia física o espiritual, vengo. Y me curo, claro. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, esta tierra es prodigiosa. ¿Y ha venido a curarse de alguna dolencia, pues?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Siempre hay dolencias que curar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dígamelo a mí… pero el problema es cuando no se curan.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Quiere hablar usted? -Le ofrecí, suponiendo que era él quien lo necesitaba.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, mire, yo soy bastante más viejo, y la cosa para mí funciona de modo que usted me cuenta y yo después, no por sabio sino por mi larga experiencia, trato humildemente de ayudarlo en lo que pueda.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Me gustó la propuesta. Ello, aparte, me permitía desarrollar una suerte de psicoanálisis con un terapeuta que compensaba la falta de formación teórica con la aspereza de su modo de vida. Menos anteojitos y pipa y más pelarse el ojete para sobrevivir. Óptimo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Le hablo de mi papá y de mi mamá? -Pregunté insidiosamente, y de paso para abrir el juego.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Lo que guste.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mi viejo era el tipo más responsable del mundo. Y ello, como todo exceso, acabó con su vida. Mi vieja era todo lo contrario, y yo en medio: obviamente, di prioridad a la impronta materna. No pensaba morir en peleas ajenas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, claro. Pero la responsabilidad está en sus genes.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Para eso tengo esto -respondí, mientras bebía un generoso trago de cachaça. -Ante cualquier arrebato de responsabilidad me embriago y listo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Buena medicina, eh.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Quiere?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, gracias. Continúe, por favor -indicó con aires de terapeuta. Solo entonces advertí que, no obstante el chiste, terminé efectivamente hablando de mis viejos. Me cago en Freud.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No tiene caso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, usted sabrá entonces por qué lo sigue esa sombra.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué sombra?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-La sombra de la muerte. Camina a su alrededor. ¿Le teme usted a la muerte?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-He estado demasiadas veces del lado equivocado del caño como para temerle, a estas alturas. Desde muy joven estuve con el culo en el gancho, por circunstancias político-sociales o meramente por actividades consideradas ilícitas por quienes detentaban el poder. Eso sin hablar de las veces que le pasé cerca por intoxicaciones varias. No, no le temo. Que camine todo lo que quiera alrededor mío, pero que no se interponga. Sé que finalmente perderé, pero va a tener que pelear bastante para llevarme. Y dígame, ya que estamos:¿acaso usted es la muerte? ¿O acaso está muerto?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Acaso lo parezco? Ya sé, no me conteste. Demasiados “acasos”, por ahora -respondió enigmáticamente, y se rió. Luego siguió con esa suerte de interrogatorio: -¿Y con las mujeres? ¿Cómo le va?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Lo mismo me preguntó un viejo puto, cuando era adolescente -dije, algo fastidiado y para molestarlo, cosa que no logré en lo más mínimo, por cuanto se carcajeó más fuerte aún. Me pareció que su risa tenía un dejo metálico, como el del cantante de Sepultura, sólo que menos ostensible. Bebí otros buenos tragos de cachaça antes de continuar: -Las mujeres ya me han vuelto lo suficientemente loco como para intentar una relación estable. No quiero saber nada más acerca de ellas. Renuncié a tratar de entenderlas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pero son lindas, eh.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ni que lo diga. Pero he elegido gozar de ellas sin comprometerme en lo más mínimo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Hace muy bien, joven Cratilo -aprobó, ahora algo ceñudo y pensativo. -Usted disculpe, pero le he preguntado por temas que me interesan mucho y no tengo oportunidad de hablarlos con nadie. Yo alcancé las mismas conclusiones que usted respecto de las mujeres, pero ya era demasiado tarde.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué pasó? ¿Ya no se le ponía dura?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Peor aún; si quiere, le cuento la historia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Déle nomás, no tengo nada que hacer.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Resulta que me casé muy joven, con una negra guapa pero algo entrada en carnes, justo lo suficiente como para ser voluptuosa pero sin que se pudiese decir que era gorda. Todo iba bien al principio; pero después (no sé si por complejo o no), a medida que fue engordando, me fue tratando cada vez peor, vio cómo es eso… y encima quería sexo todo el tiempo, y yo debía esforzarme cada vez más para complacerla, aún a pesar del desagrado que me provocaba el tremendo culo que apenas si pasaba por las puertas, en ese bamboleo cárnico propio de las que se queman los pendejos entre las piernas de tanto rozar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ufffff.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ufffff, sí. Y había que llegar al fondo de la cuestión, vio. Mire que no estoy mal dotado, pero esas nalgas robaban varias pulgadas -Ahora fui yo quien rió con ganas. Pero la historia continuaba: -Pasado el tiempo ya me repugnaba. Así que salía por ahí a beber y divertirme, lo que conllevaba que a cada regreso a casa primero era objeto de maltratos y acusaciones, y luego era atacado sexualmente. ¡Y guay que no se me fuera a parar! No había dios que la convenciera de que no había estado con otra mujer. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Una tarde estaba bebiendo unas pingas en una barraca de Itapuá, cuando llegó un grupo de mozos haciendo batucada con parches, silbatos, agogós y hasta un banjo. Todos nos pusimos a seguir el ritmo con copas, botellas y cubiertos, o lo que hubiera a mano, y a cantar viejas tonadas bahianas. Y entonces apareció ella, Cleide. La mulata más hermosa que había visto en mi vida. Comenzó a danzar al compás del batuque, con una sensualidad y una gracia inconmensurables. Su cuerpo cimbraba y tremolaba con cada vigoroso paso, en un arrebol de lujuria. Su cara, en éxtasis danzante, parecía gozar de un orgasmo permanente, de forma tal que casi nos lo provocaba a quienes disfrutábamos el espectáculo de las firmes carnes estremeciéndose. Por suerte los mozos seguían tocando, aún excitados, porque yo quedé tieso y boquiabierto. Ella advirtió mi apasionamiento, de cuando en cuando me miraba y me dedicaba un mohín. Pensé que se estaba burlando de mí, era demasiado hermosa como para fijarse en mi humilde persona. Pero cuando paró la música, vino a mi mesa y se presentó. Bebimos una botella de cerveza y luego, cuando anochecía, me dijo que le encantaba darse baños de luna en la Lagoa de Abaeté. Mi corazón saltaba dentro de mi pecho, ya que muchas parejas iban a mantener relaciones sexuales en las arenas blancas que bordean la laguna, a unas cuantas cuadras de donde estábamos. Caminamos hacia allí, hablando sonceras y jugando juegos de seducción casi adolescente, y eso que ya andábamos por los treinta. Llegamos. Ya la luna rielaba sobre las arenas, y su piel morena contrastaba de un modo estremecedor. Sin decir palabra alguna, se acercó a mí y me besó. ¡Dios, qué dulce néctar me pareció su boca! Nos abrazamos, afiebrados, jugando con nuestras lenguas y apretándonos cada vez más fuerte a medida que la calentura ceñía nuestros cerrojos de sangre. Tomé uno de sus pechos y dejó escapar un leve gemido, al tiempo que comenzaba a acariciar mi sexo…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Oiga, hombre, que se me está poniendo tiesa…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y no se imagina cómo estaba yo. Parecía un sueño. Pero era real. Tanto que no pude esperar mucho, la desnudé, subí sus piernas con mi antebrazo izquierdo y probé con mi boca otra vez el dulce néctar de su sexo. Ella se contorsionaba y gemía casi desesperada, mientras yo jugueteaba con las suaves mucosas y trataba de entender pronto cuál era su predilección en esas lides. Pero no tuve tiempo, ya que descargó un caudaloso orgasmo en mi boca. Entonces, antes de que me sucediese lo mismo sin haber ingresado aún en su maravilloso cuerpo, la monté y descubrí que, pese al tremendo polvo que se había despachado, aún la tenía prieta. Y así siguió, aunque a muy poco acabamos juntos y estruendosamente. Tardamos un buen rato en recuperar el aliento. Luego, a lo largo de la noche, lo hicimos cuatro veces más.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Eh, hombre, ‘ta bien que fantasee un poco, pero achique la dosis, así es más creíble. Más que en esa época supongo que todavía no existía el viagra.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Se nota que no sabe lo que era cogerme a la culona, apenas si podía levantarla. Pero Cleide… ¡qué hermosa era! Su risa iluminaba mi vida.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Joder que se enamoró!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pues sí. Y ese fue el principio del fin. Nos seguimos viendo a escondidas, ya que la culona, después de esa noche, había olido algo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Habrá sentido olor a concha, por lo que cuenta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, me refiero a algo más sutil, por graciosa que le resulte su guarangada. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No se ofenda, Genival, es una broma -no dejaba de sorprenderme el refinamiento de sus ideas tanto como el de su verbalización.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y ella, como modo de ganarse la vida, era amante de un político muy rico y venal, con disposición de hacernos desaparecer del mundo si se enteraba de la traición.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ahá, por ahí saltó la liebre.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Cierto. Pero nos amábamos demasiado, hasta la locura; tanto que pensamos que si ese iba a ser nuestro eventual destino, o peor aún, la posibilidad de que nos separaran definitivamente, preferimos atacar primero. Ella iba a tratar de hacerle firmar un seguro, o algo así, para no quedarse con las manos vacías después de tanta asqueada inversión de sus encantos. Luego hallaría alguna manera de liquidarlo. Yo me encargaría de mi grotesca pesadilla culona.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cleide arregló sus seguridades financieras y decidió envenenarlo con un filtro preparado por una anciana amiga hija de las Yiami, que son…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya sé, Deidades u Orixás del Panteón Yoruba, ¿verdad?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Algo así, sí, pero las precisiones las dejamos para otro momento. Yo, por mi parte, enterado que estaba de la inminencia del desenlace de ese lado de la historia, ideé un plan: serruché la baranda de madera del balcón de mi casa en el segundo piso casi totalmente, de modo que ante el menor apoyo cedería. Salí un rato a tomar coraje y volví al anochecer, a sabiendas que la gorda comenzaría inmediatamente con sus ofensas y descalificaciones cotidianas. Y así fue. Pero se sorprendió cuando, en lugar de reaccionar del mismo modo que siempre, la abracé fuertemente y, a pesar del asco y el profundo desprecio, la besé fingiendo pasión. Ella respondió, porque toda su agresividad cedía ante una perspectiva erótica. Le bajé los pantalones, los tremendos calzones (con los cuales se podía pescar un buen bacalhau), la giré y la penetré lo más profundamente que sus nalgotas me permitieron. Después la arrastré hasta el balcón. “¡Sos loco!”, gritaba. ¡Nos va a ver todo el mundo!”. Y yo: “¡Que nos vean todo lo que quieran! ¿Acaso no puedo joder a mi esposa?” Entonces, algo excitado por la inminencia del sangriento desenlace, la hice tomar de la baranda. Estaba entregada, así que le di y le di cada vez más fuerte, claro que cuidando de no perder pie. La gente comenzaba a apiñarse debajo, a reír y a gritarnos obscenidades. Cuanto más público, mejor, pensé, y como la baranda no cedía, le propiné un caderazo tal que se oyó un crujido y allí fue la culona, paradójicamente de cabeza. Yo quedé aleteando para no caer detrás. De últimas me arrojaría sobre el tremendo trasero, que seguramente y dada su blandura evitaría que me rompa la crisma. Pero no hizo falta. Me llevé las manos a la cara, simulando desesperación pero sonriendo diabólicamente. Era feliz. Los gritos y las pullas dieron lugar a unos segundos de silencio, para devenir nuevamente en expresiones de urgencia, mientras yo observaba todo el cuadro con mi miembro en ristre. Me sentí la imagen misma de una deidad masculina de la fecundidad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Después de mostrarme afligido y doliente frente a los funcionarios policiales y judiciales, me dejaron en paz durante unos días, los suficientes para el sepelio (había que cargar el féretro de la gorda, eh) y algunos trámites. Cada día fui al bar del Pelourinho (en el que íbamos a encontrarnos cuando todo pasara), pero jamás vino. Compraba el diario “A tarde” cotidianamente, esperando encontrar noticias acerca del fallecimiento del caudillo, pero sólo encontraba referencias a su actividad política. Era todo muy raro. ¿La habrían descubierto? Una tarde, algo así como diez días después, volvía a casa y vi un grupo de peritos trabajando en el balcón, seguramente el casero les había facilitado el acceso. Y lo más alarmante era que se concentraban en los bordes aserrados de la baranda. Todo se precipitaba. Volví al bar del Pelou y bebí desaforadamente. Entonces entró un viejo amigo, que había logrado un buen pasar haciendo quién sabe qué cosas sucias para los congresales del Partido Trabalhista Cristâo, y me dijo que había oído por ahí que algunos personajes estaban fogoneando mi causa y que me querían preso para matarme en la cárcel. Por más que sabía de dónde venía el palo, traté de sonsacarle más información, pero fue en vano. “Es más”, aclaró con expresión de pocos amigos, “yo jamás te dije nada, ¿entendés? Ya bastante me arriesgo viniendo a advertirte”. Y se fue. Todo había sido descubierto, y la hermosa Cleide seguramente había muerto, o peor aún, había sido vendida como esclava sexual. Apuré el trago y me fui con lo puesto a Sao Joaquim, y tomé el ferry a Itaparica. De allí vine a esta Isla, y levanté una rudimentaria cabaña en medio del mato. Nadie iba a ser capar de encontrarme. Esta tierra es generosa, bananas y mangos te caen en la cabeza, arrojas una cabeza de pescado atada a una piola y te traes tres cangrejos. Cada noche pescaba, ponía trampas; y así fueron pasando los años. Nadie más supo de mí, y yo no supe más de nadie.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No suena tan mal.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, sobre todo para el que ha perdido lo único que le interesaba en la vida.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Hombre, tampoco sea tan drástico…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Usted porque no conoció a la hermosa Cleide como yo la conocí. Bueno, a medida que pasaban los años, fui tomando coraje y empecé a mostrarme por el pueblo. A oír un poco de música, conversar, beber una cachacinha. Por longevo que fuera mi enemigo, era dudoso que aún continuara vivo; y si lo estaba, en el peor de los casos, estaría tan chocho que no habría por qué preocuparse.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y ése fue un error garrafal, ¿no?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Un error de cálculo, diría yo, ya que no consideré algunas incógnitas de la ecuación. Resulta que el corrupto ése tenía dos hijos, cuya madre (la esposa del corrupto, digo) se suicidó al enterarse de las aventuras de su marido con la hermosa Cleide. De alguna manera el asesino con poder se encargó de mantener la llama de la venganza encendida. Una noche volvía del manglar con un par de langostas y de pronto oí a mis espaldas “¡Genival Santos!”. Pensé que era la policía, por el tono, pero no: eran tres hombres vestidos de paisano, dos de ellos munidos de armas de puño, apuntándome. Estaban a unos diez metros detrás de mí. Se presentaron como los hijos del corrupto, y me enrostraron la muerte de su madre, entre maldiciones y puteadas. Yo supe que mi fin había llegado, pero estaba dispuesto a luchar, si tenía oportunidad. Así que argumentando que no era el tal Genival, me acerqué a ellos, apretando el cuchillo, escondiéndolo tras mi antebrazo. Jugaba con eso que todo sabemos, que quien empuña un arma de fuego se confía más de lo debido. Casi lloriqueante, seguía pretendiendo no ser quien en verdad era. “¿Por este marica se suicidó mamá?”, preguntó uno. “Es verdaderamente despreciable”, comentó otro; di un salto y le hundí el cuchillo en el cuello, al tiempo que de un golpe lo desarmé. Oí un estampido y sentí un impacto en el hombro. Así y todo alcancé a apuñalar en el hígado al que estaba desarmado, que gritó como un loco. Entonces recibí otro disparo, esta vez en la espalda, y caí. Entre los gorgoteos sangrientos de uno y los gritos pelados del otro, el tercero se acercó a mí y me miró con el odio concentrado en sus ojos. Supe que si los disparos no me mataban pronto iba a sufrir mucho a manos de ese bastardo, así que le dije con sorna: “Bueno, te sigo ganando como tres a uno, más o menos.” Pude ver como le resaltaban las venas y oír el rechinar de sus dientes mientras levantaba el arma y me disparaba a la cabeza. El final fue una explosión de estrellas, que se fundieron en una extraña luz amarillenta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Entonces estoy, o muy borracho o hablando con un espíritu. O sino, lo que parece más plausible, me está tomando el pelo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Esta es tierra de Eguns, sabe…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Lo es. Los Egun son los espíritus de los ancestros, ¿no?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pero yo no tuve descendencia. Por ello quizá es que estoy deambulando por acá, esperando la oportunidad de hablar con alguien.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La borrachera ya se estaba transformando en un pesado estado de somnolencia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No se duerma, joven Cratilo, mire que hace décadas que no la pongo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡¿Qué dice?! -exclamé, abriendo los ojos bien grandes, repentinamente. Pero el viejo Genival ya no estaba. Su risa metálica resonaba por doquier. Más que asustarme, fue el arrullo más extraño que alguna vez me indujo al pesado y casi inmediato sueño de la ebriedad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cuando desperté, el sol ya estaba bastante alto. Quedaba un trago de cachaça, y lo bebí para ver si me ayudaba con la tremenda resaca. Luego encaminé mis pasos hacia la aldea. De pronto recordé las morenas que Genival, presuntamente, había colgado de las ramas. Iba a volverme a mirar si estaban, como una prueba objetiva de la real existencia del viejo, pero no lo hice. Me gustan los finales abiertos.</span></div>
</div>
Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-71316160557736074342012-08-03T23:49:00.000-03:002012-08-03T23:49:12.688-03:00FILOSOFÍA ORIENTAL, EROTISMO Y KUNG FU<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjs8Ey9tYYAMyp-AJyL8C0VaUpJZzjw98_KAT1LNqRxa8Pd0jdgaFL30_PKzjzJ-s92d1nEQTUqNWRsad9G7mKDXk8Ai-4oUHD7bHf5zlPQBqjNkPz8Cg5BDCl_4XCCuN86XFS48aOhdTw/s1600/Milo+Manara+1.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjs8Ey9tYYAMyp-AJyL8C0VaUpJZzjw98_KAT1LNqRxa8Pd0jdgaFL30_PKzjzJ-s92d1nEQTUqNWRsad9G7mKDXk8Ai-4oUHD7bHf5zlPQBqjNkPz8Cg5BDCl_4XCCuN86XFS48aOhdTw/s400/Milo+Manara+1.jpg" width="306" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Milo Manara</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">No recuerdo bien por qué andábamos dando vueltas por la Ciudad de Buenos Aires, ciudad que como todas las grandes capitales está repleta de roedores, aunque la mayoría de ellas, en este caso, andan en dos patas. En un barrio que no podría definir cual, un par de mujeres hermosas a la vista se cruzaron y el gordo, raro en él, les dijo un piropo bien fino, sorprendente en su inventario repleto de chabacanerías y aires soeces. Las mujeres sonrieron y entraron a un bar. Es un axioma que si las mujeres no ponen cara de oler mierda, la mitad de la carrera ya está ganada, así que fuimos a por ellas. Aquel bar era uno de esos modernos, onda new age, en los cuales lo más calórico que podía consumirse era un sándwich de algas o algo por el estilo. ¿En dónde quedó el bife a caballo con papas fritas? Oh, Dios. Pedimos a las ninfas compartir la mesa, y no plantearon objeción alguna. Por el contrario, casi podía percibirse un cierto entusiasmo motivado por razones uterinas. ¿O sería que el frenesí sexual venía de nuestro lado? Es más que probable que fuese, finalmente, esa cuestión de feedback que mantiene sobre el planeta a las abyectas larvas humanas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Flor y Sonia, se llamaban. Flor, una rubia con cierto aire de locura en la mirada, alta, esbelta, y con unos rasgos virginales que parecían contradecir su mirada ávida, que resultaba por ello de lo más excitante. Sonia, más baja y comprimida, sin embrago parecía una bomba sexual a punto de estallar nomás le encendieran la mecha. No había conflicto, entonces. Yo sabía que Abdul atacaría por allí, en tanto a mí me interesaba mucho más la otra. Aunque, llegado el caso…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El primer traspié estuvo dado al advertir que en ese tugurio, en concordancia con las comidas feas e hipocalóricas, no se servían bebidas alcohólicas. Manifesté mi desagrado ampulosamente, pedí un jugo de pomelo y salí a comprar gin para mezclarle. Cuando volví, el gordo ya tenía el brazo sobre el respaldo de la silla de Sonia, mientras apelaba a un discurso que haría palidecer a un vocero de Greenpeace. No perdía tiempo, evidentemente. Flor entonces me pareció más hermosa aún que unos minutos antes, y su belleza iría afectando más y más mis emociones a medida que la botella de gin bajaba.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿No te das cuenta que estás atentando contra la naturaleza? -Me preguntó de pronto.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Yo? ¿Qué estoy haciendo?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bebiendo alcohol.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, digamos que en todo caso estoy dilapidando parte de lo que la madre naturaleza me otorgó graciosamente. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-La naturaleza podrá ser graciosa, de hecho lo es, pero vos no parecés muy gracioso que digamos…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No te creas. Hace unos años trabajé de payaso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Qué raro, pensé que seguías en plena actividad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sonaste, Cratilo, te tocó una peor que vos -dijo Abdul, y Sonia se cagó de risa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Por qué dice eso? -Me preguntó Flor.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Hay quien dice por ahí que soy cínico.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Al lado tuyo, Diógenes es un nene de pecho -dijo Abdul, dejándome pasmado. -Claro que él vivía en una tinaja vacía, vos vivís en una repleta de vino.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Entre las risotadas de las mujeres, dije al gordo: -Es lo más sorprendente que te oí decir en mi vida, y eso que te he escuchado cada pelotudez... ¿De dónde carajo sacaste eso?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué te crees, gil, que el único intelectual sos vos?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Entonces recordé que estaba terminando el secundario en una escuela para adultos. Seguro que ese prodigioso conocimiento -para él- salió de allí. No me pareció pertinente mandarlo al frente en ese contexto, pero no faltaría oportunidad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y ustedes de que se ríen? ¿Acaso conocen a Diógenes el Cínico?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ahí tocaste mal, chico -dijo Flor-, Sonia es Licenciada en Filosofía, y yo abandoné en cuarto año porque me dio por el estudio de filosofías menos clásicas, aunque a mi juicio más trascendentes.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tomá pa’ vos -dijo Abdul.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Onda new age? Pregunté.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, onda oriental.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, menos mal. Odio a todos esos imbéciles que respiran incienso y hablan pelotudeces sin fundamento a troche y moche.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, no le hacen mal a nadie, que yo sepa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Si propagar la estupidez no es malo, entonces estoy de acuerdo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sos un poco simplista, ¿no te parece?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Me gusta aplicar la navaja de Occam*, no sé si me entendés.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ahá; no es muy fino, eso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Aprovecho, viste. Estoy acostumbrado a hablar con lúmpenes que desconocen abiertamente cualquier cosa que requiera la más mínima sutileza de pensamiento -y lo miré insidiosamente a Abdul. Cuál no fue mi sorpresa cuando lo vi metiéndole la lengua en la boca a Sonia, que lejos de resistirse, respondía con real calentura. Me acerqué a Flor y le susurré al oído:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Parece que no pierden tiempo, ¿eh?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sonia es así, muy sexual y apasionada. El único problema es que se confía mucho, y así le va…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No parece que le vaya muy mal.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vos porque no vivís con ella. ¿Sabés las veces que la tuve que apuntalar anímicamente, porque estas “aventuras” suelen dejarla como un trapo de piso?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vos, en cambio, es como si estuvieras en guardia…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, qué guardia. Pasa que la mística me puso más allá de esos embrollos y ajetreos sexuales, que solo sirven para vaciarte de energía.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo sólo me vacío de otra cosa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sos un guarango. Y burdo, además.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿La mística también te llevó a sobredimensionar los chistes?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, ¿era un chiste? Pero qué gracioso que sos…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Entonces empecé a pensar que la mejor opción era la petisa explosiva. Pero las cartas ya estaban repartidas. Para colmo Sonia y Abdul seguían entusiasmadísimos con el intercambio de fluidos salivales, sorbiendo lenguas y lamiendo mucosas, alternadamente. Puaj.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y si vamos a tomar un café a casa? -dijo Sonia, en uno de los breves lapsus de desprendimiento oral. Seguro que ya tenía la raja empapada.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿A casa, te parece? -De lo que podían colegirse dos cosas: una, que vivían juntas; y la otra, que yo le interesaba poco menos que un gusano.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, che, los muchachos son piolas, buena gente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya veo, sí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Vivían a solo una cuadra, en el 3º piso de un edificio lujoso. Asimismo el semipiso que ocupaban estaba ambientado con buen gusto pero poca sobriedad, había algo de ostentoso tanto en el mobiliario como en ornamentos, tapices y pinturas, la mayoría con motivos orientales. Había mucho dinero, sí señor. Era la típica situación en las que lamento ser un tipo honesto. Nos sentamos en un gran salón con cortinas azules por todos lados, como si de allí salieran varias puertas. Sonia dejó sobre la mesa una botella de ginebra holandesa y una de zumo de uvas, en tanto cargaba una de whisky.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Le voy a mostrar a Abdul la nueva decoración de mi habitación. Permiso…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Acaso conoce la anterior? -Pregunté insidiosamente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Perdón?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, andá, andá mostrale todo lo que quieras.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, si te va a pedir permiso a vos -terció el gordo, y se fueron. Ya solos, la hermosa rubia y yo nos vimos envueltos en un incómodo silencio. Me serví una buena medida de ginebra. Ya estaba bastante ebrio; no obstante el instinto, en su inmediatez operativa, me mantenía conciente del hecho de que si quería degustar esa breva, colmada de histerias y sublimaciones, debía demostrarle el más profundo desinterés. Así que le dije:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Loca, sabés qué… vinimos en mi auto, así que lo tengo que esperar al gordo. Vos si querés andá a dormir, no sé, o mirá TV, o leé, lo que quieras. Yo me quedo acá, y quedate tranquila, tengo muchos defectos pero no soy delincuente; lato sensu, al menos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Hago de cuenta que estoy en mi casa…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Encendí un cigarrillo, bebí un trago de ginebra y exhalé el humo. No responder a la ironía era parte de mi estrategia. De pronto, desde el interior de la vivienda, comenzó a escucharse la voz de Sonia “aaaahá… aaaaahá… ¡aaaahá! ¡aaaahá! ¡Así! ¡Por dios, así! ¡aaaahá! ¡aaaahá! ¡AAAAAAHÁÁRG!” Parece que ya se había echado el primero.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, a este ritmo, parece que en un ratito te dejo tranquila -le dije.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No me molestás para nada. (?)</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, en ese caso, lamento no ser tan divertido como mi amigo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué querés decir, con eso? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Nada, que el gordo es mucho más simpático y ocurrente. ¿Qué pensaste?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Nada, nada -y se sonrojó. -Pasa que Sonia es muy pasional, también.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Se nota. Parece que metí la mano en la bolsa y saqué la paja mas corta, con perdón de la expresión -Ella rió casi hasta las lágrimas, dejando traslucir otro síntoma de histeria. Al cabo dijo:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Lamento que te hayas quedado sin embocar la sortija.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No pasa nada.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sos un tipo raro, vos. ¿No vas a insistir?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Tendría algún sentido?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, claro.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Por eso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Entonces, volvió a oírse el crescendo de gemidos y gritos, esta vez modulados por los tonos bajos de Abdul. Me estaban dando unas ganas bárbaras de embocar a la rubia, pero no podía manifestarlas, so riesgo de tirar por la borda todo el sacrificio previo. Esperaba que a ella le estuviese ocurriendo lo mismo. Pero la ayuda llegó de un modo que jamás se me hubiese ocurrido. Desde el interior del lujoso apartamento hizo su ingreso un individuo enjuto, muy moreno, de aspecto tailandés, o malayo; algo así. Si bien sus ojos blancos denotaban la más absoluta ceguera, no se conducía como un no vidente. Me quedé atónito, tanto así que la rubia dijo, para atenuar mi estupor:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Él es Benny, mi maestro espiritual.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Benny -dije a modo de saludo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué andás haciendo? -Le preguntó Flor.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Me trajo el olor a feromonas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, sí, pasa que Sonia está con un muchacho.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, ahí solamente huele a sexo. Las feromonas vienen de acá -Flor me miró con pánico. Era increíble cómo luchaba para no mostrar las cartas. O la concha, para ser más gráfico. Esa misma cuestión la llevó a decir, con inseguridad, casi tartamudeando:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Parece que el amigo Cratilo se ha excitado un poco con los gemidos y gritos que vienen de la habitación de Sonia…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡¿Cómo?! -Exclamé, y Benny aclaró:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Flor, es tu aroma el que predomina. Yo te enseñé a decir la verdad siempre, y a hacerte cargo de tus debilidades.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, yo…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya decía el maestro Confucio que no hay que prolongar una restricción de modo que se convierta en algo en sí maligno.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Yo, que seguía libando el néctar holandés sin prisa pero sin pausa, exclamé:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Vamos, Confucio, carajo! ¡Viva el I Ching! -De pasada me floreé ante el malayo, señalándole la fuente. A papá mono, con bananas verdes…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Como sea -le dijo Benny-, me parece que habría que darle el gusto, al menos hoy, a ese organismo joven y deseoso. Si no, tus caminos pueden verse bloqueados por la frustración -y se sentó en un amplio sillón a mis espaldas. Yo me quedé mirando a Flor, esperando su próxima movida. Ella miraba hacia abajo, sumida en sus pensamientos y algo abochornada. Al cabo de unos segundos levantó la vista, y mirándome directo a los ojos, me preguntó:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Puede ser sin penetración?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Todavía no te dije que podía ser -respondí, llevando la humillación al límite, remachando el clavo. Se lo merecía por burguesa y por arrogante. Acusó el impacto en su mueca de desagrado. Era hermosa, así que temí estar forzando la nota. De modo que dije. -Es un chiste, como vos quieras está bien para mí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Entonces será un sacrificio para la diosa Kali -me informó, mientras se incorporaba y corría uno de los cortinados azules. Entonces pude ver una fina estatua, tamaño natural, de aquella diosa a la que Flor procedía a encenderle velas. Me acerqué y acaricié su espalda y la palmeé como si fuera una yegua (que lo era, flor de yegua; sólo le faltaba cagar al trote). Noté que temblaba, no sé si de deseo, miedo o alguna otra emoción. Si no hubiese bebido tanto, me habría sentido un canalla (que lo era, más allá de cualquier detalle más o menos atenuante). No obstante le abrí una puerta:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mirá, si te vas a sentir mal lo dejamos para otro momento…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Acariciame. Necesito afecto.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Como un poseso comencé a recorrer las hermosas formas de ese cuerpo maravilloso con la palma de las manos en llamas. Después de dedicarle el tiempo correspondiente y sentir cómo se tensaba y se estremecía con mis caricias, comencé a desnudarla, mientras en la pieza de Sonia los murmullos comenzaban a resolverse en gemidos pasionales, y al rato devendrían en alaridos. Era una buena música de fondo para las actividades recreativas que ofrendábamos a Kali. Le quité toda la ropa como quien desenvuelve la más exquisita golosina, comencé a acariciar el suave interior de sus muslos, mientras iba ascendiendo hasta tomar contacto con un sedoso vello púbico. Soltó un gemido y abrió más las piernas. No alcancé a juguetear un poco que sentí una intensa descarga en mi mano, acompañada de expresiones de regocijo capaces de confrontar con las de Sonia. Apoyé mi afiebrado pene en la raya de semejante culo, y ella comenzó a restregarse hacia arriba y hacia abajo. Entonces, atenazado por las viles exigencias de la sangre, rompí el código: en el subibaja, mi verga (seguramente a causa de tropismos ancestrales) se trabó en el extremo de su vagina y quedó perfectamente presentada hacia el interior de la gruta del placer, así que con un fuerte caderazo se la mandé hasta el fondo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡AAAAAAHHHHH!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Huy, disculpame, no me pude…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡MA’ QUÉ DISCULPAME! ¡SI LA SACÁS TE MATO! ¡AAAAHHHH! ¡POR DIOSSSSSS!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y nos fuimos juntos ante la vista y quizá la bendición de Kali. Hablando de vista, si bien el tal Benny no veía, parecía suplir esta carencia con extraordinarias formas de percepción. Y ni hablar del oído. La casa hacía rato que trepidaba con estentóreas manifestaciones de frenesí sexual, así que me volví hacia él y me quedé atónito otra vez: el viejo malayo ciego se estaba batiendo una flor de puñeta. Y a pesar de su magro físico, había que reconocer que tenía con qué.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Grande, Flor, volviste al ruedo! -Festejó Sonia, ingresando al living envuelta en una sábana (espero que no haya sido la de abajo). Detrás de ella apareció Abdul en calzoncillos, exhibiendo su voluminoso pero duro abdomen y esbozando una sonrisita. Por mi parte, me subí los pantalones, me serví más ginebra, y la bebí como agua debido a la sed. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sonia, este tipo no me gusta -dijo el malayo-. Hay una tremenda luz de violencia en su aura.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mirá, Benny, que yo no soy Flor, eh. A mí no me vas a andar diciendo con quien juntarme y con quien no…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, qué te pasa, chicato… ¿Querés que te de una muestra gratis de mi aura violenta?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo que vos no lo intentaría -le aconsejó Sonia.- Mirá.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Tomó una manzana del frutero y la arrojó hacia el viejo. Éste, veloz como el rayo, tomó una katana de quién sabe dónde la tenía oculta y de un certero mandoble la cortó justo a la mitad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vamos, Abdul -le dije. Conociéndolo, sabía que si no nos íbamos rápido me lo iba a llevar en rebanadas-. Mañana me tengo que levantar temprano.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Pensó durante unos instantes y finalmente accedió: -Esperá que me visto. -Era loco pero no boludo. Volvió con Sonia a la habitación. Ésta, antes de salir, le hizo una seña de pulgar arriba a su amiga. Ésta sonrió con paradójica tristeza dibujada en sus dulces facciones. Luego me miró y me preguntó:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Nos volveremos a ver?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Seguro, es un mundo pequeño, éste.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Querés mi número de teléfono?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, gracias. Siempre pierdo los papeles. Aparte, ya se lo deben estar dando a Abdul. En todo caso, sé dónde vivís.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-En ese caso, no sabrás si tengo ganas de que vengas o no.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Puedo correr ese riesgo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ya en el auto, encendí un cigarrillo y la radio. Estaban pasando “You shook me all nigth long”, de AC/DC. Vaya ironía. Mientras el gordo, más por su vapuleado machismo que otra cosa, repetía una y otra vez:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Viejo hijo de puta, si me hubieras dejado le quitaba la katana de mierda ésa y se la envainaba en el culo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y desde cuándo me pedís permiso? -pregunté socarronamente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, boludo, aparte estaban las mujeres. Si no me rescato, no las garchamos más. ¡Y están buenas! ¡Y cómo les gusta el fierro! Una vez que pego una mina como la gente…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, por ahí te vas justificando mejor.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Qué justificando, la concha de tu madre! ¿Querés que te surta a vos?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">(“You shook me all nigth you, yes you)</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno -continuó-, por lo menos rescataste algo para escribir.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No pienso escribir nada de esto.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Por?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Porque fue muy delirante. Ya bastante me joden con que fuerzo la nota de la imaginación hasta alcanzar niveles adolescentes.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Pero si realmente ocurrió!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, sí, claro. Pero andá a hacérselo creer a alguien…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En realidad, en aquel momento no pensaba contarlo. Sin embargo aquí está. Y como decía Alex, el principal personaje de la naranja mecánica, créanme o bésenme el culo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">* Principio metodológico atribuido a Guillermo de Ockham, según el cual entre dos hipótesis verosímiles, la más simple es generalmente la verdadera. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-82770748887438949122012-06-24T11:41:00.000-03:002012-06-24T11:41:50.244-03:00VIOLACIÓN SEGUIDA DE MUERTE<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgT2Bh7LsRE6SSeb-PuHKYlJMra2XrSrKFae7KROt_Ilkgb7NwwT_dgSMc2-FzvdvF-x4Hea2HTvtjc_VpQLVmtcbHuqfztgJdDlu9wmYW3p71Ho0SO7Q4qBDSGRcOLgMpAVlkIgc73-MA/s1600/Olga+levchenko+X.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgT2Bh7LsRE6SSeb-PuHKYlJMra2XrSrKFae7KROt_Ilkgb7NwwT_dgSMc2-FzvdvF-x4Hea2HTvtjc_VpQLVmtcbHuqfztgJdDlu9wmYW3p71Ho0SO7Q4qBDSGRcOLgMpAVlkIgc73-MA/s400/Olga+levchenko+X.jpg" width="280" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Olga Levchenko</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Todo bien, Cratilo -decía Renato sirviéndose más cerveza en la sala de mi humilde morada en el Barrio de La Loma-, podés ser todo lo chabacano que quieras, en tus escritos, pero los que te conocemos de antes y sabemos de tu bagaje intelectual, sentimos que nos estamos perdiendo de algo más… bueno, de algo con más peso específico, de profundidad conceptual, de metafísica, qué querés que te diga…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Vos decís que hay algo más trascendental que la concha? Ni la puerta de “Stargate” te lleva a profundidades tan escabrosas y a tales ensoñaciones de placer místico. ¿Querés una emoción estética y metafísica violenta? Por acá tengo una Playboy…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Está bien, eso no te lo voy a discutir, pero antes te presentabas como un pensador atribulado por el sinsentido de una humanidad desquiciada, un racionalista romántico que padecía una suerte de conflicto con el estado oligofrénico de las cosas, sociológicamente hablando. Dejabas traslucir una especie de ingenuidad que resultaba simpática al lector. Ahora la vas de macho latino y la recontracanchereás, loco; sos el único héroe, vos. A mí siempre me dejás como un boludo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No hagas más boludeces y chau. Sos vos el que me da el material.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, claro; como te decía: sos el único pillo, y tal vez Abdul, al que no te animás a chicanear de cagón que sos, nomás.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Por ahí venía el asunto, ¿no? Te voy a decir un par de cosas: primero, que no voy a ser el boludo de la película por la sencilla razón que la escribo yo; segundo, a Abdul no lo gasto porque el chabón se la aguanta, no como otros maricones que conozco; y tercero, puede ser que sea cagón, pero a caquitas como vos me los banco. ¿Querés ir a la vereda a tirar unos guantes?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Ves que no se puede hablar con vos? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No me rompas las pelotas, entonces; escribí tu propia epopeya y no jodas. Ah, y cuando necesite consejos acerca de cómo y sobre qué escribir, te aviso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="color: white;">Como rematando el no muy amigable diálogo, se oyeron unos pasos acelerados subiendo por la escalera y unos apremiantes puñetazos a la puerta. Renato me miró alarmado. Yo bebí unos cuantos tragos de cerveza antes de incorporarme y abrir. Era el Johnny, un repartidor de pizzas del que me había hecho amigo (ver “</span><a href="http://basicoyfurioso.blogspot.com.ar/2011/05/la-novela-mas-leida-en-la-carcel-de.html"><span style="color: yellow;">La novela más leída en la cárcel de Olmos</span></a><span style="color: white;">“). Lo raro era que no había venido en su pequeña moto con caja térmica, aparte de la celeridad con la que había llegado y, particularmente, su expresión desencajada.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Hola, Cratilo. Hola, Renato. ¿Puedo pasar?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Por supuesto, adelante -se sentó a la mesa, se acodó y cubrió la cara con sus manos. Era la imagen misma de la desesperación.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué te pasó? -Le pregunté.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Tenés algo fuerte? -Inquirió a su vez. Saqué de mi aparador estilo campo media botella de whisky barato, un vaso y se lo alcancé. Se sirvió una buena dosis y se la clavó de una. Volvió a servirse. Si no hubiese sido por que lucía tan sobrepasado por las circunstancias, lo habría tomado por un abuso de confianza.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-La maté a Susana -dijo lacónicamente, y como atosigado por imágenes y recuerdos, se zampó el segundo vaso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tomá despacio que no hay más -le aconsejé.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Loco, ¿Oíste lo que dijo? -me reconvino Renato. -Acaba de matar una mina, boludo, y vos querés que tome despacio…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Cerrá el ojete, vos, gil -y dirigiéndome al Johnny: -¿Quién es Susana?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Una mina.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y, lógico, boludo, con ese nombre o es una mina o uno que hace las veces. Pregunto si es tu novia, tu hermana, en fin… eso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Algo así como una novia -respondió, con algo de aplomo, después de los dos whiskys puros. -Pasa que la conocí en un burdel de Ensenada.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="background-color: black; color: white;">-Ah -dije, empezando a entender el nudo central de la historia. No hacía falta mucha perspicacia, tampoco. -Mataste una puta.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Eh, boludo, no hablés así -me reconvino el Johnny con mirada torva.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué te pasa, infeliz? ¿Vos la cagás matando y me pedís respeto?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tenés razón, disculpá.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Aparte no interpretás. Decirle puta a una puta no es faltarle el respeto. Almafuerte, el poeta local, era el niño mimado de las putas de un bareca que quedaba junto a su pensión; y cuando entraba, las saludaba diciéndoles “Buenas noches, señoras putas”.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, chabón, pero vos no sos Almafuerte -observó Renato.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Se trata del debido respeto a las putas, estúpido, no de quién es quién.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Loco, no tengo tiempo que perder. ¿Me van a escuchar a mí o van a seguir hablando pelotudeces?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, tenés razón, apurate. No vaya a ser cosa que vengan los polizontes a buscarte acá a mi casa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y, una cagada, loco. Resulta que sí, que me puse un poco de novio, si es que se puede decir. Pensé que la iba a manejar, pero se me fue de las manos. Y todo por la mierda ésta -tiró una bolsita de cocaína sobre la mesa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿No la querés? -Preguntó Renato, los ojos como el dos de oros.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dejá eso quieto ahí -le ordené, a sabiendas que esa clase de reacciones en un adicto duraban lo mismo que un pedo en un canasto. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, está bien, tomen, tengo más. Mucha más.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Con razón andás matando gente, chabón -observé.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Viste, la reconcha de la lora… resulta que con la porquería ésta empecé a hacer algo de guita, y a frecuentar el cabaret. Allá la conocí, a la Susy. Y como que pegamos onda, vieron. Al poco tiempo descubrimos que nos llevábamos más que bien, no solamente en el sexo, y nos fuimos enamorando.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Ella también? -Le pregunté.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y, supongo que sí, porque habíamos comenzado a hacer algunos planes.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, te pregunto porque es raro, viste. Las putas suelen ser personas muy frías; tienen que serlo, bah, por cuanto la vida generalmente se les hace demasiado dura y tienen que apechugarla como viene. Y muchas veces zafan agarrando algún gil que les pare la olla y le hacen creer que están enamoradas. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Eh, boludo, no le hables así al pibe, che -me recriminó Renato.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, tarado, mejor es hacerse el remilgado y decirle lo que quiere escuchar, así lo mandás derecho a la horca. No, pelotudo, como están las cosas tiene que enfrentarse a la verdad, salga pato o gallareta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, tenés razón -concedió el Johnny. -Mirá, Cratilo, si me agarró de perejil, la verdad que no me di cuenta. Pero yo tampoco me crié entre rosas, viste. Y creo que aprendí a semblantear a la gente y darme cuenta si me están cagando o no.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No me cabe la menor duda.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, uno de los planes era que dejara de laburar. Y yo, repartiendo pizzas y viviendo de prestado no podía ayudarla con eso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Así </span><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">que empezaste a vender merca a lo loco.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, pero empecé a tomar a lo loco, también.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="color: white;">-Pedazo de boludo, ¿no sabés que si vendés no tenés que tomar, y viceversa?</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="color: white;"> -Sí, sé, pero viste cómo es esto…</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, no sé cómo es esto. ¿Puedo probar? -Preguntó Renato.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya te dije que sí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black;"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, “busca”, peiná unas rayas, las tomamos y que guarde todo rápido. Éste está jugado, si lo agarran. Yo no tengo ganas de comerme el garró</span><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">n si lo viene a buscar la yuta. </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ufa, loco, dejá de llamar a la desgracia, ¿querés?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo no la llamo, es a éste al que lo trae cagando. Dale, dale picá así nomás.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No seas paranoico y dejame hacerlo bien, si no me queda la nariz a la miseria.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, maricón, ya está. Y si te querés cuidar la ñatita, entonces no tomés y listo. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya está, boludo. Che, Johnny, guardá la bolsa que el nene le tiene miedo al cuco.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-La cuestión (snif) es que hoy había quedado en ir a verla a su casa (snif… ahhh) a eso de las cinco. Fui y no estaba. Dijo que llegaba a esa hora, porque tenía un cliente importante, que le dejaba mucha propina. A mí no me gustaba ni mierda que siguiera garchando con otros, aunque fuera por guita, pero todavía no podía pedirle que deje esa vida. La esperé como media hora, que me pareció medio siglo…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-La mierda que estás caliente -le dije-. Al pedo, hermano, si te vas a encajetar con una mina que se dedica a eso, más te vale tener en claro que debés agarrar lo que viene y como viene; si no, es para quilombo. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Si, boludo, decile a él -ironizó Renato.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Entonces, como no aparecía, la llamé por teléfono. Sonó como cuatro veces. Atendió y cortó la comunicación instantáneamente. Volví a llamar y arrancó directamente el contestador.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Estaría ocupada -insinué.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro -asintió Renato. -Aparte no queda bien, hablar con la boca llena.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Loco, si me van a agarrar para el churrete se pudre todo, eh… me los cargo a los dos, giles, qué les pasa…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pará, Johnny, es una joda -se explicó Renato, algo turbado por la reacción.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Miren que estoy jugado, no tengo nada que perder, yo, eh…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Loco, ya te dijo Renato que es una joda, así que no te hagás el cojudo. Menos en mi casa, chabón; si no te gusta, colá.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, disculpame, Cratilo, entendeme; vengo para la mierda yo, con todo lo que me está pasando. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Lo que te está pasando te está pasando por esa porquería que venís jalando.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Oia, te salió en versito… Dijo Renato.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Hablá como un hombre, pedazo de balín. Y hablando de halar…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El Johnny metió sus dedos en el bolsillito pequeño del jean, extrajo otra vez la bolsita y tiró tres soberanas rayas así nomás, sin picar ni nada. Si no había un mañana, ¿para qué cuidarse las mucosas o lo que fuera? Las aspiramos y prosiguió con su relato:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Eran cerca de las siete cuando se detuvo un auto repolenta, qué sé yo que marca, pero impresionante, viste, todo lustroso… aparentemente el coso que la trajo era el chofer del poronga, porque ella venía sola en el asiento de atr</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">ás. Me levanté y lo miré fijo, al chabón. Me miró un instante, puso primera y se fue.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Me imagino, vio la muerte…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Puede ser, con los toques que le había dado a la bolsita y los nervios… entonces me percaté que la Susy venía cargada de paquetes y bolsas de esos boliches finolis del centro, viste. Me vio y me dijo ¿Te vas a quedar ahí como un boludo o me vas a ayudar?” Yo me quedé pensando que al garca que le regalaba tantas cosas seguramente no lo trataba así.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Te das cuenta, boludo -le dije-, que cuando estás así lo mejor que podés hacer es parar de pensar boludeces?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, claro que me daba cuenta, por eso no le contesté nada; simplemente tomé la llave que me alcanzaba, agarré un par de bolsas y entramos. No más lo hicimos, empecé a quitarme la ropa. “¿Se puede saber qué hacés?”, me preguntó, con ese tonito que tienen las minas onda acá la que maneja los tiempos soy yo. Me rompió las bolas, así que le contesté “Vos ya cogiste, yo no, así que dejate de boludeces, lavátela y vení”. “A mí no me hables así, la reconcha de tu madre, tomátelas de acá”…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, pelotudo, te creíste que era una quinceañera de mamá que te la iba a chupar y a decirte “¡qué macho que sos!” Es una puta, man, y las putas no son gente a la que le guste mucho que le falten al respeto…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Entonces, cuando me vino a empujar para echarme como a un perro, la di vuelta, la agarré de la nuca, le levanté los lienzos, le bajé los calzones y se la mandé a guardar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, entonces es violación seguida de asesinato -dijo Renato, con aires de gran jurista-. Estás hasta los huevos, chabón.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Como si no lo supiera -observé-. Pero no interrumpas, que estaba hasta los huevos en la casa de Susy, también.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bien hasta los huevos. Con la merca que tenía encima, le pegué unas bombeadas que si no la tenía agarrada de la nuca le aplastaba la cabeza contra la pared.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Fue así que la acogotaste?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, así le eche un polvo terrible. Y ella, al final, no lo pudo evitar y también se lo echó.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y eso que venía de darle, eh -dijo Renato. El Johnny se levantó de la silla.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Adónde vas? Terminá la historia, amigo, después te vas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Voy al baño, boludo. Aparte si me quedo lo pongo, al boludo éste.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Qué quilombo, loco -me dijo Renato cuando quedamos solos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mientras no me caiga la yuta acá…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="color: white;">-Está tardando mucho, ¿no se te irá a suicidar, igual que ese amigo tuyo el día de año nuevo? (ver "</span><a href="http://basicoyfurioso.blogspot.com.ar/2011/08/orgia-y-drama-finisecular.html"><span style="color: yellow;">Orgía y drama finisecular</span></a><span style="color: white;">") </span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, chabón, éste le está dando al nariguete.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Más, todavía?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y, cuando venís al palo, todo es poco. El loco éste colapsa al toque, si no se rescata de algún modo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El Johnny volvió y continuó contando:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-La cuestión que (snif) cuando se la saqué me empezó a decir de todo. Y eso que al final le había gustado, eh.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pero eso no quiere decir nada, boludo. Una cosa no invalida la otra.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, ya que la tenía adentro…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, entonces yo le eché en cara que si la gozaba conmigo en esas circunstancias, nada le impedía andar echándose unos polvos con los oligarcas que se garchaba.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Es su laburo, boludo; así la conociste, dejate de joder…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-“Claro que me los echo” -me respondió-. “No le voy a andar pidiendo permiso a un perdedor como vos”. Me hirvió la sangre. “Yo seré un perdedor, pero vos sos una puta de mierda” -le dije. Ella fue a la cocina, agarró una cuchilla y me amenazó. Yo, que venía arriba de vueltas, le pegué un revés en la mano y la cuchilla voló a la mierda. Acto seguido, la agarré del cogote y apreté, de bronca y más que nada para asustarla. Pero se nota que se me fue la mano, porque oí un chasquido y sentí que algo se rompía. Enseguida su cuerpo se aflojó. Vi los derrames en sus ojos y el color azul de su piel, y me dí cuenta de que la había cagado. La dejé caer y me fui de allí como huyendo de la peste, que así era.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Qué cagada, loco. ¿Y ahora qué pensás hacer?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Por eso venía, a ver si me habilitabas unos mangos. Me voy a Corrientes, tengo un tío por allá. Y si la mano se pone densa, me cruzaré hasta el Paraguay, o Brasil, qué sé yo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No es mala idea, acá no te podés quedar. Mirá, te puedo dar cien mangos, nomás.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, lo que puedas me sirve.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo voy con cincuenta -ofreció Renato.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, no te demores; cuanto antes rajés, mejor. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Gracias, muchachos; con esto y un par de bolsas que tengo para mover, me pago el pasaje y aguanto unos días.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Andate de gorra, loco. Para sacar pasajes ahora te hacen dejar nombre, documento, por poco no te piden análisis de orina. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tenés razón, si. Aparte me puedo ir escondiendo, si se pone feo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Andá, dale -lo urgí, tratando de no dejar traslucir la ansiedad de que se llevara rápido con él las sirenas policiales.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Qué chabón, éste, ¿eh?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, se fue al recarajo. Para colmo me tomó todo el whisky, y no hay más cerveza.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Loco, sos más frío que un pescado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya me lo han dicho. Aparte a éste, por calentarse, mirá cómo le va.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vamos a buscar unas birras, entonces.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, pero pagás vos. Yo puse cien, vos cincuenta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Casi llegábamos a la esquina cuando oímos dos detonaciones y a continuación el chirrido de ruedas en aceleración. Apuramos el paso y, a eso de unos cincuenta metros a la vuelta de la esquina vimos un guiñapo recostado contra una pared y las luces de un auto que se perdían hacia la diagonal 73 para el Parque Alberdi. Nos acercamos lo suficiente para comprobar lo previsible: el guiñapo era Johnny, nomás. Algunos vecinos comenzaron a salir y se iban acercando lentamente, igual que nosotros. Uno de ellos llamó por celular.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vamos por allá -dije a Renato-. Están llamando al 911. Ahora cae la yuta, así que rajemos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Fuimos hasta el kiosco de la Circunvalación, compramos cuatro litros de cerveza y volvimos, bastante apesadumbrados por el curso de los acontecimientos. Al llegar a la esquina del siniestro pasó una ambulancia echando putas, sirena a full, y el patrullero policial que lo acompañaba. Como quedaban algunos vecinos conversando por ahí, y no parecía haber polizontes cerca, aprovechamos para ir a preguntar. Nos dijeron que aparte de los dos corchazos lo habían cagado a palos, y que al parecer estaba vivo cuando lo subieron a la ambulancia, pero se lo veía muy mal. Seguimos para casa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Quién habrá sido? -Preguntó Renato.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-El rufián, boludo, quién va a ser… el rufián y sus esbirros. Con los clientes que tenía, según dijo el Johnny, les hizo perder una bocha de guita.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, tenés razón. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y a mí me hizo perder cien mangos y medio tubo de whisky.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡No podés ser tan hijo de puta!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tiene, o tenía, como treinta años. No soy hijo de puta, pero tampoco soy el padre. Yo me hago cargo de mis asuntos, y él que se haga cargo de los suyos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ves que sos más frío que un pescado, vos…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="background-color: black; color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En realidad, no era frialdad, sino que estaba acostumbrado a que las cosas se resolvieran de esa manera. Siempre. Si se moría, nadie lo iba a pagar. Era un negrito más, un desclasado que no le importaba a nadie y jodía a unos cuantos. Lo iba a extrañar, iba a echar de menos su risa franca, sus férreos códigos de amistad, la transa de media pizza por medio porro, en fin… pero no iba a decírselo a Renato. No era asunto suyo, y sobre todo, tenía que seguir adelante con mi personaje, haciendo el papel de un tipo duro. De fierro. Como mi amigo el Johnny.</span></div>
</div>Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-76927427565090576622012-06-16T22:43:00.000-03:002012-06-16T22:43:34.665-03:00CORRUPCIÓN, ALCOHOLES Y PUÑETES<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7Lu1l-gMQgBUYH0HJGAly7w_MoMvuhaWJjtc08nKP4Z_BxIDNnm1Qp1N81Zn8C3lEX78EcSuB3Hd2Ym69nRe5MeSIH84NlSoUrmHvTlA9pgXBlnl_6Qky6wU43i_SKVQYbuoEwAKQap0/s1600/sorayama.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="288" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj7Lu1l-gMQgBUYH0HJGAly7w_MoMvuhaWJjtc08nKP4Z_BxIDNnm1Qp1N81Zn8C3lEX78EcSuB3Hd2Ym69nRe5MeSIH84NlSoUrmHvTlA9pgXBlnl_6Qky6wU43i_SKVQYbuoEwAKQap0/s400/sorayama.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Hajime Sorayama</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ya me había despertado cuando oí el aire de los frenos del camión de Piero. “Puta que lo parió”, pensé, esperando que se tratara de otro vehículo y otra persona que fuera a otra parte. La otredad era algo fascinante mientras permaneciera lejos de uno. Era el problema de juntar la dicotomía uno/otro, en fin… pero era Piero, nomás.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Bermúdez, levantate de una vez, vago de mierda! </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Callate, boludo! -Le dije mientras abría la puerta. -Ya bastante me rompen las bolas los gringos de acá abajo con el kilombo, falta que empecés a gritar boludeces a estas horas de la madrugada…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Madrugada? Qué hijo de puta que sos. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Venís a romperme las bolas, nomás?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, vengo a invitarte a dar un paseo. Tengo que ir a la costa, a llevar vino a tu pueblo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo no tengo ningún pueblo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Vos no sos de General Magoya?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, viví unos cuantos años, de pibe.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, es lo mismo. ¿Me acompañás o no? Dale, volvemos el domingo a la tardecita.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La alternativa era ir a mi trabajo y seguir criando hongos y moho físico y mental. No había opción posible. -Está bien, esperá que aviso al laburo que no voy -y puse la pava al fuego para preparar un café.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Poco después íbamos hacia la costa atlántica, a un pueblo en el que había desarrollado mi personalidad, para bien o para mal, en un ambiente campechano y de notable sanidad mental; creo que fue debido al contraste con las lacras urbanas que desarrollé, más luego, el cinismo y la apatía que operaban en defensa de ese núcleo íntimo tan vulnerable a inserciones sociales. Me volví refractario a toda estupidez, o sea, al 99.5 % de la actividad humanoide. Mientras cebaba mate para el conductor y para mí, mantuvimos diálogos como éste:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Piero: ¿Viste que lo internaron a Johnny?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Yo: Ah, ¿sí? ¿Qué le pasó?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-El Negro José Luis le metió un tiro.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Cómo, ¿no eran amigos?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, y siguen siendo. La cosa fue así: estaban en el Parque San Martín tirando con una .22 a unas botellas, muy borrachos. En una, el Negro gira noventa grados y le mete un cohetazo en el pulmón.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y por qué hizo eso?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Sos boludo, vos? Qué sé yo, por qué lo hizo. Viste cómo es, se pone reloco y hace cualquiera… encima, en lugar de ir a un hospital, a algún lado en procura de asistencia médica, se fueron para la casa del Negro. Estaban en la cocina, puteándose a los gritos pelados, cuando entró la madre del Negro y les dijo: “¿Qué pasa, tanto grito? Es de madrugada, ¿se quieren dejar de hacer kilombo?” “Usted cállese la boca -le espetó Johnny-, que su hijo me pegó un tiro”, mientras le mostraba el buzo agujereado y manchado de sangre.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Qué locos que están esos pibes!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, si no hubiera sido por la vieja todavía estarían a las puteadas en la cocina. Ayer fui a visitar a Johnny al Policlínico. Apenas llegué, el animal me dijo: “¿Vamos a fumar un porrito?” “¿Estás loco, vos?” Le respondí. “¿Tenés un pulmón agujereado y querés fumar?” “No pasa nada” me dijo, mientras sacaba un cigarro de la funda de la almohada y lo encendía allí mismo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Entonces dejé el mate y encendí uno para nosotros. La ventaja era que no teníamos los pulmones perforados. Creo, bah.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Llegamos a eso de las tres y media de la tarde. Hacía un calor agobiante, y los restaurantes estaban cerrados (sin mencionar que había sólo dos), así que nos alojamos en un hostal de mala muerte, comimos algo allí y salimos a beber algo. Ya era tarde para ir a la playa, a unos 30 km. de allí. Nos sentamos en la vereda, a la mesa de una confitería de la calle principal, debajo de un alero a esperar el fresco de la tardecita. Pedimos cerveza. A poco Piero empezó con la cantinela:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Acordate, Bermúdez, que cuando seas famoso me vas a pagar todo el material que te vengo dando, eh. No vaya a ser cosa que agarrés el paquete y te olvidés en el acto de tu personaje principal.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya te dije, gringo, no hay guita en esto. Al menos para mí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ves, todavía no lo agarraste y ya te estás haciendo el boludo…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Aparte vos no sos mi personaje principal. Mi personaje principal soy yo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, claro; quiero decir que soy el principal del reparto.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Loco, estás como las putas. ¿Qué tenés, problemas de cartel, pedazo de asno?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Cratilo? -Preguntó una mujer que algún día debió haber sido linda, pero que a decir verdad, estaba bastante venida abajo. Tenía, sin embargo, unos ojos hermosos que me recordaban a alguien.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, ¿vos sos…?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Paula, ¿no te acordás de mí?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Qué cosa jodida es el tiempo, pensé, mientras recordaba a una hermosísima muchacha morena con la cual me había enrollado veintipico de años atrás, devenida en aquella matrona que, si bien no era fea, solamente podría ser target de un desahuciado o un perverso. Tal vez con el tiempo, en franco conflicto con ese rigor temporal que a mí también me alcanzaba, me haya puesto demasiado pretencioso y por ende, vano.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Paula, qué hacés, tanto tiempo. Vení, sentate, tomate una cerveza.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, gracias. Pero me siento dos minutos, ¿sabés? Viste cómo son las cosas en este pueblo de mierda, enseguida van a andar chismorreando. “Viste la Paula, tomando cerveza con dos forasteros? Flor de mosquita muerta, es ésa, yo siempre te dije“. Como si las estuviera viendo…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, y el cura sin dar nombres te caga a pedos durante el sermón del domingo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tal cual. Aquí nada cambia. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y yo soy Pierín -dijo el gringo, que había quedado dibujado. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">A continuación, las preguntas de siempre, onda “¿Qué es de tu vida? ¿Qué te trae de nuevo por acá?” y esa clase de pelotudeces. Tuve que responder “¿Y vos?”, fingiendo un interés de lo más ajeno a mi ánimo, y para colmo soy un pésimo actor.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sabías, que me casé con Fito, ¿no?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, no sabía nada. Me encantaría verlo -dije, continuando con la farsa social.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No te lo aconsejo. No creo que quiera verte.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Por?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Porque no le caés nada bien.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Que yo sepa, no le hice nada que justifique tal animosidad…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, pero saliste conmigo; y viste, ustedes los hombres son así: que quién la tiene más larga, que quien se la cogió antes y todas esas boludeces. Y por esa misma clase de boludeces, ahora me tengo que ir, aunque me encantaría quedarme a charlar un rato.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Artritis, te decían a vos, ¿no? -Me preguntó socarronamente Piero cuando la mujer se hubo ido.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Por qué me decís?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Porque atacás a las viejas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ja ja, qué canchero. La hubieras visto en los ochenta, infeliz.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Al rato fuimos a dejar el vino (no sin antes separar tres damajuanas para nosotros); luego fuimos a cenar a una parrilla y volvimos al bar. Estábamos saboreando unos Grant’s cuando quedé demudado. Pensé que estaba alucinando. Allí venía Paula, pero tal y como la había conocido mucho tiempo antes. Era ella, no cabía ninguna duda. Y caminaba con una sonrisa sugestiva, sus hermosos ojos clavados en el atribulado Cratilo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Che, Bermúdez, está buena, la pendeja; pero cerrá la boca que se te cae la baba.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, que vos no entendés… </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Qué no voy a entender, es un hembrón, ya de chiquita. De eso entiendo, no vayas a creer…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, digo que…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vos debés ser Cratilo -dijo la nena, parándose frente a nosotros con las piernas un poco abiertas, luciendo un coñito que se adivinaba hermoso debajo de los apretadísimos jeans.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y vos debés ser…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Romy, la hija de Paula, sí. Dicen que somos parecidas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Parecidas? Sos la imagen de tu vieja cuando tenía tu edad…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-La época en que vos estabas enamorado de ella, ¿no es así?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Parece que te ha contado cosas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Todo, me contó. Somos muy cercanas; como hermanas, te diría, más que madre e hija. Y me gustaría preguntarte unas cuantas cosas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Adelante.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Preferiría que fuera a solas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y yo soy Pierín -dijo el gringo, esta vez medio fastidiado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Permiso, “Artritis” -ironicé, mientras me empinaba el Grant’s y abandonaba la mesa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Caminamos por aquella vieja plaza, vi los árboles a los que había trepado cuando niño, y los bancos en los que nos hacíamos arrumacos con el ADN original que había clonado esa delicia con forma de ninfa que caminaba a mi lado, preguntando toda clase de zonceras románticas respecto de su madre y su seguro servidor. Pero el tenor de la requisa mental fue subiendo de tono, casi imperceptiblemente al principio, pero creciendo cual bola de nieve, acompasado quizá al crecimiento de mi miembro. “No podés, es casi una nena”, me decía mentalmente a mí mismo; mas esta clase de advertencias jamás habían llegado a buen puerto, naufragando estrepitosamente la mayor parte de las veces. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dice mamá que te tuvo esperando como un año, antes de entregarse a vos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No recuerdo bien, pero tuve que esperar bastante, sí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y valió la pena, porque según dijo, sos muy bueno en esas lides.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ni tanto. Sucede que como mujer virtuosa, no debe haber tenido gran experiencia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Virtuosa! Eso te lo habrá hecho creer a vos. Me consta que no es así.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, en todo caso, me halaga.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y yo soy mucho menos virtuosa que ella.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, ¿sí?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, y aparte, las épocas no son las mismas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya lo creo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sabés qué, Cratilo, crecí oyendo tu leyenda de boca de mi madre.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, leyenda familiar, tampoco te la vas a creer…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Es que no me creo siquiera eso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y el odio de mi padre se encargó de alimentar el mito. Cada vez que se peleaban surgía tu nombre.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Carajo! Yo era muy amigo de tu padre, era un muy buen pibe. Y me revienta que…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-La gente cambia, Cratilo. Sos bastante grande, ya deberías haberte dado cuenta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dicho así, el mito parece ser bastante pelotudo, ¿no te parece?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Coger bien no te hace psicólogo, tampoco.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Sabés que sos bastante lanzada, para ser tan pendeja?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, lo sé. Y en honor a eso te pregunto así, a boca de jarro… ¿no me enseñarías algunos trucos sexuales?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Pensé, como argumento, preguntarle la edad; pero como venía la mano, era preferible no saber. En todo caso podía decir ante los estrados judiciales, sin faltar a la verdad, que desconocía la edad. El tremendo físico de Romy haría su parte, sobre todo si el juez era macho.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Sabe tu mamá que me ibas a pedir eso?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Estás loco? Todavía está enamorada de vos. Tenés que ver como entró a casa hoy, después de encontrarte.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Enamorada de mí? No te ofendas, pero yo que vos le iba sacando un turno con algún psicólogo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ves, vos te hacés el cínico, pero desconocés hasta que punto esa actitud puede resultar sexy para una mujer.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, en todo caso, cualquier actitud puede resultar sexy; depende de los gustos del receptor, digamos. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Estás evitando responder a mi pregunta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No creo saber muchos trucos sexuales, menos para enseñar. Pero sos muy linda, y me gustaría ir a la cama con vos, didácticas aparte.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, entonces vamos acá al hotel.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Está, todavía, el de acá a dos cuadras?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro. ¿Por qué iba a cerrar? La gente coge cada vez más.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y allí fuimos, y gocé de aquel cuerpo joven y firme otra vez, en un déjà vu apasionado, recordando cada centímetro de su piel, la delicadeza de sus vellos, el sabor dulce de sus jugos… le dimos una y otra vez, casi sin descanso, con el frenesí propio de mis lejanos veinte años. Solamente dos novedades remarcables: la primera, una nostalgia que resultaba inédita en mi inventario emocional; otra, que no fui yo quien enseñó truco alguno a la infanta. Más bien fue al revés. Y en eso superaba con creces a su mami.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Volví al hostal hecho mierda física y anímicamente. Había algo que me angustiaba en ese giro proustiano que había tomado mi vida de relaciones. Pero nunca fui de entregarme a este tipo de sentimientos, así que me serví una buena dosis de whisky de la botella que estaba tomando Piero y me lo zampé de un viaje. El gringo me miraba sonriendo con sorna.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué te pasa? -Le pregunté airado, a caballo de mi desconcierto anímico.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Eh, boludo, qué te pasa… ¿no se te paró?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Preguntale a tu hermana, cómo se me para.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Como hermana no tengo… contame, ¿qué pasó?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Nada, boludo, qué querés que pase. Fui a un albergue con la pendeja.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, muy bien… y no se te ocurrió preguntarle la edad, ¿no?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Para qué? ¿Para comerme los mocos por una convención moralista fijada por unos pacatos cobardes sexuales?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, claro que no te lo preguntaría por eso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Entonces?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Para estar seguro de que no te cogiste a tu propia hija.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Anda a la concha de tu madre, gringo hijo de puta! ¡Qué retorcido que sos!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vos andás poniéndola desaprensivamente y resulta que el retorcido soy yo -dijo, meneando la cabeza y riendo quedamente. Me fui a dar una ducha. Cuando salí del baño, Piero (que seguía chupando whisky), me dijo:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Vamos al bareca*, Bermúdez?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ni en pedo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, vos ya la pusiste…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y bueno, qué querés, ¿qué la deje pasar, y gratis?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, acompañame, boludo, ¿para qué te traje, al final?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Estoy filtrado, loco.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, servite un whisky, vestite y vamos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Voy a empezar por el whisky, después vemos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El gringo me conocía; sabía que era cuestión de llenarme un poco el tanque y luego iría a cualquier lugar que hubiese algo de beber. Claro que fuimos, y seguimos chupando a lo loco. Piero arrancó con una para las habitaciones del fondo. Yo, por mi parte, y aprovechando que había pocos clientes, charlaba de política internacional con las chicas, y el chulo de la barra no lo podía creer. Carisma, que le dicen…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Del pedo que tenía les empecé a contar cuando dije una oración en la tumba de Trotsky, en Coyoacán, pero más les interesó una anécdota con un travesti en el subte de vuelta a la Alameda. Se reían como locas, que eso era lo que eran. Una de ellas, supongo que enviada por el patrón, vino a querer arrancarme el dinero a conchazos limpios, pero otra le dijo “No jodas, Brigitte, que a éste ya lo exprimió todo la hija del Fito. Más fácil sacarle jugo a un ladrillo que a éste.”</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y vos cómo sabés?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Acá se sabe todo, macho. Deberías saberlo, ya que dicen que viviste por acá.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Me preocupé un poco, pero sólo durante tres o cuatro segundos. Virtudes balsámicas en un nivel anímico, propias de la substancia. Rato después volvió el Gringo. “¿Cómo te fue?” Le pregunté. “Bárbaro”, respondió, “peso como tres kilos menos”. Y a continuación tomamos tanto que volvimos al hostal apuntalándonos uno al otro, abrazados como hermanos en desgracia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Al otro día me despertó el gringo. Estaba revolviendo todo. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡¿Qué hacés, hijo de puta?! ¡Estás emperrado en despertarme a la madrugada, la concha de tu hermana! -La cabeza se me partía.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Nada, que me levanté a vomitar y cuando fui a ver si estaba la guita… ¡LOS HIJOS DE PUTA DE ESTE HOTEL DE MIERDA ME LA HABÍAN ROBADO! -dijo a los gritos, apuntando a la puerta para que lo oigan bien.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Te fijaste bien, boludo? Dije, mientras me comenzaba a vestir; cavilando si sería conveniente hacerlo, porque en cualquier momento iba a vomitar yo también.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, tarado, la había dejado acá, en este bolsillito de la mochila, y mirá cómo está: ¡abierto! Y adentro no hay nada.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿No te lo habrán chingado en el bareca?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Lo dejé acá, pelotudo. ¡Pero me van a oír! -Y salió hecho una furia, que en su caso se trataba de una de las más intimidantes. Mientras terminaba de vestirme, escuché puteadas de alto tenor injurioso que iban y venían entre el dueño del establecimiento y el gringo. Ya no nos íbamos a quedar allí, así que bajé con las mochilas presto a salir rajando en cuanto cuadrara. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Todos los porteños son iguales, una manga de ladrones que se piensan que todos somos como ellos! -Gritaba, ofendido, el tipo del hostal. -¡Quedate ahí hasta que venga la policía y le contás!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, y los palurdos éstos me van a dar la razón a mí. Soy boludo, yo; nací ayer, ¿sabés?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No sé cuando naciste, pero que sos boludo…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡¿A QUIÉN LE DECÍS BOLUDO, VOS, PAYUCA DE MIERDA?! -Mientras lo cogoteaba de la ropa de modo tal que quedaba pataleando en el aire.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Soltame, hijo de mil putas!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, encima me puteás -dijo Piero, con el demonio dibujado en su rostro. Soltó la mano derecha, manteniéndolo en vilo con la zurda, y le puso un directo en el medio de la jeta que sonó de modo espeluznante. Después lo volvió a embocar y lo tiró sobre una maceta. Hasta la pobre aralia sufrió daños colaterales. Entonces oí a mis espaldas:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Ahí estás, hijo de puta! -Era Fito, y la concha de su madre. Claro, en ese pueblo de mierda las noticias vuelan. Venía derechito a pegarme, con mirada asesina, del tipo que no mide consecuencias. Yo estaba de resaca, y lo que menos necesitaba era un puñete en la cabeza, así que nomás lo tuve a distancia, lo emboqué con un directo al plexo solar y, aprovechando que se doblaba, le puse un rodillazo en la cara y un cruzado de derecha con todo lo que tenía. Con tal suerte que fue para el lado de Pierín, quien le dio la estocada final con un ascendente de izquierda que lo mandó a la lona completamente out. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Andá a arrancar el mionca que vamos en cana por masacre -le dije, mientras juntaba los bártulos. No obstante tuve tiempo de decir a mi ex amigo Fito, que estaba todo mormoso y se comenzaba a hinchar.pero ya entendía:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo también te quiero. Espero que nos encontremos pronto en circunstancias mejores…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Esho deshcontalo, forro -brabuconeó con su boca sangrante y seguro que con alguna pieza menos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Forro, de tu mujer y tu hija, puede ser. Tuyo jamás, amiguito.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Me volví y corrí hasta el camión. Salimos, y habíamos heco unos tres o cuatro kilómetros por la ruta cuando Piero dijo: “Ahí viene la cana”, y al cabo oímos la sirena. Se colocó detrás nuestro e hizo señas para que paremos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Cagamos -dijo el gringo-. ¿Escondiste la yerba?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, boludo; preocupate por el hotelero, mejor. Rezá para que esté vivo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Te parece, para tanto?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y, no me gustaría estar en su pellejo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Bajamos. Un sargento de la bonaerense petiso, gordo y compadrito -como no podía ser de otra manera- y un cabo grandote y descerebrado a ojos vista -que suelen tirar en yunta- se aproximaron-. El sargento dijo, con aires autoritarios:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡A ver, qué se han créido ustedes, que van a andar por áhi, golpeando a la gente, acusando de cosas que no pueden probar, y qué sé yo cuántos!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pasa que me robaron, esos turros -dijo el gringo, ya dispuesto a empezar de nuevo a repartir tortas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y yo cómo sé que fueron ellos? ¿Tiene pruebas, acaso?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo sé que dejé la plata de la carga ahí y cuando volví, no estaba. Si no fueron ellos, se tiene que hacer cargo, no reírse cuando uno reclama la guita que hizo trabajando honestamente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ve, que no tiene pruebas… la gente por acá no es así, no se crea, mozo… </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y yo -dije-, para demostrar que no todos los de la ciudad somos jodidos, le voy a hacer un presente de buena fe. Si usted lo permite, claro -vi la codicia rielar en sus ojillos de zorro.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Si me lo dice así, no quisiera hacerle un desprecio, vio…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Fui hasta el camión y traje dos de las tres damajuanas que habíamos separado. Se fueron como perro con dos colas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Oíme, boludo -me dijo el gringo cuando retomamos el camino-, ¿encima que nos chorean la guita les regalás el vino, vos? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-A no ser que prefirieras quedarte encarcelado, ser sometido a juicio, pagar por lesiones, daños y prejuicios, etcétera, o sea, muuuuuuchas damajuanas, pedazo de alcornoque.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ahora que decís…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, no me digas… ¡NO TE PUEDO CREER, PELOTUDO! ¡NOOOO, Y LA RECONCHA DE TU PUTA MADRE, QUÉ PELOTUDO QUE SOS!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Sucedía que el imbécil de mi amigo encogía la pierna, metía la mano en su media y sacaba un rollo de billetes de 100 que, finalmente, nadie le había robado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-size: x-small;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">* En lunfardo rioplatens</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">e: cabaret, casa de citas.</span></span></div>
</div>Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-17479087413939763942012-06-09T22:16:00.000-03:002012-06-09T22:16:58.519-03:00CON LAS PUTAS NO SE JODE<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBg09r0YhzSdJG_3rqVdVkgbIxB61IUQ1DVJAiMZKCh3eqeb24TehS3J2WhOGcRpm9Sxb4EBUS7assxLuUVOL_tIHWpTLdkUmjZ_T0EZZJfbFT7zrkETcMkAnKEKMTHL7loNEso9GLd9Y/s1600/Serpieri.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjBg09r0YhzSdJG_3rqVdVkgbIxB61IUQ1DVJAiMZKCh3eqeb24TehS3J2WhOGcRpm9Sxb4EBUS7assxLuUVOL_tIHWpTLdkUmjZ_T0EZZJfbFT7zrkETcMkAnKEKMTHL7loNEso9GLd9Y/s400/Serpieri.jpg" width="363" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Paolo Eleuteri Serpieri</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Che, Gallego, traete otra birra -indicó Abdul, mientras exprimía la botella de Heineken en su vaso. Era viernes por la noche, y pese a que afuera la movida parecía dar para la diversión, nuestros ánimos -vaya a saber por qué- estaban medio nublados. El gordo, no sé si por los efectos de varios litros de cerveza, se había puesto medio sentimental; claro que, como la bestia elemental que era, su melancolía adoptaba extrañas formas. Formas bastas y atiborradas de códigos barriales, callejeros.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ahí están Pepe y Renato, dos culoblandos buenos para nada y que encima se hacen los cancheros. Andá a confiarte en esas liendres. Piero, en cambio, no es santo de mi devoción, pero es confiable, y se la aguanta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Psé, no vas a comparar…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pero vos, Bermúdez, sos diferente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El Gallego, que estaba sirviendo el platito de maní y la cerveza, acotó:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro que es diferente, Cratilo. Es un intelectual en medio de las bestias, y una bestia entre los intelectuales. Y el no poder encuadrarse en ninguno de estos bandos lo lleva al cinismo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Por qué no te vas a la puta que te parió? -Le espeté.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, gallego bruto, serví y callate -acordó Abdul.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Está bien, pero recuerden que la casa se reserva el derecho de admisión.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Cerrá el ojete que te la rompo toda, a la casa -amenacé.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No te hagas el loquito, eh, que cojo la Ballester Molina y te coso a balazos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Es lo único que te podés coger, Gallego trolo -le respondió Abdul, y yo me cagué de risa. Me sirvió para aflojar tensiones, dado que en mi fuero íntimo sentía que el Gaita tenía razón. No podía congeniar con ninguno de esos mundos, pisando con un pie en cada uno. Ahora bien, podía prescindir - y hasta con un enorme placer- de todas esas remilgadas ratas de biblioteca, pero jamás me desprendería a la ligera de mis camaradas del barrio. Yo era absolutamente como ellos, a pesar de estas taras de índole académica. Y creo que a eso mismo era a lo que apuntaba Abdul cuando me decía que era “diferente”. A pesar mío, llevaba grabados los estigmas de eso que tan contradictoriamente han dado en llamar “espíritu”. “En la estrecha cisterna que llamáis pensamiento, el espíritu se pudre como parvas de paja”, escribió Artaud; y vaya que tenía razón, haya llegado a tal conclusión mediante procesos de corte racionalista o de cualquier otra clase. Que de todos modos no hace al fondo de la cuestión. ¿O sí?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Pero el ambiente bucólico y campechano se hizo añicos con el ingreso de Pepe. Tenía cara y cuello totalmente rasguñados. Saludó, pidió una ginebra y se sentó a la mesa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué te pasó? -Preguntó Abdul.- ¿Le agarraste las pelotas a un puma?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, boludo, fue todo culpa de Renato.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Renato fue el que agarró un puma por las pelotas?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Loco, recién hoy, después de una semana, me animo a salir a la calle. Quedé desfigurado, no es como para que me vengan a romper las bolas, encima.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, siendo así, ¿por qué no nos contás quién te arañó todo, y listo?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Quienes, querrás decir.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, fueron más de una… esto se está poniendo interesante.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Bebió un buen sorbo de ginebra Bols y comenzó con el relato:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Resulta que hace unos días andábamos dando una vuelta en el auto, buscando algún par de mujeres y tomando unos drinks. Como de costumbre, el pelotudo desbarrancó después de tanto darle al chupi y empezó: “¡Vamos a la Zona Roja! ¡Vamos a la Zona Roja! ¡Daale, boludo, vamos que la quiero poner!” Ustedes saben cómo es, qué les voy a contar…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Psé.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Al final rompió tanto las bolas que allá fuimos. Estábamos andando lentamente por calle 1, observando la mercadería, cuando se nos ofreció gestualmente una morocha con un físico impresionante. ¿Qué estaba haciendo una mujer como ella ahí?, nos preguntábamos, suponiendo que debería haber estado laburando en una suite del mejor hotel de la ciudad, con clientela VIP. Estaba en paños muy menores, prácticamente con el culo al aire, y una especie de top onda piel de leopardo que apenas si le cubría las tetas. Sí que debe hacer moneda, la turra ésa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Por la animosidad manifiesta -observé-, imagino que habrá sido ella, o su nagual leopardo, el que te arañó de esta manera…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Esperá, esperá… cuestión que el boludo de Renato se puso más loco de lo que estaba, “¡Mirá esa hija de puta el ojete que tiene! ¡Pará, boludo, pará, vamos a preguntarle cuánto cobra!” Y bueno, debería ser cara, pero que valía la pena, valía la pena. Así que paré. Renato se asomó por la ventanilla:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">“Hola, preciosa” -le dijo. La mina lo miraba con curiosidad a través de sus ojos azules, que no sé si serían lentes de contacto o no pero lucían bárbaro.- “Mi amigo y yo queríamos saber cuánto nos cobrarías” “¿Servicio completo para los dos?” -Preguntó ella.- “Sí, claro”. “Bueno, les puedo hacer… trescientos cincuenta” “Está bien”, respondió él, y yo pensé si tendría encima esa cantidad. Vieron cómo es cuando se pasa de escabio. “Pero primero dejame ver la mercadería. Mostrame el culo, dale” “¿Te vas a hacer la paja? Mirá que esa también te la cobro, eh.” “Dale, dejame verte el culo”. La mina dio media vuelta y exhibió el portento, moviéndolo leve y sensualmente. Era una cosa de locos. “¡Mirá lo que es esto!”, dijo Renato, al borde del frenesí sexual. Y, dirigiéndose a ella, le pidió que lo acercara a la ventanilla. “Se mira y no se toca, eh” advirtió, antes de casi meter su ojete por la ventanilla. Entonces Renato le propinó un terrible mordisco en el glúteo derecho. La mina gritó, vinieron varios trolos y trolas a ver qué pasaba, en esa visión corporativa que han desarrollado a través de tanto tiempo de malaria y discriminación, y empezaron a apedrear el auto. Salí como alma que lleva el diablo, no sin un par de magullones en la pintura y en la chapa. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Eso no explica los arañazos -observó Abdul, con una cara que no me gustó nada. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Los arañazos son de Renato -dijo el Gallego con ironía-, que se lo quiso follar a éste de tan alzado que estaba.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ja ja, qué gracioso. Los arañazos son de un par de noches después. Andábamos dando vueltas, en circunstancias idénticas a las de la otra noche, aunque ya no podíamos volver a la zona roja por el tarado borracho ése. Así que nos fuimos a una agencia de acompañantes…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿No probaste tratar de ponerla sin tener que pagar? -Lo interrumpí. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Al final te sale más caro, pavo. El lugar estaba muy concurrido esa noche…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pajeros son lo que sobra -interrumpió Abdul.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Eeeh, ¿qué les pasa, hoy?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Callate y seguí contando -lo conminó, en un tono que no admitía réplicas, tan ostensible esta vez que no solamente yo lo percibí. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, la hago corta. Se desocupó una mina y pasé yo primero. Ustedes saben cómo son estas cosas, el tiempo es dinero, así que ni bien pasamos al cuarto la saqué y le pedí que me la chupe. Trabajo rápido y barato. Estaba por echármelo cuando se oyeron gritos, golpes y escándalo. La mina se dio vuelta, abandonando su tarea en tan inconveniente momento, por lo que, presa de la excitación, la tomé de los pelos pretendiendo que continuara. “¡Eh, qué hacés, boludo! ¡¿No escuchás el kilombo que se armó?! ¡Capaz que se pudrió todo con la poli, y vamos todos en cana, gil!” Yo continuaba tirándole del cabello para que no se alejase de la zona de acción; y mientras más pretendía soltarse, más fuerte tironeábamos. “Pasa que… me voy… me voy… me…” “¡Soltame, pelotudo, te digo!” “me.. voy… ¡Aaaarggggh!” y eyaculé con violencia y parte del disparo seminal fue a dar de lleno en su ojo. “¡Soltame, imbécil, mirá lo que me hacés!” decía, mientras se refregaba sus irritadas conjuntivas. Afuera el kilombo seguía creciendo. Salimos a ver y me quedé helado. La morocha a la que Renato le había mordido el culo un par de noches antes dirigía el ataque de las putas contra nuestro amigo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Amigo tuyo, dirás -corrigió Abdul, ya con cara de odio, que contrastaba con la jocundidad que manifestaban el rostro del Gallego y el mío propio.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Entonces la yegua ésa, al verme, exclamó “¡Ahí está el amigo, el que manejaba el auto!”, y la mitad de las minas que estaban masacrando a Renato se me vinieron al humo. Para colmo no podíamos hacer otra cosa que defendernos, por cuanto había un par de monos de seguridad esperando que toquemos a una chica para darnos en serio. Salimos como pudimos. Renato, borrachísimo otra vez, les gritaba desde el auto, con la puerta abierta para salir disparando (es borracho pero no estúpido, vieron) cosas tales como “¡Mujeres infecundas! ¡Autómatas del sexo!” y toda clase de pavadas como ésas. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bien merecido que lo tenían -sentenció Abdul.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Él, puede ser. Yo no hice nada.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vos sos un mosquita muerta que nunca hace nada. Sos un cagón, sos despreciable.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Eeeh, qué te pasa, gordo, ¿por unas putas de mierda me tratás así?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Abdul lo tomó de las solapas, acercó el arañado rostro al suyo y le preguntó, con expresión feroz: -Por una casualidad, la morocha esa que le mordieron el culo, ¿se llama Marlene?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, creo que dijo que se llamaba así. Pero te corrijo. Le “mordió”, no le “mordieron” el culo. Fue Renato.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Encima de basura, maricón. ¿Estás en el auto?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Poco después nos detuvimos frente a la casa de Renato. Abdul nos pidió que lo esperásemos en el auto. Tocó a la puerta, habló brevemente con la madre, que volvió a entrar y al cabo salió el reo. De veras que aún de noche y a la distancia se veía castigado. No solamente con arañazos, según lo que se dejaba colegir por algunas tumefacciones violáceas. Iba a estar divertido, así que me empiné la botella de ginebra que habíamos comprado al Gallego, saqué un porro del bolsillo de la campera y lo encendí. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué le pasa al Gordo? -Me preguntó.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Callate y dejame escuchar -le respondí con tono cortante, mientras abría la ventanilla, justo para oír que Abdul le decía: -¿Acaso te pregunté yo si querías venir? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, pero…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, subí al auto antes de que te desfigure más de lo que estás.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Renato obedeció a regañadientes. Subió al asiento trasero, al lado mío, y saludó escuetamente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Oia, otro hombre ilustrado -dije.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, pero por los cardenales y las hinchazones, a éste más que ilustrar parece que lo cincelaron -aclaró Abdul, desde el asiento del acompañante. -Dale, Pepe, vamos derechito a la Zona Roja. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, Abdul, vamos a tomar unos tragos por ahí; olvidate, de toda esta historia, loco…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Nada nada nada, vamos allá. Y vos, Cratilo, no te hagás el boludo y pasá la ginebra.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Eso. Y el faso también.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Llegamos a la esquina en la cual se había armado el kilombo, pero Pepe estacionó enfrente por miedo a que le volvieran a apedrear el vehículo. Un par de mujeres y algún que otro travesti que andaban por allí nos miraron con curiosa agresividad. Yo me bajé (luego de agenciarme la botella, ya que parecía ser el menos involucrado en la situación de fondo) y me senté en el cordón de la vereda en buena perspectiva pero cerca del auto, por si las moscas. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿¡Viniste con refuerzos, cobarde!? -gritó una de las minas a Renato.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Ay, zí! -dijo un trava. -¡Traé a todoz loz que quieraz, que te vamos a enzeñar a tratar a laz mujerez, bazura!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Abdul cruzó la calle y empezó a dialogar con ellos, manifestando con firmeza su ánimo componedor y ofreciendo disculpas. Mas vale que lo disculparan, sino iba a haber una masacre. Desde una ventana un viejo le gritaba a Abdul:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Échelos a la mierda, joven! ¡La Policía no nos da bola o no puede hacer nada! ¡Esto es Sodoma y Gomorra! ¡Fíjese a lo que hemos llegado!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Eso! -Gritaba una vieja desde otro apartamento. -¡Tenemos que convivir con esta lacra, con esta manga de degenerados! ¡Hoy mismo tuve que barrer como media docena de forros usados del porche! ¡No se puede vivir más así! ¡Pueden ser todo lo prostitutos que quieran, pero en su casa, y no en la nuestra!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Callate, vieja mal cogida! -le gritó un andrógino más parecido a Jean-Paul Belmondo que a Raquel Welch, por graficar un poco. Y la cosa iba subiendo de volumen y tenor. No sabía yo muy bien cuál era el plan del Gordo, pero parecía estar naufragando entre turbulencias de transgresión e intolerancia. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Hola -escuché que alguien casi susurraba en mi oído izquierdo. Me volví y me sobresalté: Un individuo de minifalda, huesudo y con un azul oscuro en la cara que denotaba una frondosa barba afeitada, me decía que parecía ser que yo era un tipo muy tranquilo, y que prefería quedarse conmigo, o ir a otro lugar más cómodo en donde nos podríamos conocer mejor. Bebí un buen trago de ginebra para que se me pase el susto y le respondí que estaba allí para ver el show, agregando que no sabía si estaba trabajando o no pero que de cualquier manera no quería distraer su tiempo. Esa especie de Rasputín en minifalda y tacones entendió el mensaje, no sin antes informarme detalladamente respecto de los servicios que me estaba perdiendo. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cuando volví a prestar atención, me sorprendí al ver una hermosa puta a cuyos pies se había arrodillado Renato (seguramente por “sugerencia” de Abdul) y le pedía disculpas. Los viejos del edificio ahora se desgañitaban incluyendo a Abdul y nosotros sus secuaces entre los sodomitas erotómanos y degenerados. Si hubiese pedido un centavo cada vez que me vituperaron…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Vi un patrullero tomar la avenida a unas cuadras. Avisé “Loco, ahí viene La yuta”; ya que si bien no era mucho el desorden público, nuestras experiencias aquilatadas en años de conflicto con la policía bonaerense no ofrecían mayor garantía. La colmena actuó veloz y espontáneamente: Subimos al auto en cuestión de segundos; todos, menos Abdul, que se subió a un taxi con la tal “Marlene”. Sí, la de la nalga mancillada.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ya circulando por la city nocturna, a Renato se le ocurrió decir que el Gordo hijo de puta lo había usado, que lo había obligado a humillarse ante la puta ésa para hacerse el héroe y sacarle unos polvos gratis. Entonces me calenté yo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Decime, nene de papá y mamá, pedazo de mierda… ¿vos conocés al padre de Abdul?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, pero…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Él tampoco, estúpido. ¿Y sabés laburando de qué la madre los crió a él y a su hermana?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Me imagino.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Entonces manejá y cerrá el orto.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Me empiné la botella. Una noche más, totalmente infructuosa. Al menos para mí, esta vez excluido de la acción y lejos del alcance de la moraleja. Un mero narrador, bah; ebrio y dudosamente capacitado. Dando vueltas al pedo con los dos más boludos de la banda.</span></div>
</div>Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-84765272051408262452012-05-22T17:43:00.000-03:002012-05-22T19:04:36.781-03:00THE LUMPEN SOCIETY - EMPERNADA A DOMICILIO<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglNizyJMhwcxnL8A__Z96k9uN0Qqvyy0FqXutocM00fFQZRsEbHv3fy_NLJvxkxUpRZ2fGUXE7D-ka3c9PCImC46g4v9sj6wHEJSklsAf1jDSPZcKhkC1us9bNHUKc6bH4s1Wsf8CwppQ/s1600/Olga+Levchenko+VIII.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEglNizyJMhwcxnL8A__Z96k9uN0Qqvyy0FqXutocM00fFQZRsEbHv3fy_NLJvxkxUpRZ2fGUXE7D-ka3c9PCImC46g4v9sj6wHEJSklsAf1jDSPZcKhkC1us9bNHUKc6bH4s1Wsf8CwppQ/s400/Olga+Levchenko+VIII.jpg" width="293" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Olga Levchenko</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Los jueves se reunía en casa lo que habíamos dado en llamar “The Lumpen* Society”. En lugar de ir al bar del Gallego, nos reuníamos a gozar de opíparas cenas e ingestas alcohólicas, como corresponde a verdaderos lúmpenes (permítaseme este más que dudoso plural); aparte de ello y de las pullas y chanzas tradicionales, estas reuniones -inspiradas en las de la Chowder Society de la novela Ghost Story, de Peter Straub- tenían como corolario un narrador rotativo, el que debía contar una historia capaz de mantener atentos y entretenidos a una banda de irregulares mentales, capaces de aniquilarlo física y psíquicamente en caso de recaer en el menor tedio. Eso era presión, y no la de las lecturas públicas desarrolladas entre mojigatos y ratas de biblioteca. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La cosa que ahí estábamos, Abdul, Pepe, Piero, Renato y yo, luego de dar cuenta de un buen par de lomos de ternera a la cacerola, bebiendo un Lambrusco de Bodegas Florio y hablando de bueyes perdidos. Entonces llegó el momento de la historia de Abdul, la que se vería muy poco interrumpida y escasa y tímidamente chanceada por los demás, a tenor de sus pocas pulgas y a su tendencia a resolverlo todo a los golpes. El gordo brutal imponía respeto, aún a sabiendas que difícilmente aporrearía a alguno de nosotros por tales nimiedades.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Abdul se empinó el vaso de vino, se sirvió más, encendió un cigarrillo negro, carraspeó dramáticamente y comenzó con su historia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Por aquél entonces tendría unos 17 ó 18 años. No me acuerdo bien por qué cagada que me había mandado mi viejo me cortó los víveres, y no tuve más remedio que conseguir alguna changa para pagarme los vicios; así es que de pronto me encontré en las calles con una voluminosa carpeta. Se trataba de rifas de la Sociedad Italiana de Socorros Mutuos, de cuya venta recibía diariamente un pequeño porcentaje, así que dependía de mi capacidad como vendedor hacer rendir la cosa. Por eso me afanaba, puerta tras puerta, por vender lo más posible, a partir de un espiche elaborado para las circunstancias. Y haciéndome el simpático, cosa que nunca me salió muy bien que digamos. Así que una tardecita fría y lluviosa, y luego de tocar a miles de puertas, no había vendido una miserable rifa. Tenía ganas de arrojar la carpeta a la misma mierda y buscar algún otro modo de hacer moneda, mas decidí hacer un intento más. Llamé a un chalet pintoresco, de ladrillo a la vista, con un cuidado jardín en el patio del frente. Abrió la puerta una pendeja soñada, linda y fuerte por donde se la mirara. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Buenas tardes.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Buenas tardes señorita. Vengo…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡¿Señorita?! ¡Pero que ceremonioso que sos! Me llamo Magda; por favor, señorito, llamame por mi nombre. ¿Y el tuyo es…?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Abdul.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Qué, ¿te escapaste de las Mil y una noches?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Por tu belleza, pareciera que sí, y que he hallado a Sherezade.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, mirá que sos loco… ¿Y qué te trae por acá?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Estoy vendiendo rifas de la Sociedad…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vení, pasá y me las mostrás adentro -me interrumpió-. Y de pasada tomás algo caliente, hace un día de mierda, estás todo mojado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Juro que hasta entonces mi único interés consistía en vender al menos una rifa, mínimamente para justificar la caminata, la mojadura y ese avatar laboral tan magro en su rentabilidad. Así que la seguí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Madre, vení que te presento a Abdul! -Llamó a alguien que estaba en lo que supuse era la cocina. A poco entró otra mujer tan joven y hermosa como Magda. Si no la hubiese llamado madre, yo habría creído que se trataba de su hermana, o una amiga de su misma edad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Abdul? -Preguntó. Se notaba que mi nombre le resultaba raro.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Decímelo a mí -dije yo, que había sido bendecido por Cratilo, ese sofista esquivo a toda falacia lingüística. El gordo, haciendo caso omiso a mi comentario, continuó:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tenés cierto aire morisco, sí -observó la madre-. Yo soy Elina, y estaba haciendo café. Me imagino que tomarás uno.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, gracias.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Elina fue a preparar o servir los cafés. Su hija me miró de arribabajo, como quien examina una mercadería antes de comprar, y eso me recordó que debía vender rifas, cosa elemental que había olvidado, turbado como estaba. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Te muestro las rifas? -Pregunté tímidamente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya habrá tiempo para eso, ahora te tenés que sacar toda esa ropa húmeda.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡¿Cómo?!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Te vas a enfermar, Abdul, si se te seca sobre el cuerpo. Dejate los calzoncillos, si querés. Igual, te traigo una toalla. Pero eso por vos; a nosotras no nos molesta para nada si te quedás desnudo, ¿no, má?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Por supuesto, encima es un joven muy apuesto -respondió má desde la cocina.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y nosotras somos nudistas, así que no vamos a ver nada que no hayamos visto en todas las playas y campamentos que frecuentamos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Yo estaba demudado. Esas deliciosas mujeres ¡me estaban pidiendo que me desnude, loco! Tá bien que yo no era taaaan pendejo, pero sí era lo suficiente como para quedar de una sola pieza.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Quién diría, que la bestia pop iba a quedarse tan turbado por un par de trolas… -observó Renato, ganándose la mirada de odio del malevo devenido rapsoda, que le respondió:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, yo por lo menos les perdí el miedo. Vos seguís siendo el mismo cobarde sexual de la adolescencia -nos cagamos de risa. -La cuestión que a poco estaba en bolas, al lado del hogar; y ante el alboroto de Magda por mi desnudez, los temores fueron dando lugar a la excitación. De pronto me preguntó si se sentía bien el calor del fuego sobre la piel, y no bien contesté que sí, que bárbaro, comenzó a desvestirse sin afectaciones ni pose alguna, rápida y efectivamente. Pero por más rápido que se haya desvestido, mi verga fue aún más rápida, ya que antes de que ella terminara de quitarse la ropa había alcanzado una rigidez insuperable. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, me imagino -dijo Piero-, a esa edad…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, a esa edad apenas si la había puesto unas pocas veces, y siempre con bagartos impresentables, nunca con una ninfa como aquella. Se paró junto a mí, de frente al fuego.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Parece que reaccionó rápido, el amigo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Es que sos muy linda -dije, con voz quebrada por el deseo que atenazaba mi sangre joven.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Permiso -se excusó Elina, mientras dejaba sobre una mesita la bandeja con dos tazas de café-, vuelvo a la cocina a preparar la cena. Que se diviertan.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Mi asombro continuaba creciendo, no tanto como mi poronga pero casi. Magda la tomó en su mano derecha, y yo casi eyaculo. Apenas si tuve tiempo de besarla, arrojarla a lo bestia sobre la alfombra, penetrarla sin considerar su receptividad y pegar cuatro o cinco bombazos para echarle un polvo que parecía no tener fin. Ella aprovechó esto, y la posterior rigidez que demoró bastante en retraerse, y acabó con un crescendo de exclamaciones que culminó en gritos pelados. Tal parecía que no había rollos con la cuestión sexual en esa casa. Ni bien recuperamos un poco el aliento del breve pero contundente encontronazo erótico, entró Elina. Estaba totalmente desnuda, una delicia de mujer, y sólo llevaba puesto un antifaz de plumas que me hizo acordar a los carnavales de Río de Janeiro. Desde algún estéreo que no pude ubicar se oía “Wild horses” de los Rolling Stones. La hermosa mujer desnuda comenzó a moverse al son de esa canción, era absolutamente surrealista. Volví a excitarme. Miré el show mientras Magda, también concentrada en los movimientos sexys de su madre, me masturbaba levemente, como evitando desperdiciar otra eyaculación; aunque para mí, no había garantía alguna de que tal cosa no fuese a ocurrir, por más delicadeza que le aplicara a la suave paja. Así que, previendo un trío condimentado con una buena dosis de incesto, retiré su mano e intenté relajarme para tener reservas en los momentos clave.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sos bastante degeneradito, vos, eh… -comentó Pepe.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Por qué lo decís?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Por lo del incesto, y eso…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="color: white;">-Ay, miralo vos, al puto. Claro, al señorito le caen mal los incestos. Ni que hubieran sido tu vieja y tu hermana… encima no me hagás acordar de la historia con las hermanas porque te fajo. (Ver “</span><a href="http://basicoyfurioso.blogspot.com.ar/2011/11/anda-la-concha-de-tu-hermana.html"><span style="color: yellow;">Andá a la concha de tu hermana</span></a><span style="color: white;">”) -La cosa es que terminó el tema y Elina, la madre, se me tiró encima. Comenzamos a besarnos con desesperación y a rodar sobre la alfombra, presas de una urgencia que llevó a Magda a unirse y meter mano donde podía, sobando tanto a mí como a su má.</span></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Loco, ¿es cierto todo eso? -Preguntó Piero.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Se te está parando, ¿no? -Observó socarronamente Abdul. -Quedamos en contar historias, no en analizar su veracidad, que yo sepa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, pero esas cosas no pasan, en la realidad -insistió el gringo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-A vos, no te pasan -me apresuré a remarcarle.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, claro, Cratilo, el gran cogedor… ¿O debería decir el gran fabulador? “Oh yes, I’m the great pretender, uhuhuhuhuhu” -cantó.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Puedo terminar mi historia? Bueno, la cosa es que yo ya me había agarrado el bicho para metérselo a má, y estaba enfilándolo para su coño cuando alguien irrumpió por la puerta de calle, de manera violenta. Un individuo flaco, barbado, entrecano, que exclamó:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿SE PUEDE SABER QUÉ ESTÁN HACIENDO?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿No es obvio? -Respondió Magda, y soltó una muy musical serie de carcajadas. Yo me sentí algo ridículo e intenté taparme el miembro con la mano. Estaba recagado, dado que no podía pensar otra cosa que el fulano aquél sería el macho de má Elina, por lo que corría real peligro de ser ajusticiado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡VAYAN AL CUARTO A VESTIRSE, PUTAS DE MIERDA! ¡Y VOS TAMBIÉN VESTITE, PENDEJO!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Las mujeres adoptaron actitud sumisa e hicieron caso. Yo también.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Vos sabés adónde te metiste, pendejo?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, solamente vine a tratar de vender una rifa y estas mujeres casi me violan.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Estas mujeres son mis pacientes. Soy médico psiquiatra.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah -dije, al tiempo que pensaba que eso explicaba muchas cosas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, y como estas mujeres andaban bien, les di un alta transitoria y las mandé a convivir a la casa de una de ellas, para que se contengan una a la otra. Y estaba dando resultado, hasta que apareciste vos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pasa que qué quiere que le haga, yo no sabía…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Eso no justifica que andes teniendo relaciones sexuales por ahí, sin criterio ni protección. Ahora me vas a tener que dejar tus datos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Cómo?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, nombre, domicilio, documento, y eso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Perdón, pero usted dijo que era psiquiatra, no policía.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Soy psiquiatra. Y necesito esos datos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Para qué?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vos ya sos mayor; y si no, es lo mismo. Uno se tiene que hacer responsable de sus actos. ¿Y si embarazaste alguna de estas mujeres?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Entonces yo, que ya me había terminado de vestir, le puse un puñete que lo tiró de culo directamente en la estufa hogar; bien que se debe haber quemado el ojete. Y después salí corriendo como alma que lleva el diablo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">A las cuatro cuadras me di cuenta que había olvidado las rifas. Lástima, era un buen trabajo. Si bien no se ganaba mucho, parecía tener sus compensaciones.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif; font-size: x-small;">* Apócope del término propuesto por Marx y Engels lumpemproletariado, “capa social más baja y sin conciencia de clase“ (Diccionario de la RAE).</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
</div>Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-33056873783499013442012-05-18T14:13:00.000-03:002012-05-18T15:41:36.276-03:00EL SEXO EN TIEMPOS DE CRISIS<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzS4FJp3jYz7CvbelIqMVPIZEMBL89PRmjXzjUgI1daNNC5RwhYvMNcqaivsxPfcXN06trioERufkLCT1MfJMDoOFbCkrH_CfcJ4ZHVAEoyyP1bdj046pNAa8PajaXx5LMttR8-jc9HPA/s1600/Olga+Levchenko+IX.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgzS4FJp3jYz7CvbelIqMVPIZEMBL89PRmjXzjUgI1daNNC5RwhYvMNcqaivsxPfcXN06trioERufkLCT1MfJMDoOFbCkrH_CfcJ4ZHVAEoyyP1bdj046pNAa8PajaXx5LMttR8-jc9HPA/s320/Olga+Levchenko+IX.jpg" width="216" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Olga Levchenko</td></tr>
</tbody></table>
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: right; text-align: right;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZHhKoJxap0Xc3oRkwxWHKAefEaL6MPtabvPohk7H0-6rJfDEx56APc6g8IvERclkdINVIhUwFtBL7H4e43jE-_1TxwF3CaNR932qTmdLjb1ze2fPuonmwi9GQr0bL0SmzYwOQgpXQxB0/s1600/Olga+Levchenko+V.jpg" imageanchor="1" style="clear: right; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZHhKoJxap0Xc3oRkwxWHKAefEaL6MPtabvPohk7H0-6rJfDEx56APc6g8IvERclkdINVIhUwFtBL7H4e43jE-_1TxwF3CaNR932qTmdLjb1ze2fPuonmwi9GQr0bL0SmzYwOQgpXQxB0/s320/Olga+Levchenko+V.jpg" width="209" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Olga Levchenko</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span><br />
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Durante una de las tantas crisis económicas que han sido moneda corriente (vaya una metáfora tan apropiada para el tema) en este País, y a causa de ella, tuve que hocicar e irme a vivir a casa de Laureana, una rubia bastante atractiva pero en cuyas garras jamás hubiese caído sino merced a estas trapisondas del neoliberalismo salvaje, que nos desangraba cada vez que conseguíamos juntar más de cuatro o cinco glóbulos. Allí estaba yo, miembro en ristre, asegurando a puros empujones pélvicos el techo que me cobijaba, y consolándome al pensar que había trabajos mucho peores, cuando había. Poniéndola día por medio -cosa que de todas maneras iba a hacer, por imperio de la convivencia-, me ahorraba el alquiler y podía seguir comprando whisky, bourbon y todo tipo de delicias destiladas en el hemisferio norte. Y de paso tenía adonde ponerla. Lo malo era que ella se sentía mi ama y señora, mi esposa o vaya a saber qué otra malsana fantasía análoga. En fin…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Pero la crisis no cesaba de golpear -a los pobres y los asalariados, claro-, y un buen día sonó el teléfono. Laureana respondió:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí… hola, Carolina, ¿cómo andás?… Ah, claro, vos sabés que estoy viviendo con Cratilo acá… no, digo, si no te importa a vos… no, a mí para na… claro, no seas boluda. Dale, venite, te esperamos a la tardecita, ¿vale? Bueno, chauchau, besito.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Era Carolina.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya sé, ya oí. -Carolina era una amiga muy cercana que, lamentablemente, se había enganchado con mi camarada Pepe.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Parece que no puede pagar más el departamento. Va a venir a vivir acá, con nosotros.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Por qué no ponés un centro de refugiados?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Acaso te molesta? ¿Justo a vos, que tuviste refugiados un par de etíopes en tu casa no sé cuánto tiempo, y ni siquiera los conocías?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, pero eso fue…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Nada. No voy a dejar a mi amiga en la calle. Si te molesta, te vas vos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-A mí qué me va a molestar. Si no te molesta a vos… el que me molesta a veces es Pepe. ¿Por qué no se la lleva a su casa?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Porque es un pelotudo que no tiene ningún trabajo decente y vive con el padre, que es más pelotudo que él.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No más preguntas -dije, mientras pensaba que tal vez no sería mala idea, finalmente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Poco antes de que cayera el sol, aparecieron. Bajaron un par de valijas y unas cuantas bolsas del Peugeot del padre de Pepe. Una de las bolsas tenía unas buenas tiras de asado y otras achuras, así que fuimos al fondo a encender el fuego de la parrilla. Mientras las mujeres parloteaban según su esencia (interrumpiéndose, luchando a brazo partido por cada mínima porción de silencio y dirimiendo a voz en cuello cada conflicto limítrofe), nos servimos un generoso fernet con Cinzano y nosotros también departimos, mas sin tanta efusividad ni mayor entusiasmo, el que en mi caso era prácticamente nulo. Entre vaguedades de corte socioeconómico y lamentos por una realidad cuyo flagelo hoy día castiga a Europa, de pronto Pepe dio voz a una espina que, yo sabía, tenía clavada en la glotis:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No te vas a hacer el vivo, con Carolina, vos, eh.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-El ladrón cree que todos son de su condición.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sabés, a lo que me refiero, ¿no?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pegame de antemano, mejor.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Qué, ¿pensás intentar algo?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, cagarte a trompadas. ¿Me querés dejar de hinchar las pelotas?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, sí; vos ponete en mi lugar…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Jamás. Vos hacés muchas pelotudeces, viejo. Me sería imposible alcanzar ese nivel de pelotudismo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, pero si fuera Laureana…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y la puta que la parió. ¿Vos te creés que si tuviera un mango para el alquiler estaría acá? Y no me hagás hablar fuerte, que se me acaba la joda. Encima tengo que bancarme a tu chica y, como si fuera poco, a un boludo pidiéndome que le jure lealtad. ¿Quién sos? ¿Perón?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Estás muy reactivo, bajá un cambio, loco. Lo que quiero decir…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, ya sé y ya te contesté. Si fuera Laureana lo último que haría es ir a pedirte que no te la garches, gil. Lleváte a tu chica con vos, si tenés tantos celos. Y si tenés miedo, comprate un perro. Y hablemos de otra cosa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Luego de poner la mesa en el patio trasero y de comer un buen asado (flor de lujo por aquellos días), seguimos dándole al fernet con Cinzano, mezcla pesada si las hay. Y como bien se sabe, el superyó es soluble en alcohol, así que los diálogos venían cada vez más teñidos de cargas emocionales. Laureana increpaba a Pepe por no madurar y hacerse cargo de su novia, que si no fuera por ella se quedaba prácticamente en la calle.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vos sabés, Laureana, que no tengo trabajo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Conseguite uno, entonces…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿En esta época? Como si fuera fácil; están echando gente de todos lados y vos querés que me den laburo a mí…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, porque te rompés el culo, buscando. No, querido, si no buscás no vas a encontrar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No encuentro, te dije. ¿Vos te creés que a mí me gusta vivir en la casa del cabrón de mi viejo?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Para mí sí, te gusta. Si no, o sos masoquista o sos pelotudo, viejo. Estás bastante grandecito, ya te las podrías arreglar solo, ¿no te parece? Ahora la culpa es de tu viejo, un gallego laburante que es tan hijo de puta que te sigue dando techo y comida.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">No, si cuando la rubia se ponía densa no la aguantaba ni San Puta. Y lo más triste -tragicómico, me atrevería a decir- era que esta vez tenía toda la razón del mundo. Carolina hacía girar el fondo de su vaso para que se licuara el hielo de su fernet. Ella lo tomaba con Coca-cola, mientras miraba al piso, con aire pensativo. Era una morocha de rasgos finísimos y figura espectacular. La miré, absorbiendo meticulosamente cada una de sus formas. Sentí que las cosas se iban a complicar, pero el nivel de alcohol en sangre me llevaba a considerar paparruchada toda eventual complicación sobreviniente. Contemplándola, tuve una emoción estética solamente comparable a las que sentía al ver a Raquel Welch en mi infancia/adolescencia. En tanto Pepe buscaba justificarse en las circunstancias, como siempre: </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, pero todo tiene que ver con la experiencia de vida de cada uno. El gallego trabajador y generoso ése que vos decís hizo de mi vida un infierno. Sobre todo después que murió mamá.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Dale con eso! Ponele que el pobre hombre era un poco bruto, y te maltrató un par de veces, física o psicológicamente, ¿por eso está condenado a mantenerte hasta el día de su muerte? Superalo, hombre, madurá. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Permiso, voy a lavar los platos -dijo Carolina, mientras se levantaba y rumbeaba hacia la cocina, cuya ventana daba al extenso fondo donde el pobre Pepe recibía la diatriba de “mi mujer”.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Che, loca, pará un poco, ¿no ves que Carolina puede tomar tu discurso como que te cae pesado que venga a parar acá a tu casa?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No seas boludo, vos, ¿o acaso te creés que no conozco a mi amiga?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, digo porque por momentos hasta yo me sentí tocado…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y, entre vos y mi amiga, perdé cuidado que al que rajo primero es a vos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Lo descontaba; gracias por la sinceridad, igual.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Mientras lavaba los platos, Carolina me miraba a través de la ventana de la cocina, a unos diez o quince metros. Yo le devolvía las miradas cuando podía, tratando de no levantar la perdiz. Pero Laureana y Pepe estaban cada vez más trenzados en su discusión, y más borrachos; ello, al punto que los argumentos, formulados en voz cada vez más alta y mayores dificultades de dicción, ya no importaban tanto, y alcanzaban sinsentidos paroxísticos. Cuando Pepe se puso a contar que, cuando era niño, su padre llenaba el lavabo del baño mientras le enseñaba acerca del tiempo que un ser humano aguanta sin respirar, y lo psicopateaba antes de someterlo a la tristemente célebre tortura conocida como “el submarino”, fue demasiado para mí. Me excusé diciendo que iba al sanitario.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No los aguanto más -dije a Carolina, quien continuaba esponja en mano.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Están bastante pesaditos, ¿no?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ahá. No tenemos mucho tiempo -salté sin red-, así que… ¿puedo agarrarte desde acá atrás?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué te pasa, boludo? Están ahí, se va a armar kilombo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Por eso, desde acá los vemos. Y si miran, meto violín en bolsa y listo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, bárbaro, y nos quedamos con la taquicardia, nomás.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Puse el pingo para arriba y comencé a apoyar el soberano culo con verdaderas ganas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Salí de ahí, guacho, te dije!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, si te gusta…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, que me gusta, pero se va a armar kilombo, ya te dije…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Desde acá los vemos -dije, al tiempo que subía su vestido, le bajaba un poco los calzones y apuntaba mi misil a punto de explotar. Ella ya no oponía resistencia. Al contrario, se entregaba.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mirá que sos… ay… ay… ahhh ahhh… dame… dame… dame… da… ah… ¡Dámela! ¡Dá…mela… Dameeee! ¡Ahhh,,, ahhh… ahhh, qué bueno, que ganas que tenía!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Entonces descargué. Sin tanto ahhh. Lo suficiente, bah.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Viste, sobraron fichas -comenté.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-La cosa no es así, Cratilo. Por ahí se puede dar, más adelante. Pero tranquilos y sin riesgos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿De qué riesgos me hablás? Mirá como siguen enroscados en esa especie de psicoanálisis compulsivo al que Laureana lo está sometiendo…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, ¿no?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Aparte, tienen un pedo bárbaro. Vení un segundito.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Adónde?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Acá, acá, atrás de la pared, para darte un beso sin que nos vean.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Es amor?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, no quiero que sea pura genitalidad a lo bestia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Me dio un beso que me supo muy, pero muy bien.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, me voy a hacer ver.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, ahora voy.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Volví al patio. No me dieron ni bola.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Che, aflojen un poco -les dije, en un brevísimo resquicio del diálogo. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué aflojemos qué? -preguntó Laureana, con la cabeza menos equilibrada que la de un bebé y lengua de trapo, además de casi no poder enfocar la mirada.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Shí, boludo, qué te pasha… -me dijo Pepe, en iguales o peores condiciones de gobernabilidad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Loco, están alcanzando peligrosos niveles de patetismo…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ahí shalió el intelectual -observó mi amigo, y tocó justo un punto sensible en alguna zona de complejos de “mi chica”, quien cada vez que podía vituperaba mis intentos narrativos; sea el estilo, el fondo, o cualquier cosa que pudiera abarcar lo suficiente como para descalificarla.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, yo siempre le digo al boludo éste que se defina, que si sigue emperrado… (eructo) en escribir porquerías haciéndose el sabihondo, no va a tener jamás muchos lectores o una edición como la gente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pequeñas delicias de la vida conyugal -dije.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-A, eso -dijo la rubia guarra que decía ser “mi pareja”-, la ironía. La ironía te queda como el culo hablando, imaginate cuando escribís (Pequeño berp con saltito)</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo no saqué turno para hoy, así que guárdense sus análisis. O analícense entre ustedes, qué sé yo. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Andá, amargo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, me voy a comprar cigarrillos y a tomar un poco de aire. Acá está irrespirable.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Traeme Marlboro box -dijo Pepe.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Chupame un huevo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Entré. Carolina se estaba secando las manos e iba para el fondo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Están a la miseria -le Informé-. Andá un ratito que te espero en tu habitación.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Vos decís?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya se caen, es cuestión de minutos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Me fijo; si da, vuelvo. Y si no, en un rato, volvé vos, al fondo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya fui y prácticamente me echaron.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Te parece que pasará algo entre ellos?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No creo, pero igual me importa tres pelotas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Entré en su cuarto y cerré la puerta. Las valijas y bolsas estaban desparramadas sobre la cama y en el suelo. Corrí algunas y me acosté. Pensé que en una de ésas vendría Laureana, a acomodar algo o alcanzar sábanas, o qué sé yo. Si era así se pudría todo. Pero enseguida deseché la posibilidad, estaba demasiado en pedo. Yo no tanto, pero también me quedé dormido. Desperté con la agradable sorpresa de sentir mi miembro en la boca de Carolina. Había vuelto, y, cómo. La tomé de los pelos y moví mis caderas al ritmo de la sangre encabritada. Se desvistió -oh dios, cuántas bellas formas todas juntas- y se subió encima de mí. Le dimos, fuerte y parejo, un buen rato. Luego otra vez los aahhh y aaarghhhs ahogados, con más alguna palabreja incitando a la acción o invocando al eterno, y acabamos con la alegría de la incipiente y poderosa relación. Se echó sobre mí, y con su delicioso cuerpo arriba del mío, volví a dormirme. Mucha acción, mucho alcohol. Cuando volví a despertar, creí que no lo había hecho y que continuaba soñando: Laureana y Carolina se hallaban trenzadas en una caliente sesión lésbica. Permanecí viendo cómo Laureana chupaba con frenesí el sexo de su amiga. Ello hasta que mi erección me llevó a acercarme de atrás y penetrar a “mi pareja”. No sólo no se opuso, sino que hasta se encabritó. Entonces, y luego de un par de orgasmos, Carolina tomó un vibrador y empezó a recompensar a su amiga, en tanto yo gozaba de las variaciones de coño. Terminamos todos exhaustos. Y dormidos, claro.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Al otro día, los primeros en despertar fuimos Carolina y yo. Claro, los otros habían tomado casi hasta caer en coma. Laureana, desnuda en la habitación que ocuparía Carolina, y Pepe, en el sillón de mimbre del fondo, en donde había quedado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tiene razón Laureana, es muy boludo, el chabón éste.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tiene cosas buenas, che -intenté defenderlo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y, si no, habría que matarlo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Tomamos un café con aspirinas, primero, y después unos mates. Estábamos en eso cuando ingresó Laureana a la cocina.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dame un mate -pidió, mientras se tomaba la cabeza. Estaba desfigurada. La resaca debía ser terrible. Tomó el mate, me miró y me dijo:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Flor de hijo de puta, sos vos, eh.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Hijo de puta? Al contrario, soy demasiado comprensivo, que no es lo mismo -respondí, sintiéndome muy pero muy bien de no ser el único con motivos para quedar imputado. Laureana tomó el mate, me lo devolvió y salió al fondo. Despertó al pobre Pepe dándole una patada y a los gritos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Che, yo le dije a Carolina, que podía quedarse acá, no a vivillos como vos! ¡A ver si te las tomás de una vez!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Si Laureana era jodida normalmente, imagínense de resaca.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Acompañé a Pepe hasta la puerta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Me quedé dormido -dijo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, si no me di cuenta. ¿Podés manejar?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, boludo, cómo no voy a poder. Y vos, acordate lo que te dije ayer…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Me dijiste muchas cosas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Que no te hagás el vivo con Carolina.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, eso. Quedate tranquilo. Está más segura que en un convento jesuita.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No te hagás el boludo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Te prometo que no le voy a hacer nada que ella no quiera.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, seguí, nomás.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Andá a dormir, boludo. Yo estoy con la rubia, y viste cómo es. Antes de meterle los cuernos meto el bicho en la máquina de picar carne.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Se fue, tal vez un poco más tranquilo. El sol me daba en la cara. La media mañana era brillante, igual que mis perspectivas. Finalmente, y a pesar de la crisis, las cosas iban saliendo bien. Sí, señor.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<br /></div>Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-8454002357355694462012-05-10T19:49:00.000-03:002012-05-11T18:33:32.231-03:00SEXO, MENTIRAS Y JEREZ<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjALK-60lAGK9dIdNC4bhDNHsW_Pw95TFskRWg7PqyuCokNlrTOd-O09TnZKoprfp2hlaibnOa2B5-CFr0jFHLgCHoM6jWRjClfyhs6SmHU2ST_jJeZYNO1pwKFu-XRZV36-d6gtdRnBqk/s1600/Milo+Manara.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjALK-60lAGK9dIdNC4bhDNHsW_Pw95TFskRWg7PqyuCokNlrTOd-O09TnZKoprfp2hlaibnOa2B5-CFr0jFHLgCHoM6jWRjClfyhs6SmHU2ST_jJeZYNO1pwKFu-XRZV36-d6gtdRnBqk/s400/Milo+Manara.jpg" width="283" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Milo Manara</td></tr>
</tbody></table>
<br />
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">“Estimado Sr. Bermúdez:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span class="Apple-tab-span" style="white-space: pre;"> </span>Soy Miguel Dell Hacha, tal vez haya oído algo acerca de mí. Soy crítico literario, y por indicación de F. me he dedicado a leer tres o cuatro de sus novelas. He escrito algo acerca de ellas, pero mi personalidad puntillosa y mi temperamento perfeccionista, me impulsan a solicitarle tenga a bien concederme una entrevista, para despejar dudas y ahondar en ciertos aspectos de su psiquis, que me han interesado vivamente, más allá de lo estrictamente profesional.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Es por ello que me permito invitarlo a cenar el viernes por la noche, en mi casa de (domicilio). Sería fantástico que nos honrara con su presencia, y de paso me ayudara a degustar un par de botellas de jerez ibérico del mejor, que acaban de regalarme.”</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Buenobuenobueno, algunas veces el correo electrónico depara sorpresas que, en principio, lucen de lo más atractivas. Está bien que poco y nada representa para mí una nota o una charla con un crítico prestigioso -el que no obstante parecía conocerme al punto de saber o intuir que, a no ser por el jerez ibérico, preferiría sin duda reunirme con los muchachos en el bar del gallego antes que aguantar soporíferos diálogos académicos y/o esteticistas con un viejo erudito-. Lo llamé al teléfono y ajustamos los detalles para la cena. Cumplí en avisarle que no soy muy comunicativo que digamos con gente que no conozco muy bien, y que tal vez resultara un verdadero fiasco para él. Por su parte pidió, como en broma, que no menosprecie la capacidad analítica y proyectiva de sus hermenéuticas. Casi le digo que se meta el jerez en el culo, pero me banqué. Ya habría tiempo para liberar los exabruptos que mi codicia etílica estaban reprimiendo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><br /></span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Buenas noches -dije al veterano que me abría la puerta con una gran sonrisa. Se trataba de un individuo de estatura normal tirando a baja, tez blanca, pelo negro -seguramente teñido- y ojos azul profundo, vivaces y dotados de una energía que el resto del organismo parecía carecer.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Adelante, querido amigo, siéntase en su casa. Ahora le preparo un cóctel -el jovato comenzó a simpatizarme de entrada. Al cabo volvió con un trago formidable; fuerte y fragante. Jamás había bebido algo así. No obstante percibí el sabor del escocés. “No empecés a chupar a lo loco”, me dijo ese vigilante interno a quien detesto, aunque me haya salvado la vida en más de una oportunidad. “Ya sabés que después desbarrancás y terminás haciendo papelones”.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Soy todo oídos -propuse. -¿De qué se trata todo esto?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Nada, que quería escribir algo sobre usted, y me imaginé que conversar personalmente aportaría una perspectiva más cabal de su obra, que está íntimamente ligada a su persona, ¿o me equivoco?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Puede ser, pero supongo sinceramente que mi obra no da para tanta alharaca intelectual. Esas cuestiones no sólo me son refractarias, sino que las encuentro veleidosas hasta la exasperación.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Es precisamente eso lo que más me motivó para solicitarle esta entrevista. Por ejemplo, si no le molesta, voy a comenzar a preguntarle algunas cosillas: ¿Es usted un “outsider”? Y en caso afirmativo, ¿eligió serlo, o era algo inherente a su personalidad?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Bebí un buen trago del cóctel y respondí: -No sé lo que es ser un outsider, o mejor dicho no tengo en claro los parámetros que definen estar in o out. Es más, no sé de qué carajo hay que estar dentro o fuera. Usted lo plantea en términos que me recuerdan a la ya vetusta discusión sobre esencialismo y existencialismo, y yo no creo en estas dicotomías que solamente discurren en la mente humana. Yo, como cualquier hijo de vecino, veo la existencia, miro los entes, trato de adivinar las esencias metafísicas; ello sin atender nada más que a la manera de gozar mejor de las delicias que ofrece el mundo, y de huir de toda fuente de dolores o desgracias.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Muy claro, y muy coherente con lo que escribe.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Obvio, maestro. Nadie me paga por hacerlo, ni voy detrás de oros o bronces. ¿Por qué debería falsear el discurso, entonces? Me encanta leer, y sobre todo cosas divertidas -porque ya me emplumé con las densidades del intelecto, obligándome a deglutir mamotretos literarios y filosóficos a mansalva, cuando era muy joven y creía que era necesario. Y en función de ese inquieto y agradecido lector es que hallé el placer de la escritura, y trato de socializar esos magros frutos con una sola consigna: no aburrir a los destinatarios.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Y olé! -festejó una voz femenina a mis espaldas. Me volví para ver una jovencita alta y delgada, pelo negro ondulado, ojos claros y mirada clara, que me sonreía. Era algo delicioso. Y continuó: -¡Y bien que lo logras, tío! Yo me emociono mucho con cada uno de tus relatos,</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ella es Silvina, mi hija -la jovencita deliciosa me saludó con un beso. -Acaba de llegar de España. Es una fervorosa admiradora suya. ¿Le molestaría que permaneciera aquí, mientras conversamos?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-En absoluto -respondí, al tiempo que ella ya se estaba sentando en el sillón desocupado frente a la mesita de café, como dando por hecho que no me molestaría. Bastaba con verla para darse cuenta de que jamás me podría molestar, a no ser que se considerara una molestia a la tensión sexual. -¿no tiene más de esto? -agregué, sacudiendo la base de mi vaso vacío.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dejá que yo te preparo -se ofreció Silvina. Era muy loco. El jovato me trataba de usted y la pendeja, que tenía la mitad de mi edad, me tuteaba. La noche pintaba mucho mejor que lo que había supuesto en la previa. La bella me alcanzó la copa, y clavó en mis ojos una mirada de entrega emocional. Y otra vez la vieja pregunta: ¿yo me las busco o me buscan a mí? No dejaba de ser halagüeño, pero la hermosa jovencita suponía -prima facie- un gran esfuerzo. Y problemas, muy probablemente. Que no tardaron en ingresar por la puerta del fondo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Buenas noches -saludó un muchacho muy fortachón y atractivo, entrando desde los fondos en medio de un vaho de asado y limpiándose la mugre del carbón con un trapo húmedo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Él es Emilio -dijo Miguel-, el novio de Silvina.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Encantado -dije, aunque no lo estaba en lo más mínimo, sólo un formalismo. Él ni siquiera me respondió. Era evidente que algo le había mencionado respecto de su admiración por mí. Tomó algún utensilio del cajón de la mesada, en la cocina contigua a la sala, y se marchó a continuar con su tarea gauchesca de prepararnos un asado criollo. Yo me cagaba en el telúrico menú, ya que en mi fuero íntimo aguardaba el jerez español que el jovato me había prometido. Era todo muy extraño, pero no tanto como infinidad de otras tertulias en las que me había visto envuelto.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sepa disculpar las interrupciones -me dijo Miguel-, pero quise que la reunión tuviera un ligero toque de entrecasa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Está todo bien.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Aparte, si la dejaba afuera a Silvina, me iba a pasar factura de aquí a la eternidad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cavilé que el comentario del crítico de arte apuntaba, de alguna extraña forma, a hacerme picar con su hija. No entendía los fines ulteriores, pero mientras no hubiese hechos de sangre, no dejaba de ser divertido.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Prosigamos. Antes, solía verlo en los ágapes literarios, en eventos culturales, lo he visto leer cuentos y poemas, participar de las actividades de la comunidad de escritores, y de pronto no apareció más. ¿Me diría a qué se debe ese cambio?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Básicamente, porque no soporto a esa caterva de ególatras que se hacen los finos, y que creen que una buena gramática y sintaxis, adunadas a la sensibilidad exquisita que creen poseer, los habilita como escritores. Ser “escritor" es el pináculo, se desviven por ingresar a ese Parnaso de culos blandos. Me quedo toda la vida con los muchachos del bar. Son mucho más interesantes, más duros y tienen historias por lejos más divertidas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Verdaderas? -Preguntó Silvina, y su padre la miró como recordándole algo; muy probablemente que la dejaba asistir con la condición de que no interviniera en el diálogo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿A quién le importa? ¿Acaso la realidad es verdadera? La realidad “es“, la dicotomía entre verdadero o falso es algo que solamente resulta pertinente a la mente humana, Y sepan disculpar mis continuos derrapes hacia cuestiones filosóficas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, eso me lleva a otra pregunta. Antes las cuestiones filosóficas tenían un rol preponderante, en su obra. Ahora parece haberse anclado más en la cuestión sexual. ¿Algún hecho o razón en particular ha determinado este giro temático?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-La necesidad de compartir mis historias. Escribir para uno mismo tiene algo de masturbatorio, al menos para mí. No quiero que me lean por cuestiones yoicas o fruitivas, quiero compartir emociones y diversión. Convengamos que son mucho más entretenidos los entuertos sexuales onda Bocaccio que la tradición patrística medieval. Escribiendo pelotudeces como ésas me leían dos o tres tipos. Y los que lo encuentran frívolo, no se imaginan lo patético que encuentro yo a sus pedestales, flotando entre negras miasmas de desconcierto que jamás podrán soslayar. Eso, salvo honrosísimas excepciones, desde luego. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿A quiénes rescata, por ejemplo?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-A los estudiosos de la lingüística. Creo que por ahí anda el hilo de Ariadna. A los estudiosos de la física teórica. Entre ellos y alguno que, sin prejuicios, se vaya integrando a la banda, están por poner de la cabeza nuestra apestosa noción del mundo. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Silvina me miraba embelesada, con la boca ligeramente abierta y con un gesto de apasionamiento que por un momento me hizo dar un leve vahído. Sin proponer, el venadito aquél estaba entregando el garrón, solito se colgaba del gancho. O tal vez fuera una histérica irredimible. La experiencia me indicaba que en estos casos no convenía montar el picazo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Volvió a entrar Emilio, con cara de 38 largo. Creo que vio la manera en que Silvina me estaba mirando y se brotó. Antes de volver al fondo, le dijo de mal modo:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Podés venir un momentito al fondo?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué querés?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Nada, que vengas un segundito.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Está bien, espero que no sea alguna boludez.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Nuevamente solos, dije a Miguel:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Pasa algo?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, nada, vio cómo es la juventud. Si no hay conflictos, se los inventan, con tal de discutir un rato y después reconciliarse. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ahá. Cualquier cosa me dice, y lo dejamos para otro día…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, desde luego que no. ¿Prefiere abrir un jerez ahora, o después de la cena?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No tengo hambre, pero sin embrago me gustaría probar ese néctar -argumenté, sacando cuentas de que por ahí, por imperio de las circunstancias, iba a tener que irme de allí antes de poder degustar el jerez. Miguel sirvió dos copas, las entrechocamos, percibimos el aroma y luego empinamos el codo. Sabía a gloria. Volvió a servir, volvimos a beber, ésta vez sin olfateada previa. Y otra vez. Y otra. Y otra más. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Está tratando de bajar un record? -Pregunté, mirándolo con ojos más benevolentes. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No. Estoy tratando de tomar coraje para pedirle lo que voy a pedirle.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">“Cagamos” -pensé. Ya me parecía que se traía algo bajo el poncho, el jovato. Cuando la limosna es grande…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mire -aclaré-, no hace falta tanta mise en scène. Tomemos tranquilos, usted me pide lo que supuestamente tiene para pedirme y yo, si tengo con qué y voluntad, accedo a su pedido o no. Bien corta, la bocha.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Está bien, eso haremos. Pero primero una somera explicación. Antes que nada, debo confesarle que soy gay.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Confesarme? ¿Acaso soy un cura?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, pero la gente suele tener ciertos prejuicios…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No sé qué es eso. No figura en mi diccionario, esa palabra. Es su generación la que vive con cierto oprobio esas cuestiones.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Contaba con eso, después de leer su obra. Y por ello mismo también considero que es el único capacitado para escribir mi historia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Esperepereperepere un cachito. Ahí me bajo. No escribo por encargo. Tengo mi propia basura que sacar a flote, no es mala voluntad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya sé, ya sé, pero ¿cuánto tiempo cree que le puede llevar?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ninguno. No pienso hacerlo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Oiga, primero. No es una historia de párvulos que un buen día descubren su homosexualidad. Es la historia de dos muchachos enamorados que abrazaron la causa revolucionaria en los ‘70; vivían como verdaderos comandos urbanos, al tiempo que mantenían una tórrida relación amorosa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-El romanticismo de la lucha, el romanticismo de la pasión… no cabe duda que es romántico, el asunto.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pues sí, y efectivamente ocurrió. Pero antes de escarnecerme, piense en esto: primero nos tiroteábamos con los esbirros del capitalismo salvaje, y luego le pegaba a mi compañero unas chupadas de pija tales que después había que sacarle las sábanas del orto. Eso se parece más a lo que usted escribe ahora, ¿no es así?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Puede ser, sí. Pero usted no es un negado, bien puede escribirlo usted mismo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No podría. No olvide que, según acaba de decir muy bien, soy un anciano culpógeno y estoy atiborrado de prejuicios.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Firme con seudónimo, entonces.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Las cosas siempre se saben, más tarde o más temprano.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Del mismo modo se sabría que yo la escribí pero que el personaje principal es usted.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, me importa una mierda. Usted, por estilo y talento, es la persona indicada para contar una historia que vale la pena ser contada. Se llama “Corazón blindado”.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Lamento sinceramente que la persona indicada no esté disponible. Si quiere lo ayudo a buscar alguna otra.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, debe ser usted.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Le digo que lo lamento, pero no puedo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No le estoy pidiendo gran cosa, y a contrario le estoy dando de primera mano una historia que puede llegar a ser muy resonante en más de un aspecto.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No me interesa esa clase de resonancia. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Abrió la segunda botella y sirvió las copas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No pierdo las esperanzas de que me ayude con el proyecto -dijo. -Es bien simple, y más para un escritor nato como usted. Tengo entendido que escribió una novela en tres semanas…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, y así me salen…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Le salen mejor que algunos cuantos personajotes de la literatura nacional.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tal vez si las releo y las pulo un poco, quién sabe llegan a zafar. Pero ya le dije que no aspiro a esa clase de resonancias.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En eso entró Silvina, luciendo una luminosa sonrisa. Si se había peleado con su novio, le importaba un rábano. Más parecía que hubieran estado cogiendo antes que discutiendo, en fin. Dijo a su padre:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Emilio quiere hablar con vos, ahora.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Está particularmente hinchapelotas, hoy -comentó, mientras se ponía de pie. -¿Me dispensa un par de minutos?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Haga tranquilo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Silvina se sirvió una generosa copa de jerez y se sentó frente a mí. Me miraba con aire picaresco.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Pasa algo? -Inquirí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, es que estaba tratando de figurarme… si la bestia sexual que asoma de tu personaje tiene algo que ver con el Cratilo real.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Algo que ver, tiene. Pero no en el rol de semental experimentado que le imprimo, eso es cotillón. Me refiero a la interioridad.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ahá. Pero sabés tratar a las mujeres, por lo que dejás traslucir.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tengo mis años, algo debo haber aprendido.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, yo soy bastante más joven, y no sé mucho. Me podrías enseñar, ¿no?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Acaso tu novio no te enseña?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No es mi novio. Por si no te diste cuenta, es el novio de Miguel.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿De tu padre?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tampoco es mi padre.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Si sabía me traía un antifaz. ¿Qué es esto? ¿Una mascarada?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No para vos, el viejo ya se sinceró, y es por eso que te estoy diciendo las cosas como son. Él me sacó de la calle, me alimentó, me vistió… todo ello a cambio de que me haga pasar por su hija (piensa que es una buena pantalla social para un gay) y que lo ayude a conseguir chongos de vez en cuando.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ahá.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y qué?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Me vas a enseñar? - Preguntó, mientras, copa en mano, se incorporaba y se acercaba a mí. Era irresistible. Volví a servirme jerez, sabiendo que las nobles cepas me arrojarían sin remilgos al abismo al que tantas ganas tenía de arrojarme. Me acercó tanto su sexo que pude olerlo. -Por ejemplo, ¿me tocarías de modo que explote como uno de tus personajes femeninos?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Desabroché el botón superior de su pantalón de corderoy gris, bajé la cremallera y metí la mano suavemente en su minúscula tanga. Ella aspiró hondo y tuvo un ligero temblor, un pequeño espasmo de placer. Comencé entonces a frotar su pubis y juguetear con la pequeña vulva. Ella abrió un poco las piernas, dando lugar a mis caricias y ya presa de una excitación voraz. Entonces intensifiqué los masajes clitorianos. Ella se arqueó, como escondiendo su vagina pero con la intención más contraria, estiré mis dedos y seguí frotando. Acabó enseguida:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Aaaaaahhhhrg, por favor, más, que bueno…! Y ahí… voy de nuevo… aaah aaah aaah ¡AAAAAAAHHH, por Dios, dos seguidos! -Y sentí sus fluidos en mi mano. La saqué de aquel pequeño tesoro, la olí, terminé la copa de jerez y me serví más.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tenés tus trucos, eh -dijo, mientras se prendía el pantalón y recuperaba el aliento. -Y Ahora debería retribuirte, no te vas a quedar así -y señaló con el mentón el bulto afiebrado en mi entrepierna.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tu padre eeeeh… Miguel, ¿no vuelve?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Seguro que le está haciendo al novio lo mismo que pienso hacerte a continuación.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Me sentiría más tranquilo si vamos a hacerlo a otro lado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Está bien, vamos arriba. Te aseguro que nadie va a irrumpir ni a molestar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Tomé la botella y la seguí. Subimos una escalera y pude ver un par de habitaciones y un cuarto de baño muy grande, estilo antiguo. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Podríamos darnos una ducha, ¿no te parece? Estoy muy transpirado -propuse, mientras empinaba la botella de jerez y bebía a morro, como tanto me gusta (sobre todo cuando la beodez comienza a hacerse ostensible).</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale -respondió, e ingresó al baño ya quitándose los pantalones, y yo me abalancé sobre el exquisito cuerpo, volví a meter mano en sus humedades, la besé con pasión en el cuello y froté mi afiebrado miembro por su culo. Ella soltaba suaves gemidos, tan sensuales que ni la música más excelsa me hubiese emocionado más. Se estiró hacia adelante para abrir la ducha y yo me prendí de sus caderas como un perro caliente, sin dejar de refregar mi sexo contra sus ahora mejor expuestas asentaderas. En cuestión de segundos nos desvestimos por completo y nos metimos debajo del agua tibia. Pude ver su excitante cuerpo brillando en el agua y me pareció una visión beatífica, una vislumbre tal que quise llevar grabada en mis retinas por toda la eternidad. Nos besamos, con la tibieza del agua corriendo por nuestras caras y nuestras bocas. Entonces ella se puso de rodillas y comenzó a chupármela con deleite. Tomé sus pelos con una mano y con la otra me seguí empinando la botella de jerez. Entonces, algo sofocado por el sexo y el vapor, abrí una ventana que estaba a mi derecha, en la pared de la bañera. Tuve un atisbo de algo que se movía y volví a mirar, tratando de acomodar mi visión a la oscuridad exterior. Entonces percibí a Miguel, de rodillas junto a la humeante parrilla. Estaba haciéndole a Emilio lo mismo que Silvina me estaba haciendo a mí. ¡Que familia más cariñosa! Cerré la ventana para concentrarme en lo mío. Silvina era muy joven pero sabía de qué se trataba aquello, sí señor. Tal vez hubiera aprendido de verlo al padre adoptivo, o lo que fuese, en fin… no era mi asunto. La tomé de las axilas, la traje hacia arriba y la hice dar vuelta. Se tomó de las canillas y me ofreció, entregadísima, su vellón oscuro. Fui a por ello, y me costó entrar. Era estrecha, muy estrecha, eso tal vez sí se correspondería con su edad cronológica. Era glorioso. Volví a darle un par de tragos al jerez y comencé a atacar con más firmeza. La ingesta alcohólica en nada menoscababa mi férrea erección, pero sí atentaba en contra de la posterior eyaculación. Eso parecía jugar a favor de ella, que arqueaba la espalda cíclicamente para descerrajar uno tras otro sus convulsivos orgasmos, tantos que perdí la cuenta. Entonces, y a la luz de tantos estímulos, me vacié por completo en su interior. Basta por esa noche; la parte buena consistía en que ella había tenido de sobra, también. Totalmente mojados y exhaustos, nos fuimos a la habitación a descansar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ella quiso hablar de la conveniencia de aceptar la propuesta del jovato, en términos de repercusión y eventual difusión masiva de mi obra. Le respondí que no estaba interesado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, claro, el señor prefiere vivir en la jungla urbana su salvajismo tóxico -observó irónicamente-. No está interesado en celebridad alguna, que le permita viajar con su amiga Silvina a Saint Tropez o Marbella, invitado por los grandes grupos editoriales…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Exacto. Y mi amiga Silvina es demasiado joven y hermosa, no quiero reblandecerme ni volverme vulnerable a esta altura de mi vida para sufrir por amor. ¿Te parece raro, acaso?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡La vida es hoy, Cratilo. La vi…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Sos un hijo de puta! -El exabrupto venía de afuera, era Emilio quien lo profería.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡No me hablés así, pendejo del orto, o te olvidás que te saqué del barro! -Fue la respuesta de Miguel.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Oh, no, otra vez no! -comentó a mi lado la ninfa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué pasa? -Pregunté.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pasa que…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡TE VOY A MATAR, VIEJO HIJO DE PUTA! ¡Venir a traerme al mierda ése acá!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Solamente viene por un trabajo que quiero que me haga! ¡Te lo dije cien mil veces!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Si, ya me imagino el trabajo que querés que te haga, viejo puto!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Estoy podrido de que me trates así!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Ves? ¿Ves? ¡Buscá excusas, nomás, para colgarme e ir a moverle el culo al putito ése!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿El putito ése vendría a ser yo, verdad? -Pregunté a Silvina.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Ah, pero qué suspicaz que sos…! -Respondió, ahogando unas risitas. Yo me incorporé y agarré el pantalón.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Adónde vas?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-A cagarlo a trompadas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No seas boludo, vení quedate acá conmigo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Quién mierda se cree que es?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, gil, estás borracho. Aparte te agarra así, mamado y cansado, y te faja él a vos…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Querés ver?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No me impresionás. Al menos con estas bravatas de macho adolescente. Con el sexo, puede ser.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tenés razón. Que se vaya a la reputa que lo parió. Me quedo y vos te fijás si me la podés hacer parar de nuevo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Será un placer.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Mientras la jovencita iba a por ello, afuera la violencia verbal recrudecía en volumen y contenidos. Comenzaron a surgir escabrosas intimidades e insultos denigrantes, a voz en cuello y a troche y moche. Era una música de fondo no del todo desagradable para oír mientras la lengua de Silvina jugueteaba por allí. Pero todo escándalo cesó abruptamente cuando tocaron a la puerta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Uy, Dios, otra vez la policía… -Dijo Silvina con aires de fatiga.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡¿Qué?!</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-La yuta, boludo. Ya vinieron como cuatro o cinco veces. Estos imbéciles se emborrachan y se pelean todos los días. Los vecinos ya están podridos, y llaman a los vigilantes; y los vigilantes también están podridos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En el fondo seguían los gritos y las puteadas, y nadie abría la puerta. Empecé a creer que la cosa iba a terminar mal.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Esperá que ya vengo -dijo ella mientras se ponía un salto de cama. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Tantos remilgos para que no se enteren que es gay y hace tales escándalos?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Está en pedo, Cratilo, qué querés…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo también estoy en pedo y no armo semejantes kilombos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No todos son como vos -y salió a atender la puerta. Yo me puse el pantalón, la camisa y las zapatillas para apostarme en el descanso de la escalera, para oír el diálogo con los polis sin interferencias auditivas (léase pelea de locas). Un par de fuertes golpes a la puerta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Ya va, ya va! -gritó Silvina, mientras descorría los cerrojos. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Buenas noches, señorita -dijo una voz aguardentosa y carraspeante.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Buenas noches, agente,</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Parece que otra vez sopa, ¿no? -Dijo otro.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mire, ya estamos cansados de recibir denuncias, venir hasta aquí, tratar de persuadir a su padre y al otro que no hagan escándalo público y siguen; óigalós, nomás. Así que ya estoy hasta las pelotas, me los voy a llevar, a ver si así aprenden.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, pero…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Así no se le habla a una dama -dije, ingresando en escena. Maldita caballerosidad, ego o lo que puta haya sido que me impulsó a jugarla de “ciudadano que hace valer sus derechos”. Allí estaban, Laurel & Hardy uniformados mirándome como si recién hubiese bajado del ovni. Al cabo de unos momentos, el gordo preguntó a Silvina:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Éste también es “homosesual” ?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, agente, éste es mi novio.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Cómo, no era el otro, su novio? -Inquirió con sorna.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Como sea, no es asunto suyo -Le contesté, airado, venciendo traumas de la época de plomo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, sos poronga, vos -y se acercó a un paso de mí; es decir, desde el límite de la circunferencia de su panza. -¿Tenés documentos?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vamos a hablar afuera.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vamos a hablar adonde yo diga.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-OK, solamente quería que dejáramos tranquila a esta señorita que ya bastantes motivos tiene para sufrir y habláramos entre caballeros (eso le gustó), así que apuré mi siguiente movida: -Silvina, por favor, andá a decirle a tu padre que se calme.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cuando quedamos solos, dije a Ollie:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Agente, sabe que el señor Dell Acha es una persona pública, ¿no?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, sí, pero no es tan famoso como para armar semejantes kilombos todos los días, vio.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya, ya. Pero imagino que debe haber alguna otra manera de arreglar esto, ¿no?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ni lerdo ni perezoso respondió lacónicamente:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tres lucas. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Espere afuera.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Fui hasta el fondo. El griterío había cesado, ahora reinaba una especie de silencio oprobioso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y? -preguntó ansiosamente Silvina. -¿Pudiste hacer algo?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Puede ser, pero no sale de arriba. El pata negra pide cinco lucas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Lo que sea -dijo Miguel, beodo y abochornado. -Gracias, Cratilo. Venga que le doy el dinero.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Emilio, en tanto, miraba al piso. Aproveché y le dije al pasar:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Da gracias a dios que no soy rencoroso, tarado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Subimos a su habitación -ni que fuera yo un tasador de inmobiliaria, che-, abrió un cofre, contó los billetes y me los entregó. Yo los conté a mi vez, dejando la yema del índice en tres mil, llevé la mano al bolsillo y los separé. Antes de irme, le dije que estaba cansado y me iba a retirar, aprovechando el impasse. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Déjele saludos a Silvina, es un primor. Bella e inteligente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Lo haré. Y después me comunico para ver su decisión sobre “Corazón blindado”. Tengo fe en que finalmente aceptará la propuesta.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No le aconsejo que abrigue muchas esperanzas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Cratilo -dijo y se detuvo. Yo me volví:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Gracias.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Déjese de cosas, hombre, como si yo nunca hubiera tenido altercados con la ley. En cuanto a usted, debería dejarse de boberías y aceptar su sexualidad, cagándose en lo que puta puedan pensar. Me extraña, un tipo tan inteligente…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Gracias otra vez.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Salí, le dí tres lucas al gordo (que un poco más y me hace reverencias) y me fui chiflando bajito. Había sido una buena velada.</span></div>
</div>Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-8208635922215710992012-04-23T11:30:00.000-03:002012-05-01T23:25:35.151-03:00EL ÚLTIMO POLVO<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbJuEceejUjJ4X4vG78XBWgJ2S93dfyDMEqoVAFj8pzuDHHSly_sUbukeYG1AToH_iMuiAPYRFhfTgn91FveRl1vkrj_HDocEFPGIH7lf-8o6OPtofv6do4DAp1NAdi9qso1ZwKTZzl3E/s1600/Hajime+Sorayama.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="232" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgbJuEceejUjJ4X4vG78XBWgJ2S93dfyDMEqoVAFj8pzuDHHSly_sUbukeYG1AToH_iMuiAPYRFhfTgn91FveRl1vkrj_HDocEFPGIH7lf-8o6OPtofv6do4DAp1NAdi9qso1ZwKTZzl3E/s320/Hajime+Sorayama.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Hajime Sorayama</td></tr>
</tbody></table>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Estaba en el Bar de Pedro bebiendo unos Camparis, bastante aburrido porque todos los viejos escuchaban por radio los sorteos de la tómbola de Montevideo, y mientras ello transcurría no podía abrirse la boca so riesgo de ser expulsado, y eso en el mejor de los casos. Los gerontes aquellos no andaban con vueltas, como sucede con la mayoría de bebedores de vino suelto barato. Es un índice; ténganlo en cuenta, muchas veces allí puede radicar la diferencia entre la vida y la muerte. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Hola, Cratilo, ¿cómo andás? -oí decir a mis espaldas, mientras los viejos miraron como tratando de adivinar de qué planeta había salido el tirifilo aquel, vestidito a la moda -en un estilo de esos que consisten en una especie de desparpajo cuidadosamente estudiado, valga la frívola paradoja-. Con su imprudencia me estaba comprometiendo a mí, que también fui objeto de miradas censuradoras. Tomé mi vaso, me incorporé y le dije en voz baja “vení”, mientras lo llevaba de un brazo a una mesa alejada, junto a las vidrieras.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué pasa?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pasa que si seguís hablando mientras transmiten la tómbola, sos boleta. Los viejos te ensartan como churrasco de croto.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Eh, pero es un lugar público…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, pero bajá la voz porque este lugar puede llegar a tener uno menos entre el público. ¿Sabés la de boludos que vi salir de acá como chicharra de un ala? </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y si quiero tomar algo qué? ¿Lo pido por señas?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vas a tener que esperar a que termine el sorteo. Lo siento, son los códigos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Nunca vi una cosa igual…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo tampoco. Por eso me encanta estar acá.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La inusual visita era un fulano llamado Aníbal, un antiguo compinche a quien había dejado de frecuentar cuando advertí que su raigambre burguesa había fagocitado al ser humano y al artista que había en él. En esta suerte de auto canibalismo uno suele devorarse sus mejores partes para engordar las más espurias.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué andás haciendo por acá? -Le pregunté por cortesía, ya que me importaba tres carajos lo que puta pudiera andar haciendo; y, desde luego, no quería verme involucrado en ningún asunto ajeno.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Buscándote a vos. Me dijo Renato que podía encontrarte en este bar, pasé una vez y no estabas. A la segunda tuve suerte. ¿Adónde vivís, ahora?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-En el barrio de la Loma.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Es un barrio grande, che. Te pregunto el domicilio…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya sé, pero vivo con mi vieja -mentí-. Es bastante incómodo, viste…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Con tu vieja? ¿A esta altura?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y, viste cómo es, uno tira la taba y a veces sale culo. Ya terminó el sorteo, podés pedir bebidas. Tenés que ir a buscarla vos, y no te aconsejo que pidas Coca diet, o algo como eso. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Qué boliche de mierda…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Eyeyeyey, no te permito, eh.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Volvió con Gancia y soda.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Me andabas buscando, decís.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ahá.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Por cariño, nostalgia, o qué?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo diría por “o qué”.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Por un lado mejor, porque detesto los sentimentalismos. Pero por el otro, tengo que reconocer que los “o qué” suelen resultarme más problemáticos, a ultranza. ¿What’s up, doc?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Te suena Lorena Suárez?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Uh, loco, no me vas a decir que ten enrollaste con la mina ésa…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Por qué lo decís?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mirá, si estás con ella y yo hablo, te vas a ofender; cosa que me importa tres carajos, de todos modos. Te aviso por vos, nada más.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, hablá tranquilo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Estoy tranquilo, difícil que hable de otro modo. Mirá, la mina ésa es una histérica que pretende tener a todos dando vueltas alrededor de ella como una perra alzada. Si me preguntás que te conviene, yo te diría que huyas de esa enferma como de la peste.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Se nota que fue fuerte, lo de ustedes. Se odian con ganas, che.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Nada que ver, yo no la odio. Para mí no existe. Pasa que vos preguntás y yo te contesto.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, la cosa es que el otro día estábamos mirando unas fotos viejas, y en una apareciste vos. Me sorprendí, y exclamé “¡Éste es Cratilo!” Ella abrió los ojos desmesuradamente, me miró fijamente y me preguntó “¿Lo conocés?” “Claro, es amigo mío”, le respondí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-La hiciste bien, ahora te quiere matar -y reí a carcajadas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No. Pasa que estoy compitiendo con otro, que también está recaliente con ella.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Toda su vida fue igual. Le encanta que los perros calientes se maten entre ellos por su morral de cuero. Y si es delante de ella, mejor.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No sé si es tan así. Bueno, la cosa es que el otro pretendiente también te conoce.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, ¿Sí?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí. Se trata de Gerardo Barra.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿El polizonte? Ah, bueno. Tené cuidado, porque en cuanto la loca ésa lo enajene, sos boleta. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Vos decís que sería capaz de matarme?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No. Quiero decir que es capaz de matarte y no pagar por ello ni medio centavo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, me quedo más tranquilo, entonces. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No te quedés tan tranquilo. Ahí viene.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Quién viene?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Gerardo, boludo. Me cago en ustedes. Lo único que les falta es venir a hacer quilombo acá.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Gerardo se bajaba de una camioneta de la san puta. Accionó la alarma, que fue anunciada por un chiflido de dos notas ondulantes y un parpadeo de luces. Entró, me saludó con un beso y dijo, como decía siempre:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué hacés, genio? -A Aníbal ni lo registró.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Andás a pata, chabón… - le respondí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Viste qué fierro, pegué?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Impresionante. ¿A quién choreaste, esta vez?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No seas boludo, sabés que me rompo el culo trabajando…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Tomás algo? -Le pregunté, ante el cabal recuerdo de la infinidad de veces que él me había pagado los tragos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No. Me temo que van a tener que acompañarme.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Estamos detenidos?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-En principio, no. Vamos hasta la casa de Lorena. Y si no quieren ir, entonces sí, quedan detenidos. Vamos acá a la Comisaría 5º, o al pozo de 1 y 60...</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno -dije fastidiado; no me gusta que me prepeen y mi última voluntad hubiese sido ir a ver a la mina esa-, dejame en la 5º, mejor, si se puede elegir. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, muévanse.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Se levantó y fue hasta el mostrador a pagar nuestra cuenta. No, si algo de clase tenía, el polizonte. Apuré el trago, salimos y subimos en la camioneta. Minutos después nos detuvimos frente a esa casa que no me traía muy buenos recuerdos que digamos y por la que muchas veces evitaba pasar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Antes de que llamemos, Lorena abrió la puerta. Se nota que nos esperaba, presa de la ansiedad. Una de sus patologías mentales era precisamente ésa, la ansiedad. Me miró intensa y largamente, con una leve sonrisa que se me antojó una máscara demoníaca. Con todo, seguía siendo hermosa; quizá más que antes, ya que mostraba cierto aplomo, cierto aire de madurez propios de la mujer experimentada, que la hacía mucho más interesante (¡Danger!).</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tanto tiempo -me dijo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No me parece tanto. Viste cómo es esto, cuando uno la pasa bien y está tranquilo, el tiempo vuela.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No cambiás más, vos. Pasen, no nos vamos a quedar hablando acá afuera.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Por mí, está bien -dije.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, boludo, caminá -me ordenó Gerardo. Vi algo en sus ojos que no me gustó ni medio. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Entramos y nos sentamos en el living. Lorena, cruzando sus torneadas piernas sobre un sillón apropiado al floreo sexy que era su mètier, presidía la escena. A cada lado, y enfrentándola, Gerardo y yo hicimos lo propio sobre otros sillones mullidos y de respaldo muy alto. El pobre Aníbal, evidenciando su magro status en el grupo, lo hizo un poco más lejos, sobre una silla, codo izquierdo sobre la mesa. Se lo veía asustado, y sobre todo, triste.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sírvanse -dijo ella, señalando con un leve cabezazo una botella de whisky Grant’s y los vasos. Eso hicimos. Bebí un buen trago (el Grant’s me encanta. Supongo que no lo habrá elegido porque sí, la hija de puta ésta no daba puntada sin nudo). A continuación pregunté:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿A qué se debe esta reunión de ex camaradas?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿No estás contento de volver a verme? -repreguntó Lorena.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Se puede decir la verdad?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Siempre el mismo, vos. Desagradable y antisocial.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, por eso, ¿para qué me trajeron, acá?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, ni que fuera un secuestro, tampoco.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, ¿no? Preguntále a éste -señalé a Gerardo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo los invité gentilmente, tal cual me indicó la señorita -falseó Gerardo, más que nada para hacerse el boludo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bué, supongamos. Pero no sé de qué se trata todo esto. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Está bien -concedió la anfitriona-, te hice venir porque aparte de esos vicios de personalidad que tenés y que te afean un poco, seguís siendo el tipo más ecuánime e inteligente que he conocido. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Yo tengo vicios de personalidad? ¿Y por casa cómo andamos?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Decí que tus amigos te conocen, sino vaya a saber lo que les darías a pensar acerca de mí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Agradecé que todavía no te conocen a vos…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, che, cortala con la mala onda, ¿querés?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Eso -terció Gerardo. -No seas mal educado y tratá bien a la chica, Cratilo. No me hagás enojar. -Frase clave, un aviso que llegaba antes de violencias irrefrenables. Decidí entonces que ya estaba bien de rezongos. Aníbal, en tanto, permanecía mirando al suelo; demudado, superado por la situación y ya sintiéndose perdedor. Creo que en esto último tenía razón, era justo la clase de tipos que quedaba hecho papilla en las garras de Lorena. Gerardo no, él era otra clase de gente.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno -me avine al fin-, terminemos con esto. Supongamos que soy inteligente y ecuánime como vos decís… ¿en qué podría ayudarte?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ellos ya lo saben. Los dos pretenden ser mi pareja, y yo a estas alturas de mi vida siento que tengo que formalizar, sentar cabeza, iniciar un proyecto de familia…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ahá.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y Aníbal es un buen chico, pero también inmaduro e insolvente. Lo que tiene a favor es que es soltero.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ahá.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-En cambio Gerardo es todo lo contrario. Tiene mucho dinero, es aplomado, protector, fuerte y decidido…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Entonces?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-…pero es casado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya te dije -intervino Gerardo- que me des un poco de tiempo. Me estoy separando, tengo hijos, no puedo hacer todo de un momento a otro.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tal vez una párvula inocente crea cuando un hombre le dice ese discurso, por otra parte más viejo que la escarapela. No, querido, a otra perra con ese hueso.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Está bien -dije, tratando de acortar los tiempos para irme de aquella casa-, tenés todo bien calibrado, se nota que todos los elementos del cuadro de situación están en tu consideración… y conociéndote, sé que ya debés tener una decisión in pectore. No creo que te haga falta mi opinión, aparte de que no te la daría ni loco. Si después te va mal, me lo vas a echar en cara y tendrás un motivo más para no respetar la distancia que trato de poner entre nosotros. Aparte, estos dos son amigos míos. No voy a ayudar a uno en detrimento del otro…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tengo todo pensado -replicó ella. -Vamos al escritorio, porque hay un montón de elementos más que me gustaría que tuvieras en cuenta al momento de la evaluación y a los que no puedo dar voz delante de ellos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, vos salvás tu imagen, pero yo inexorablemente quedo para la mierda con al menos uno de ellos -observé.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, sobre eso podemos decir que valoro mucho tu opinión, pero no es en modo alguno vinculante. Es simplemente oírla, que me ayudes a pensar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y qué gano yo con esto?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ayudar a tus amigos. Y ello, aparte de que me debés una. Una que no te conviene para nada que ande ventilando ahora…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Me avine a sus insinuaciones. No era tanto por temor a las facturas que pudiera pasarme, sino más que nada porque la conocía y sabía que tenía en mente tener sexo conmigo. Y yo, de tanto mirarla en su sensual y pletórica madurez, la belleza apabullante de su cara y sus piernas largas y perfectas, me encontré caminando detrás de ella, hacia el escritorio, con la docilidad de un perrito faldero. Antes de ingresar, se volvió y dijo al atribulado dúo de pretendientes:</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ustedes dos, aprovechen a conocerse mejor y sacudirse de encima las tirrias. Son buena gente, ambos. Se los aseguro.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Entramos. Cerró la puerta y sirvió dos vasos de Grant’s. Había Grant’s por todas las estancias de la casa, y no pude evitar pensar que era una manera de agasajarme, una de las que más me pueden. Tomamos asiento, y ella encendió un aparato y se dejó oír la música de Annie Lennox. Eso tampoco era casual; evidentemente, quería lisonjearme.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Te encanta, todo esto, ¿no? -dije al fin.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿A qué te referís?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-A tener un par de marionetas peleándose por vos, ahí afuera. Vivís de eso, te encanta, decí la verdad. Es claro que no le vas a terminar dando calce a ninguno de los dos. ¿Por qué te gusta tanto jugar con los sentimientos de la gente?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tal vez será porque alguien que conozco jugó con los míos…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, ahora la culpa es mía… dejate de joder, si cuando te conocí ya eras así; ¿o por qué te pensás que me fui a la mierda?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No sos el mismo Cratilo, estás perdiendo tiempo. Te traje acá para poder gozar de nuestros cuerpos como lo hacíamos antes -dijo, mientras se incorporaba y se quitaba pantalones y blusa, dejándome comprobar que el material que aún no había exhibido estaba igual o mejor que el otro-, y no para que te comportes como un cura en viernes santo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dicho así… -concedí, no sin un poco de vergüenza ante la acusación de moralista de la que había sido objeto, y metí la mano en sus bragas. Ella me besó apasionadamente, y luego, soltando tenues quejidos, apretó mi mano contra su vulva. Jugueteé un poco con mis dedos en el clítoris y tuvo una explosión orgásmica llamativamente convulsiva. Habrían pasado tan solo unos cuantos segundos. A continuación nos desvestimos rápidamente y mantuvimos sexo oral. Primero me estacioné en el delicioso pubis y fui bajando hasta la perla de sensibilidad, para quedarme allí, a veces refregando fuertemente boca y labios sobre las suaves y aceitadas mucosas, a veces jugando tenuemente con la punta de mi lengua. Finalmente, comencé a juguetear simultáneamente con un dedo en su ano, y la hice acabar como dos o tres veces más. Su fellatio, a continuación, fue dulce y breve, por cuanto no quería perderme la penetración. La recosté sobre uno de los brazos del sillón, de modo que su vagina quedase bien expuesta, y fui a por ello. Entre delicias de sedes saciándose con voracidad, colegí que los años le habían sentado bien no sólo físicamente, sino que además habían refinado sus técnicas. Sentí como su marea subía y no pude aguantarlo. Nos fuimos simultáneamente entre los rápidos salvajes del caudaloso río del erotismo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Creo que hicimos un escándalo bárbaro -comenté, mientras recuperaba el aliento.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿A quién le importa? Te estás viniendo demasiado pacato, para mi gusto…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Semejante comentario me dio en el medio de las pelotas.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tenés razón -concedí. -pasa que son amigos, viste.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mirá, Cratilo, tendrías que replantearte quiénes son tus amigos. Estos tipos te conocen, y sólo se acuerdan de vos cuando necesitan algo. En serio, me di cuenta de que se les llenaba la boca hablando de tu amistad, y sin embargo te van a ver sólo cuando necesitan algo. Por eso armé todo esto: aparte de que tenía muchas ganas de verte, eso es todo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Siendo así, tocaste mal. Gerardo no es de los que se quedan con los pedos atascados. ¿Vos pensás que se va a quedar así, tan campante, si se enteró de lo que seguramente va a tomar como una afrenta personal? No, nena, ni lo sueñes.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Es un hombre grande; será milico y todo lo que quieras, pero la esclavitud se abolió hace rato. No te preocupes, yo lo manejo -aseveró, se acercó a mi asiento y me abrazó, apoyándome en la cara sus hermosas y sólidas tetas desnudas. Su aroma, sus olores naturales, eran subyugantes. Empecé a recorrer lentamente la parte interna de sus piernas hasta llegar al punto de su húmeda calidez, provocándole un gemido que me hizo temblar de deseo. La tomé y la acomodé sobre mí, me montó y al cabo de unos momentos volvimos a derramarnos simultáneamente. Cuando terminó de correrse, se recostó sobre mi pecho, agotada de saciedades. Yo no podía creer la escasa cantidad de tiempo que había transcurrido de un polvo al otro. Evidentemente, Lorena sabía cómo estimularme, y el físico vaya que la ayudaba. Mientras nos vestíamos, traté de acordar qué carajo íbamos a decirles a los dos pretendientes en el living. “Vos dejame a mí”, me dijo, y eso no me dejó muy tranquilo que digamos.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Volvimos al living, adonde estaban mis “amigos” (comillas aplicadas según las más que atendibles dudas que había planteado Lorena). Estaban con una cara de culo que se la pisaban. Era evidente que habían oído, sino todo, lo suficiente como para maquinar toda clase de situaciones eróticas, que jamás le habrían hecho justicia a la lujuria que se había desatado en el escritorio de al lado.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Llegaron a algún veredicto? -Preguntó Gerardo, con cara de estar oliendo mierda.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No -respondió Lorena. -Él me dio algunas precisiones sobre ustedes muy interesantes, que echan verdadera luz sobre…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Aparte de echarte luz, te echó unos polvos bárbaros -interrumpió Gerardo. Yo me sobresalté. Aníbal miraba el piso, presa de una profunda tristeza. -Sí, querida, no me vas a venir a tomar de gil, a mí…</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Soy una persona mayor y hago lo que me viene en gana. ¿Acaso ahora no te tenés que ir a dormir con tu mujercita, vos, y yo no te digo nada? ¿Eh?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo jamás te la vendí cambiada.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Me cago en la diferencia.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno -dije-, me parece que esto no da para más. Me voy a mi casa.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vos te quedás -dijo Gerardo, sin dar lugar a opción alguna. -Mejor dicho, vas a acompañarme, junto con esta puta y tu amiguito. Todavía tengo que hacer un par de cosas con ustedes.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo ya terminé. Si me vas a dar un tiro por la espalda, tirá, nomás -dije, a sabiendas o por lo menos en la firme creencia que no lo haría.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-En tal caso, solo me queda parafrasear el tango de Rivero, Amablemente: “Le dijo al gavilán: puede rajarse, el hombre no es culpable en estos casos.”</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vamos, Aníbal -dije a mi ahora casi lloroso amigo. -Esta gente tiene cosas que arreglar. -Se incorporó y casi corrió detrás de mí. </span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Oigan -dijo Gerardo antes de que saliéramos-, no se les ocurra comentar con nadie lo que pasó hoy acá, ¿estamos?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Estamos -respondimos casi al unísono, luchando contra nuestros pies que querían dispararse hacia la calle. Lorena me miró con una mezcla de pánico y tristeza. Quise decirle algo, pero no pude. Tragué saliva y me fui, con Aníbal que no paraba de hablar.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Loco, ¿no tendríamos que hacer algo?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Algo como qué?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ir a la policía a hacer la denuncia, por ejemplo.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-ÉL, es la policía, salame. ¿Querés seguir respirando, vos? Bueno, entonces olvidate de Lorena, de denuncias, de Gerardo y, sobre todo, de mí.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Vos pensás que la va a matar?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y, estaba muy caliente, el vago. Me tenté y lo hice quedar como un boludo. La verdad, me debe querer un poco, que si no, no la cuento.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y Lorena?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Lorena midió mal la bocha. Por eso vio la muerte, al final. Boluda no es.</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Vos pensás que la va a matar?</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ha matado tanta gente… y como te dije, la bestia ésa te mata y no te paga.</span></div>
</div>Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-17142691655874203152012-04-11T11:35:00.001-03:002012-05-02T11:46:07.490-03:00KNOCKIN’ 0N HEAVEN’S DOOR<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqlpeZEq1fI6YlpVASfku5ZBBtgtNPcCBTedXoUcrQcJBe9TUU_YlFDXjmHKybwAz5byF3iB-hk5kDzwM4Ej6YoaRN9zEVQsHzMrKTEFfrWPqUkvNXCPuOSwUvnmTJeDLD3l40I0Zis6w/s1600/frank+Frazetta.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgqlpeZEq1fI6YlpVASfku5ZBBtgtNPcCBTedXoUcrQcJBe9TUU_YlFDXjmHKybwAz5byF3iB-hk5kDzwM4Ej6YoaRN9zEVQsHzMrKTEFfrWPqUkvNXCPuOSwUvnmTJeDLD3l40I0Zis6w/s320/frank+Frazetta.jpg" width="256" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Frank Frazetta</td></tr>
</tbody></table>
<span lang="EN"></span><br />
<span lang="EN"></span><br />
<div align="JUSTIFY">
<span lang="EN"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Todo comenzó en enero. Estuve unos días en mi amado Brasil, y allí “meu fígado” comenzó a fallar. Luego pasé varios días en Venezuela, trasegando un ron muy malo que terminó con lo poco que quedaba de mi víscera más castigada. Hacía algo así como dos meses que el color negro de mis deposiciones anunciaba derrames de sangre; pero como me había sucedido algún par de veces, y me había repuesto, aposté a que esta vez sucediera lo mismo. La última noche en la Isla Margarita ya volaba en fiebre. Rato después volaba en avión. Y las Parcas (que parecen redoblar sus esfuerzos en los años bisiestos) no querían soltarme. El avión a muy poco estuvo de ser derribado por un temporal que nos pilló justo en el descenso sobre el Aeropuerto de Ezeiza. Todo comenzó con un tremendo pozo de aire que no terminaba más y que amenazó con estrellarnos. Hubo que ganar altura nuevamente y, entre pozos y sacudidas, permanecer una hora dando vueltas entre escenas de pánico y gritos -debería decir chillidos- por parte de mujeres y algún que otro maricotas. Durante ese primer pozo de aire, aún no emulado por la montaña rusa más endiablada, un cordobés -cuyo voluminoso abdomen no le permitía siquiera colocarse el cinturón de seguridad- voló y se desarticuló todo en una caída que dejó más de un lesionado. Fue impresionante ver al buey aquél suspendido, producto de ingentes inercias de aparatos voladores precipitándose.</span></span></div>
<span lang="EN">
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Finalmente aterrizamos, a pesar de las justificadas zozobras. Una vez en casa, me cuidé durante una semana, pero los síntomas hepáticos no cedían. Así que un sábado por la noche, cansado de guardar la línea sin mayores resultados, en franca rebeldía y hecho una furia por la abstinencia, me clavé un par de daikirís con dosis triple de un exquisito ron venezolano marca Pampero. Para qué… me debe haber reventado una vena o arteria esofágica, ya que dejé el baño negro con un vómito de sangre explosivo y copioso. Fue el principio de una gran debacle. Mientras tembloroso -debido a la fiebre y a las disfunciones orgánicas- pretendía limpiar aquel desastre, mi mujer me sacó del medio y se hizo cargo del desastre. Pretendió llevarme al médico de todas maneras posibles, haciendo caso omiso de mis argumentos. Claro que frente al cuadro que se presentaba, no lucían muy sólidos que digamos. Le dije que había sobrevivido muy bien durante mucho más de treinta años sin consultar profesional de la salud alguno -que no fuese un dentista-. O que, si bien la naturaleza no me había favorecido con una locura egregia (de ésas que permiten vislumbrar y transmitir artísticamente visiones trascendentales), este martirio cirrótico me daba cierta pátina que me aproximaba a tipos como Poe, Dylan Thomas, Caravaggio, Bukowski, etc. Tales argumentaciones eran refutadas por el sentido común femenino, que la llevaba a definir aquellos desagradables honores con una perífrasis que, sin eufemismos, podría resumirse en dos palabras: borracho pelotudo.</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El día siguiente lo pasé acostado viendo tenis por TV, sin sospechar que quien estaba con match point en contra era yo. Poco y nada recuerdo de ese día, así que de una extraña manera hipostática esta narración es de segundo orden, es decir, me fue contada. Aquí viene entonces la crónica de casi tres días de los que guardo algún que otro flash reminiscente. Parece ser que tuve un segundo episodio sangrante y comencé a hablar más sandeces que de costumbre. Mi ángel guardián, ante la persistencia tenaz de mi parte de negarme a colaborar en lo más mínimo, convocó a familiares y amigos para ver cómo disponían de mis despojos. Finalmente cedí, hay quien dice que fueron los llantos continuos y desquiciantes de mi gente más querida; otros dicen que debido a la posibilidad de hercúleos enfermeros que, cual maestros judokas, torcerían mis huesos y me meterían en una ambulancia. Creo honestamente que fue debido a la primera causa probable, ya que la ira que me embargaba hacía muchísimo más atractivo morir peleando entre sangrientos borbotones que otra cosa. De pronto estaba desnudo, sentado en el borde de una cama de hospital, con dos frascos goteando en mis venas, reclamando en todos los tonos posibles mi derecho a irme de allí. Recuerdo una especie de terror sordo, una necesidad de que me dejasen morir tranquilo, y estar cometiendo toda clase de inconductas, como cagar -de color negro- en la mesa de luz de un pobre viejo más delirante que yo en su senilidad, que festejaba y reía ante mi desatino, o irme por los pasillos arrastrando sueros y antibióticos, con una amiga persiguiéndome, sosteniendo el soporte de los fármacos. Finalmente, y como podrán suponer, fui atado a la cama. Está claro que más allá de ciertos límites las libertades individuales, incluso las de rango constitucional, dejan de ser respetadas. </span></div>
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Mi cabeza no respondía. Se suscitaron diálogos cómo éste:</span></span><br />
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Médica: Gabriel, ¿sabés adónde estamos?</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Yo: Sí, en Caracas.</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Médica: Ah, bueno, qué suerte. Pero estamos en una clínica.</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Yo: Me di cuenta, sí.</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Médica: ¿Y sabés por qué estás acá?</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Yo: Porque perdió River.</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Médica: Ahá. ¿y por qué más?</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Yo (fastidiado): Porque perdió River. ¿Te parece poco?</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Bueno, parecía ser que la sangre putrefacta y otros humores que mi organismo era incapaz de procesar, se me habían ido a la cabeza, produciéndome algo llamado encefalitis. Lo que es yo, solo sentía la furia sorda de la bestia acorralada. Como insistía en irme de allí, me durmieron y me hicieron todo tipo de tomografías, endoscopias, hasta una punción lumbar. Fui a parar a terapia intensiva. Atado. Mi gente más cercana tuvo que dejar sus números de teléfono, había reales posibilidades de cambio de plano por parte de éste, su amigo que jamás cabestrea. </span></div>
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><br />
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Desperté un amanecer todo cableado y con oxígeno. Quise levantarme, pero continuaba atado. ¡Qué berretín tenía esa gente con las ligaduras! No quiero hacer lecturas psicológicas, pero creo sin lugar a dudas que esa sería su modalidad perversa preferida, la de atarse a la cama. Era víctima de un secuestro por parte de puercos sadomasoquistas. Al menos aún podía arrojar patadas. ¡Patadas! Tenía los pies sueltos. Ello me llevó a tentar planes de libertad. En aquella antesala del infierno sólo había un individuo muy viejo, en trance de muerte, y otro que me observaba con mirada bovina. Haciendo un esfuerzo conseguí incorporarme, y alcanzar así una posición más favorable para hacer fuerza. Pero las tiras de gasa o lo que fuese que habían utilizado para anular mi voluntad eran por demás resistentes. Al ver mis afanosos ajetreos, el tipo de mirada bovina -el que al parecer aparte de idiota era buchón-, dijo en voz alta:</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Con razón lo atan, al loco éste!</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Una vieja morocha y desagradable, con cara de pocos amigos -por no decir ninguno- entró desde algún lugar y, casi cagándome a cachetadas, me dijo:</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Escuchame, ¿adónde te crees que vas? ¿No te das cuenta que no te podés ir, de acá?</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Me dirigí al idiota: -che, pedazo de pelotudo, ¿encima sos buchón, vos? Decí que estoy atado, sino ibas a ver la de golpes que te doy.</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Sólo sonrió, como sobrándome. </span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No va a faltar oportunidad, gil -le dije finalmente. -Te voy a buscar y te voy a meter tal botín en el culo que van a tener que hacerte una cesárea para sacártelo. </span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Entonces, cuando la vieja desagradable volvía al lugar en el cual apoyaba sus gigantescas asentaderas, pensé que jamás iba a curarme estando a cargo de una persona que, a todas luces, me odiaba. Entonces tuve ganas de orinar, y nada más que para joderla, no dije nada y le meé toda la cama. Luego le avisé.</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡¿Por qué no avisás antes, torpe?! -Me espetó.</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Porque si me hubiera desatado, hubiese ido al baño, como corresponde.</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡¿Sos tarado vos?! ¡¿Qué parte no entendiste, de la frase “no te podés levantar”?!</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Puedo entender a Deleuze, a los simbolistas, la música de Stravinsky. ¿Qué te hace pensar que no iba a entender los balbuceos oligofrénicos de una gorda obtusa como vos?</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Levantá el culo, inútil. Y empezá a rezar para cuando te tenga que acomodar las cánulas. </span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Creo que de alguna extravagante manera, nos entendimos. Las relaciones interpersonales son algo impredecible.</span></div>
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><br />
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Luego vinieron las caras amigables, de a una y convenientemente esterilizadas. Allí me enteré de que lo que creía habían sido unas cuantas horas en realidad habían sido tres días, y que salvo las heridas cirróticas del hígado, el resto de mi organismo funcionaba de maravillas. Rato después, y quizá gracias a mis inconductas, pasé a una habitación personal que mi querida mujercita reservó para mí, con TV y posibilidad de visitas permanentes. Al rato estaba todo el sabalaje de mis amigos rodeando mi cama y divirtiéndose con mis relatos y ocurrencias. Como antes, casi un stand comedy, si no hubiese sido que no podía levantarme y que tenía clavadas más agujas que el personaje de la película Hellraiser de Clive Barker. Mi cerebro funcionaba bien, es decir, bien según los cánones que le eran propios. Los mismos médicos no podían creer la contundente mejoría que estaba experimentando. Afuera hacía un calor de la hostia, y yo gozaba del aire acondicionado de mi habitación. Me hallaba débil, había bajado cerca de veinte kilos en una semana. Pero estaba de nuevo en la brecha, con hambre de vida y de percepciones dignas. Y hambre a secas, también. Y lo más importante, tuve oportunidad de cavilar largamente sobre la futilidad de muchos componentes de mi experiencia vital, que tenía que extirpar de raíz. De veras, en estas instancias, uno cobra real conciencia de las pelotudeces que agotan nuestra energía y nos mandan al tacho.</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Días después quedé libre, saturado de sermones, advertencias y amenazas de todo tipo, respecto de todas las plagas apocalípticas que caerían sobre mí si volvía a beber un solo trago de vino. Por mi parte, confío en la ciencia y en mi organismo. Llevé conmigo mi historia clínica, ¡tengo una historia clínica! Lástima que la primera frase de la misma reza: PACIENTE NO COLABORATIVO.</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Finalmente entré de nuevo a casa con una gruesa de fármacos, y lo primero que hice fue encenderle velas a mis orixás, justo antes de poner en el estéreo a Zé Ramalho:</span></div>
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><br />
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"> </span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Bate bate bate na porta do ceu </span></span></div>
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
Bate bate bate na porta do ceu </span><br />
<div align="JUSTIFY">
<br /></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y, sí. Por suerte no me abrieron. Todavía.</span></div>
</span><br />
<div align="JUSTIFY">
</div>
</div>Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-13937906449425243092012-04-06T15:58:00.000-03:002012-04-06T15:58:09.135-03:00APURÓ EL TRAGO<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigT1gsclfKEouVYcawu0XiXNQ4ntC2NwoPuF1g32y1YwxrPJ9_yFX_tCRwJTKJ_dSn8UuWgebaXcfeHspIXWNBZL4-PAeUO2qRbwj-3YOoXaPAaQd2Hk-uLVS-JtNjI7jbrknKCAUGzKI/s1600/Paolo+Eleuteri+Serpieri+II.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEigT1gsclfKEouVYcawu0XiXNQ4ntC2NwoPuF1g32y1YwxrPJ9_yFX_tCRwJTKJ_dSn8UuWgebaXcfeHspIXWNBZL4-PAeUO2qRbwj-3YOoXaPAaQd2Hk-uLVS-JtNjI7jbrknKCAUGzKI/s320/Paolo+Eleuteri+Serpieri+II.jpg" width="236" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Paolo Eleuteri Serpieri</td></tr>
</tbody></table>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: right;">
<br /></div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: right;">
<span style="color: white; font-size: x-small;">Sobre cualquier alegría, para estrangularla,</span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="color: white; font-size: x-small;">di el salto sordo de la bestia feroz.</span></div>
<div style="text-align: right;">
<span style="color: white; font-size: x-small;">Arthur Rimbaud</span></div>
<div style="text-align: justify;">
<br /></div>
<div style="text-align: justify;">
<span style="color: white; font-family: Arial;">Apuró el trago. No recordaba si era el quinto o el sexto whisky. La brasa del cigarrillo dispersaba volutas estertorosas, agitadas en su incipiencia por una especie de Parkinson prematuro, quizás atribuible a tantos vicios, a tanta depresión, a tanta angustia. ¿Que diablos le sucedía? ¿Por qué cuando las cosas marchaban de modo apacible se empeñaba en buscar esa vuelta que lo arrojara una y otra vez al abismo? ¿Por qué hacia de la condición humana algo tan inhumano para sí mismo? ¿Por qué ese análisis paranoide, ese rumiar detallado de cada circunstancia, esa búsqueda del estigma, del punto débil en la estructura, de la nimiedad que lo condujera inexorablemente a enemistarse con el mundo, él incluido?</span></div>
<span style="font-family: Arial;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="color: white;">Estaba enfermo, lo suficientemente enfermo como para sufrir como un condenado, pero no como para morir una muerte balsámica, expurgatoria; una muerte que su pusilanimidad le impedía ejecutar por mano propia. Se vio a si mismo como una casa fantasma que martirizaba a los ocasionales huéspedes, y si bien ello le generaba cargos de conciencia que retroalimentaban su angustia, era precisamente él quien llevaba la peor parte, dado que, –remordimientos aparte- era el anfitrión; estaba confinado irremediablemente a ese páramo de miedos e incertidumbre.</span></div>
<span style="color: white;">
</span><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="color: white;">¿Cuánto desprecio puede sentir alguien para consigo mismo? ¿Cuánta hiel es necesario tragar antes que el organismo colapse? Estaba enfermo, y los profesionales no lo habían ayudado gran cosa. Por el contrario, en las consuetudinarias sesiones de terapia había aprendido nuevos trucos con los cuales fustigar mejor a su mente, flagelada ante la imposibilidad de sortear las trampas que el mismo iba tendiéndose con cínica determinación.</span></div>
<span style="color: white;">
</span><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="color: white;">Apuró el trago y pidió otro.</span></div>
<span style="color: white;">
</span><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="color: white;">Subió al auto y emprendió el regreso a casa. No podía seguir envenenando la sangre de su actual mujer. Evidentemente, no lo merecía y no tenia por que soportarlo, aunque el amor fuera, como ella decía, razón suficiente para una estoica tolerancia. Iba a ser justo con ella.</span></div>
<span style="color: white;">
</span><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="color: white;">Había sopesado cuidadosamente cada una de las palabras con las que trataría de hacerle entender lo fútil de su sacrificio. Apostaba a que las asumiera, a que interpretara la inutilidad de sus esfuerzos, la in conducencia de seguir tragando mierda ajena sin una mínima ilusión de que el asunto fuera a revertirse alguna vez. Había algo erróneo en su propia esencia. Siempre iba a faltarle algo, siempre encontraría pequeñas suciedades, aún en la pulcritud más exasperante. Y siempre hallaría el modo de justificarse, de mostrar ese costado obsesivo como estandarte ante cada renunciamiento. Siempre había sido igual, con mayores o menores merecimientos por parte de ellas. Simplemente se había parapetado detrás de su propio monstruo y lo había azuzado para espantarlas, hubiesen sido más o menos bienintencionadas.</span></div>
<span style="color: white;">
</span><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
<span style="color: white;">Entró el auto en el garage y sintió la boca amarga y reseca. Sus manos temblaban tanto que le costó meter la llave en la cerradura. Ingresó y se dirigió directamente a la habitación, resuelto a espetar de una vez las palabras largamente meditadas, y a no aceptar disensos. Mas grande fue su sorpresa cuando vio sobre la cama perfectamente tendida una carta con su nombre. Un papel en el cual las letras configuraban el mensaje escueto y final: la “compasión” habia llegado al limite, su mujer se había marchado para nunca mas volver.</span></div>
<span style="color: white;">
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;">El discurso que tan minuciosamente habia elaborado devino impertinente por extemporáneo. Él mismo, y su monstruo, también habían perdido pertinencia, si no por extemporáneos, por insustanciales. Se sintió grotesco, inmaduro, caprichoso, vil, banal, inútil y una retahíla de lacras mas. Fue hasta el living, se sirvió una buena cantidad de whisky, apuró el trago y se sirvió otro tanto. Encendió un cigarrillo más. Allí estaban él y su monstruo, el espantajo y su sombra, tan ridículos en su incongruencia. Remedos de una humanidad cabal, a resultas de su incapacidad para elaborar traumas tan pueriles como ellos mismos. Fue entonces que advirtió que amaba, sin ilusión ya pero con todas sus fuerzas, a esa mujer que había puesto límite a su morboso abandonismo.</span></div>
<span style="color: white;">
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;">Que ironía tan ácida que ese desplante póstumo, que esa clausura lapidaria, haya sido finalmente lo que había estado buscando durante tanto tiempo, en cada una de sus relaciones. Volvió a formularse la pregunta: ¿cuánto desprecio puede sentir alguien para consigo mismo? Y entonces halló una respuesta: El suficiente como para dejar de ser, de una buena vez por todas, un cobarde fatuo y presuntuoso.</span></div>
<span style="color: white;">
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;">Salió al patio. Fue hasta el galpón, volvió con un frasco de ácido muriático y se sirvió un buen tanto.</span></div>
<span style="color: white;">
</span><div class="separator" style="clear: both; text-align: justify;">
</div>
<span style="color: white;">
</span><div style="text-align: justify;">
<span style="color: white;">Elevó la copa a la salud del monstruo, que sonreía; y apuró el trago.</span></div>
<span style="color: white;">
</span></span></div>Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-33975204702519786722012-03-20T16:00:00.002-03:002012-03-20T16:43:07.053-03:00UN MACHO ALFA NO TOMA COCAÍNA<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7TJoe1yMIUNx3bxG9dL82U6y-dWP84Z07G87LI12e2vLPkbh4hwEif0gsU_XZTaYPnNruo5Yg6vBi3Vonzs-tFx3nEc8KrJJakYARVQI8DUBzrPG1k6U999t12-vOcrZGp_i8Kyt4MCU/s1600/Milo+Manara.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7TJoe1yMIUNx3bxG9dL82U6y-dWP84Z07G87LI12e2vLPkbh4hwEif0gsU_XZTaYPnNruo5Yg6vBi3Vonzs-tFx3nEc8KrJJakYARVQI8DUBzrPG1k6U999t12-vOcrZGp_i8Kyt4MCU/s320/Milo+Manara.jpg" width="320" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Milo Manara</td></tr>
</tbody></table>
<span lang="EN"></span><br />
<span lang="EN"></span><br />
<span lang="EN"><div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Soy bastante misántropo; digo, sin entrar en explicaciones o justificaciones -que aburrirían sobremanera al lector, por cuanto este tipo de tendencias obedece a causas tan baladíes como poco originales-. Pero la insistencia de Renato y una térmica que alcanzaba los 40º centígrados terminaron por convencerme. Allí fuimos, entonces, a una casaquita en City Bell a gozar de tragos, agua y sol; también, si había suerte, de especímenes humanos femeninos de ésos tan bonitos como inestables. </span></div>
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
Llamamos a la puerta y dudé que se oyera algo, entre la algarabía festiva que se desarrollaba en el interior. En el estéreo sonaba el “Chan Chan”, del viejo Compay:</span><br />
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">“De Alto Cedro voy para Marcané</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Llego a Cueto, voy para Mayarí”</span></div>
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Música cubana en este ambiente burgués?</span></div>
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No me vengas con remilgos de esa índole, ¿querés?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Es una observación, nada más.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya vas a observar. Te vas a quedar bizco con lo que vas a observar.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El objeto de su insinuación no tardó en abrirnos la puerta. Una morocha pulposa y bonita, apenas cubiertas sus exquisitas redondeces en una minúscula bikini, con mirada luminosa y llena de vida nos invitó a pasar, dedicándome una amplia sonrisa, al tiempo que me decía:</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vos debés ser Cratilo, ¿verdad?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Antes de verte a vos estaba seguro que lo era, pero después de semejante shock no sabría decirte.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Escritor, tenías que ser…</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No soy escritor…</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, eso que lo juzguen los demás. Para mí, sos escritor, y de los buenos. De los que me gustan a mí, bah. Pero vení que te presento a la gente (no necesitaba mirar a Renato para adivinar los bajos sentimientos que me echaba encima, a partir de su falta de protagonismo y la casi total indiferencia con la cual la hermosa mujer lo había recibido).</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Salimos a un extenso solárium lleno de mesitas y un bar muy bien provisto. Me presentaron un fulano de ésos que no se quita los borceguíes, los clippers Ray-Ban y su ropa símil combatiente, de esas que tan mal cuadran a los maricones que la van de qué sé yo qué. ¿Es ocioso aclarar que me cayó mal?; un par de burguesitos a los que llamaré “tonto y retonto”, los que, a pesar de su zoncera, andaban en traje de baño, y tres o cuatro chicas más, de las cuales resaltaba una, por sus voluptuosas formas. Claro, era la hermana de la otra. La primera, se llamaba Gloria, y la segunda, Milagros. Más allá de los tufillos escatológicos, aquellas ninfas tenían los nombres muy bien puestos. Sí, señor.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pónganse cómodos. Allá están los baños y vestuarios.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Primero me voy a refrescar por dentro. Dije, mientras me preparaba un mojito con Havana Club, bitter Angostura y hierbabuena de la posta.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué te preparaste? -Me preguntó Gloria, que seguía interesada en mi persona. (¿Debería decir que soy escritor? Por lo menos, en este sentido, parecía dar dividendos. Pero me inclino por pensar que más allá del rótulo, lo que las atraía era mi paradójico desparpajo entusiasta respecto del sexo. Si nosotros, hombres necios, fantaseamos e idealizamos estas cuestiones, les aseguro que las fantasías femeninas disparadas alcanzan niveles que los machos no podemos siquiera soslayar desde las bastas lejanías de nuestra linealidad erótica).</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Un mojito, ¿querés?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, a ver cómo te sale.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Me sale bárbaro. El toque de Angostura (todo un detalle) lo aprendí en el bar “El Gallo”, de La Habana. Lo hacen mucho mejor que en “La Bodeguita…”</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, ¿sí? -preguntó Gloria.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Que no te empiece a hablar de sus viajes… -dijo Renato, en el primer arresto de su macho que pretendía ser alfa pero que apenas alcanzaba una categoría ignota más allá del omega. Era tan obvio y tan imbécil que, en su sorda necesidad de competir, no hacía más que facilitarme las cosas.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No te metas -dijo Gloria, y agregó: -A mí me encanta oír esa clase de historias; máxime si las cuenta un escritor del fuste de tu compañero…</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-De fuste, y un carajo -dijo Renato, fastidiado.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-En este país cualquiera es escritor, o por lo menos la va de tal -terció el bobo vestido de combatiente, y me superó:</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Vos eras..? -Pregunté con sorna, en una actitud que me disgusta pero a la que soy arrojado asiduamente, en el trato con mis ¿congéneres?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo soy Rafael -respondió, visiblemente mosqueado.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y dónde combatiste?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Por qué preguntás eso?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Porque sos otro payaso superficial que se pone blusón de combate, borceguíes, y sigue siendo un maricón de mierda. Mirá, Rambo, no me vuelvas a dirigir la palabra, ni te refieras a mí, porque vas a recibir tu bautismo de sangre. Y le vas a tener que pedir a tu mamita que te lave el disfraz antes de carnaval.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, sos guapo… -se animó a decir, finalmente.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Guapo sería si le pegara a un hombre. Pegarle a un payasito fatuo y que juega a la mascarita no me hace guapo. Al contrario, en el barrio de la Loma me dirían “aprovechado” y me gastarían durante meses por pegarle a una marica.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, parece que la cosa está tomando un tono que no me gusta, así que me voy a ir.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mejor, andate antes de que se ponga morado.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Me dio un poco de pudor, así que no esperé que se vayan (Rambo y su esbirro, quien al parecer era mudo, o algo así) y me arrojé a la piscina. Nadé por debajo del agua hasta el otro borde. Cuando emergí, las dos o tres muchachas y el resto de los pibes también se habían ido. Seguramente en solidaridad con los maricotas</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Cómo hiciste eso? -Me preguntó Gloria, al parecer dispuesta a seguirme hasta el baño.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Cómo hice qué?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Nadar todo el largo por debajo del agua…</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Es fácil. Tenés que tomar mucho aire y después nadar rápido.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Estoy tentada de hacerlo.¿No me esperarías de aquel lado?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ok, pero saltá desde el borde. Eso te dará unos metros de hándicap.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Listo. Ahí voy -anunció, y dio con su extraordinaria humanidad en el agua. No sé si fue buena idea hacerla saltar desde el borde, porque cuando emergió, un metro o dos antes de llegar, tenía el seno derecho totalmente fuera de la parte alta de la bikini. Era embelesador, así que mientras se festejaba a sí misma por su performance, yo no podía quitar la vista del delicioso y húmedo pecho. Hasta que se dio cuenta, y no tuvo mejor idea que abrazarme, (¿para ocultar la teta o para provocarme una excitación más allá de toda escala?). La cosa es que, notando mi erección, puso su pierna entre las mías y comenzó a frotarse. Tuvimos un orgasmo público, babeante y sostenido. Era más de lo que Renato podía soportar, así que cuando salimos del agua a prepararnos tragos, mencionó como al paso que no iba a nadar en una piscina en la que flotaban algo así como babas de diablo, y se puso a hacer piruetas (una especie de gimnasia de piso berreta), como demostrando que él sí era capaz de proezas físicas. Resultaba demasiado obvio y patético.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y entonces, a la luz de la total indiferencia de las mujeres, soltó el maldito desafío:</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya que nadás tan bien, ¿te bancás una carrera ida y vuelta?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Contra quién? -Le pregunté capciosamente, desmereciendo con sorna sus posibilidades. </span></span><br />
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, tenés miedo…</span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Miedo a qué? Dejame tomar unas copas tranquilo, nene; si te portás bien mañana te llevo al zoológico -las mujeres festejaron con ruidosas carcajadas. Renato se puso verde. La cosa es que rompió tanto las pelotas que finalmente le di el gusto. Eran 50 metros sin zambullida, y pese a que el muy turro se impulsó con los pies en el borde, le saqué casi 20 m. Las mujeres vivaban y aplaudían. </span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Ya está? ¿Te dejás de joder, ahora? -Pregunté a Renato. Él meneó la cabeza, me acusó de haber hecho trampa -endilgándome la propia- y sacó un tubito de merca. Calculé que había al menos 5 grs. Desparramó un poco sobre la mesa, al tiempo que decía como para sí mismo:</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vamos a hacerlo más interesante.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">No iba yo a andar dando ventajas en aquel contexto, así que jalamos sendas y sustanciosas líneas. Y corrimos. Volví a ganar. La hicimos más larga -ida y vuelta/ida y vuelta- y volví a ganar. Y corrimos. Y volví a ganar. Y corrimos. Y jalamos. y volví a ganar. Y corrimos. Y jalamos. Y volví a ganar. Estaba exhausto, pero no iba a dar el brazo a torcer. Máxime cuando Renato ya trastabillaba entre carrera y carrera, por lo menos hasta llegar a la mesa adonde estaba la cocaína. Finalmente reconoció su derrota.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Al fin! -Exclamó Gloria. -Ya me estaba aburriendo esta contienda de machos alfa pujando por el poder sobre las hembras. Vení a descansar -me dijo, mientras sin admitir discusión alguna me tomó de la mano y me llevó hacia una habitación al fondo. Yo estaba bastante agarrotado (me refiero a músculos más nobles que el que están pensando, sugerido por el “garrote implícito en la descripción anterior) y sospechaba que lo que menos iba a hacer con semejante ninfa era descansar.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Me hizo pasar a una habitación con muchos almohadones y tapices de estilo hindú (Ganeshas, Kalis, Krishnas y toda esa clase de cosas); puso un CD que al parecer fusionaba mantras, sonidos modernos, instrumentos tradicionales, sintetizadores, etc. No estaba mal. Menos cuando me empujó sobre un gran almohadón con borlas multicolores, me quitó el traje de baño y me dijo que me relajara y mirara. ¡Relajarme!, con el espectáculo que sobrevendría, como para relajarse, uno.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Se puso unos cuantos velos transparentes y comenzó a danzar, muy al compás; tímida al principio y luego alocándose, al ritmo oriental que favorecía la transición. Y más tarde -tan sensualmente como jamás había yo siquiera imaginado en los febriles ensueños de mis mejores pajas-, fue quitándose la poca ropa que traía, envalentonada por una erección que me hubiese costado mucho ocultar, en caso de haberlo querido. La cosa fue que, ya a punto los dos, se arrojó de rodillas frente al almohadón y se llevó el miembro a su boca. Yo ya pensaba en sacarla de allí y penetrarla, pero ustedes saben que muchas veces cuesta más de la cuenta dar por terminada tajante y unilateralmente una fellatio. En esa disquisición estaba cuando, al tiempo que golpeaba a la puerta, Milagros decía:</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Che, gente, ayúdenme, que el estúpido de Renato dice que se va a morir.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Que se muera -dije, más que molesto por la interrupción.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Todo bien, que se muera -concedió-, pero no en mi casa y atiborrado de cocaína.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tiene razón -acordó Gloria, mientras mis acciones bajaban a ojos vista.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Fui a hablar con él. Realmente, se lo veía MAL. Tanto así que se me pasó el resentimiento. Cuando lo dejamos en la esquina de la clínica le pregunté si llegaría a ingresar antes del colapso, por lo que me pidió que lo acompañe.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Estás loco. Ya tengo bastantes problemas con la ley para andar haciéndome el generoso. Andá, metele, antes de que sea tarde. Y acordate que conmigo no estuviste.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Con nosotras tampoco -dijo Milagros.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, que gauchitos que habían resultado -la ironía hubiese sido más efectiva si no hubiese sido por los rictus de dolor agónico. Se fue, agarrándose de la pared. No nos quedamos a ver el resultado; nos fuimos de allí rápidamente y sin remordimientos. El boludo se la había buscado.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Volví a la casa rápidamente. Estaba dispuesto a terminar lo que había empezado. Encima ahora tenía dos bellezas para mí solito. Tal vez Milagros no estaría de acuerdo; pero una sola de ellas era una recompensa y una gratificación inusual.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Milagros se hizo rogar lo suficiente como para dejar tranquilo su prestigio y luego se sumó a la fiesta intimista. Yo estaba como un infante en Disneyworld.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Volvimos al teatro brahmánico y esta vez la cosa empezó con sugerentes juegos a cargo de las hermosuras aquellas. Estaban más que dispuestas a volverme loco; y con toda seguridad lo hubiesen hecho si un incipiente dolor como de contractura en el plexo solar no me hubiese dado la alarma que estaba en condiciones similares a las del pelotudo de Renato. Tuve una sudoración explosiva. Traté de relajarme, para evitar el agudo dolor que había dejado en un grito al imbécil de mi amigo, pero fue en vano. Me dio algo así como un calambre tremendo en todo el cuerpo. Me embargó un dolor imposible de graficar, debido a su intensidad asesina. Sabía -luego de la experiencia del imbécil de mi amigo- que no les gustaba nada a aquellas minas -sobre todo a Milagros- refugiar a las víctimas de sobredosis de cocaína y competencias de natación combinadas en serie. Solamente a un estúpido como yo podía ocurrírsele seguir el tren de un boludo de puro ego, nomás. Salí, agarré mi remera, una botella de ron (buen miorrelajante, si los hay) y me fui. Las muchachas casi ni me preguntaron qué me pasaba, tan obvio era. Me subí al Dodge 1500, lo puse en marcha y oí que Milagros decía a su hermana:</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Qué par de boludos, los tarados éstos! </span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Psé.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Al final nos hubiéramos quedado con el Rafa y su amigo. El Rafa será cagón, superficial y todo lo que quieras; pero al final te termina empernando.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Psé.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">No pude oír más, un poco porque hería mis sentimientos y bastante porque se me salían los ojos de dolor y contracciones musculares. Así que arranqué y estacioné a la vuelta de la esquina. No estaba en condiciones de manejar, apenas si me podía mover. “Cuando se me pase voy a ir a lo de Renato y lo voy a cagar a trompadas”, pensé. Pero al final, apenas recobré algo de movilidad y mi estúpido ego me soltó el cuello, me fui a casa a descansar. Ya habría tiempo de ajustar clavijas. </span></span></span></div>Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-24847894108117592272012-02-24T14:26:00.001-03:002012-02-24T14:34:42.946-03:00LA REIKISTA Y EL BICHO TALADRO<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhY4_2jHibE091O4O8x2mkBCTIUMBx5ns37SU_mylFuMfqMtXOP4Iy4Jz3jpwf1MLnw0yeX1Uc39Wn9qAxYGMjhyphenhyphenFpSOsNMzQkbKJp7bjEKidSBJ7MfMmIHkaxLv0PnbxPkUhFl0P6jW28/s1600/Hajime+Sorayama.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhY4_2jHibE091O4O8x2mkBCTIUMBx5ns37SU_mylFuMfqMtXOP4Iy4Jz3jpwf1MLnw0yeX1Uc39Wn9qAxYGMjhyphenhyphenFpSOsNMzQkbKJp7bjEKidSBJ7MfMmIHkaxLv0PnbxPkUhFl0P6jW28/s320/Hajime+Sorayama.jpg" width="189" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;"><span style="color: white;">Hajime Sorayama</span></td></tr>
</tbody></table>
<span lang="EN"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Esa nochecita estaba en el Bar del Gaita bebiéndome una Heineken de litro, despaciosamente, saboreándola, generando el espacio mental para que apareciera una historia de la cual sacudir el polvo literario, sin forzar nada -cada argumento forzado constituye un paso hacia la frustración-, esperando la armonía de elementos a veces verídicos, a veces imaginarios -mas no por ello menos verídicos- cuando entró Pepe, cargado de libros y con cara de preocupado.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Hola, Gallego; hola, Cratilo, ¿cómo andan? -Saludó por compromiso, se sentó y comenzó la lectura. El Gaita y yo intercambiamos perplejas miradas, y fue él quien finalmente habló:</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿No notás nada raro, Cratilo?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, ¿vos?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Parece que le dio por la lectura, al chabón éste…</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Francamente, me llama más la atención estar acá sentado, con más de medio litro de Heineken y que no haya venido a servirse.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Ah, pero están hechos unos vivos bárbaros! ¿Qué comieron hoy, bife de payaso?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Luego de reír, y a tenor de su expresión lastimera y de su ánimo borrascoso (voto a Heatcliff), lo invité a compartir mesa. Pude advertir que finalmente ésa era su intención, pero por algún factor u otro se veía compelido a la prudencia, cuando no a la preservación paranoide de cualquier Statu Quo previo a lo que sea que lo había afectado de tal suerte. Y pude corroborar estas presunciones cuando observé que los libros versaban sobre brujería, hechicería, demonología, artes prohibidas y hasta un viejo ejemplar de la Wicca. </span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Estás a full con el ocultismo -señalé.- ¿Te pasó algo?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, pero si vos y el gilipollas éste la van a ir de vivos, prefiero leer y guardar silencio.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ésto es intercambio cultural; vos le decís gilipollas y él te dice boludo.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ves, lo que te digo…</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, desembuchá, desahogate, vamos. O tenemos que pensar que te subís a la guasa cuando les toca a los demás…</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Viste que hice todo el techo del comedor y de la habitación con machimbre y listones de madera?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, parece que venía con bicho taladro.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Te dije, gil, lo barato sale caro. Pero no entiendo qué tiene que ver eso con toda esta parafernalia brujeril… </span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Estás apurado?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, ¿por?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Entonces tené paciencia, si querés entender. La cosa es así: el bicho de mierda ése, aparte de destruirme la casa, me está destruyendo los nervios, y no hay veneno en el mundo capaz de aniquilarlo. En la quietud de la noche lo oigo, sobre todo en el tirante que sostiene el techo, reduciendo a una suerte de viruta alimenticia mi hogar dulce hogar… la cuestión es que ataqué con todo tipo de venenos, tanto que casi me intoxiqué y tuve que parar. Hasta la otra noche, que conseguí una especie de máscara antigás y me subí de nuevo a seguir envenenando al indeseable huésped. Con tal mala suerte que pisé mal cuando llegaba al tope de la escalera y me vine abajo. Aparte de la cintura, que me quedó rígida, sufrí un fuerte esguince en el tobillo derecho.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Entonces, motivado y dado a los excesos interpretativos como sos, le echaste la culpa a las ciencias ocultas y te pusiste a buscar filtros mágicos para cortar la malaria, ¿es así?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No -respondió lacónicamente, y al cabo de unos segundos agregó: -¿Querés contarlo vos, que sos tan imaginativo?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, dale, no interrumpo más.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Quedé todo estropeado, y entonces se me dio por llamarlo a Piero, que es el que vive más cerca de casa. Y fue el minuto fatal, creéme.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tratándose de Piero no me cuesta nada creerte.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Viste. Siempre anda con un fantasma bajo el brazo. Al rato llegó, me hizo unos masajes y desistí, por cuanto su brutalidad amenazaba con agravar mis lesiones.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro; para la bestia, todas son mariconadas y/o exageraciones.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Entonces se le ocurrió llamar a una amiga suya, la que -entre otras cosas- era una formidable reikista. Le pasó mi domicilio y arregló para un rato después. Antes de irse, habló maravillas, tanto de la ciencia de aquella mujer como de sus características físicas. Pero vos sabés lo que es el gringo, lo que para el es una mujer pulposa para nosotros es una bola de manteca.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tal cual.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pero no fue el caso. Rato después golpearon a la puerta. Una morocha de facciones exquisitas, tanto así como su cuerpo -cubierto por telas negras semitransparentes- y una mirada tan dura que no registraba antecedentes en mi inventario; ni cuando estuve preso en Sierra Chica, mirá.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">“¿Pepe?” Yo luchaba por cerrar mi boca antes de babearme. “Soy Bárbara”</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">“Ya lo creo” respondí, y ella aclaró que era su nombre de pila, no un calificativo. Luego me dijo que Piero la había llamado y le había adelantado tanto las características de mis lesiones como algunos detalles de mi personalidad habitual. “A ver, vení” me indicó acostarme en mi cama y relajarme. A continuación comenzó el reiki, la imposición de manos o lo que fuera que ella hacía. A poco sentí sus manos muy calientes recorriendo todo mi cuerpo, y a pesar de hacer lo posible para evitarlo, entré en un estado de profunda excitación sexual.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dinos algo que no sepamos -terció el Gaita, y reímos.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">“¿Y con esto qué hacemos?” -Preguntó Bárbara. “Acá, en estas partes, se aproxima la mano, sin tocar, para que se transmitan el calor y la energía”. “¡Qué lástima!” -Me lamenté, envalentonado por los derrames hormonales. “Bueno, por ahí puedo hacer algo”, ofreció, y yo, iniciando ese recorrido de la hipérbole erótica de la que ya no se vuelve, estuve de acuerdo, toda vez que mis dolores -incluido el del tobillo- habían desaparecido yo diría que mágicamente.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Por eso todos estos libros?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Esperá, te dije. La cuestión que la hermosura aquella primero me frotó el bicho, haciendo subir la temperatura en varios grados. Se me escaparon los primeros gemidos, y ella inmediatamente se hizo eco, sin dejar de clavar su mirada gélida y reptiloide en mis ojos. Luego me masturbó levemente, y el calor seguía aumentando. Se subió a la cama, se situó entre mis piernas y le siguió dando a la lamida, siempre sus aceradas pupilas en las mías. Sentí entonces un escarceo lingual extraño en mi glande, muy veloz y como producto de una lengua pequeña, algo como eso. Como advertida de mis sensaciones, simplemente se subió a horcajadas sobre mí, introdujo mi miembro en su hermosa vagina y me ordenó quedarme quieto, que podía recrudecer mi lesión en la cintura. Se terminó de desnudar ya encima de mí, luciendo pentagramas y otros símbolos tatuados en su cuerpo. Y a continuación se despachó. Sólo pude aguantar dos de sus orgasmos, aunque fueron verdaderamente expansivos. Y el mío, ni les cuento. Tras lo cual, y sin dejar por un momento de clavarme la mirada, intercambiamos números de teléfono y se fue.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Che, hasta acá no encuentro nada diabólico, ¿vos, Gallego?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Más bien placentero, parece. Dios le da pan a quien no tiene dientes…</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, hasta ahí todo más que bien. Pero la lobreguez comenzó esa noche. No dejó de llamarme por teléfono con la excusa de averiguar cómo andaba, y llevaba la conversación en forma no tan sutil a temas de índole espiritual; de la más baja, no sé sí me explico…</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, cómo no…</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y lo más llamativo es que me sentía observado, como si aquellos hermosos y penetrantes ojos negros me estuvieran escudriñando quién sabe de qué manera, o desde dónde. Empecé a sentir un miedo irracional, sin razón alguna que lo justificase, a no ser la certeza de que esa tal Bárbara era una bruja maligna, hechicera o vaya a saber qué. </span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Una vez que conseguís un hueso como la gente…</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Como la gente, las pelotas. Cuando la sensación de estar siendo observado se tornó insoportable, sucedieron dos cosas simultáneamente, dos cosas que me sacaron de quicio definitivamente: una, que ella dijo que allí mismo se iniciaba mi camino hacia la oscuridad…</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Onda gótica, u otra gilada por el estilo?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No sé, porque tuve un déjà vu terrible. Recordé que hace unos veinte días, cuando aún no la conocía, había soñado con ella diciéndome la misma frase, justo antes de convertirse en un lagarto overo.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡¿Un lagarto overo?! -Preguntamos el Gallego y yo al unísono, sorprendidos.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Un lagarto overo. Y eso también explicaría la extraña y vivaz fellatio a la que me había sometido rato antes. Y la segunda, y más shockeante, que un lagarto overo de singular porte me clavaba la vista, en idéntica manera que la hechicera, desde debajo de la silla sobre la que arrojo la ropa que tengo en uso.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡¿Un lagarto overo?! </span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Un lagarto overo, sí. ¿Vas a preguntar muchas veces más?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Qué raro…</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Todo lo que tiene que ver con esa mina es muy raro. Y todo lo que tiene que ver con Piero termina resultando truculento. No sólo siente atracción, sino que parece que esta clase de dementes lo busca.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Psé.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Cratilo, ¿te vendrías a dormir a casa, hoy?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Tan cagado estás?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ok.</span></span><br />
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><br />
<div align="JUSTIFY">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Fuimos a la casa de Pepe, que había construido en medio de una hectárea despoblada. Entramos y nos servimos sendos Bacardi. Bebimos, intranquilos, prestando atención al mínimo sonido. Una vigilia agotadora, musicalizada por tal vez la causa eficiente de todo aquello, el maldito bicho taladro.</span></div>
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Qué ironía -comenté.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Cuál?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tanto taladrar con el bicho, ahora te toca que te taladren a vos.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No es gracioso.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Si no te gusta mi humor, mejor me voy a mi casa.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No seas hijo de puta.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ubicate, entonces. Aparte, parece que se le pasó, o tomó conciencia de tu escaso valor humano, porque no llamó más. Y te digo más: ese déjà vu que contaste me suena a alucinación de tu parte.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Entonces oímos ruidos de algo o alguien que caminaba por el techo. Pepe alzó la vista con pánico.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Es ella!</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Cómo sabés? Para mí que es un ladrón. ¿Tenés un arma? </span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, ayer me prestaron un .32, dadas las circunstancias.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡¿QUIÉN ANDA AHÍ?! -Grité, y Pepe casi se infarta. En lugar de responder, lo que fuera que andaba por allí hizo un batifondo bárbaro (valga el calificativo y su pertinente forma nominal)</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Callate, boludo!</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No seas cagón, ridículo. Es tiempo de tomar el toro por las astas, o el lagarto por la cola, o lo que mierda sea. Agarrá el fierro y vamos.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Te parece?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, estúpido. ¿O querés ser su lacayo por toda una eternidad en el infierno? -No hay nadie mejor que yo para manipular cobardes.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Mientras amartillaba el revólver y se dirigía a la puerta, le temblaba hasta el culo. Salimos. Seguíamos oyendo ruidos, pero el ángulo no favorecía la vista del techo. Había que trepar.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Te animás? Me preguntó con voz trémula.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro que me animo, pero es tu problema, así que subí vos. Bastante que estoy acá haciéndote apoyo logístico.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sos un hijo de puta.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y vos sos un cagón. Dale, que te tengo la escalera.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Pepe subió tomando mayores recaudos que un francotirador en Irak. Pero no fueron suficientes. Apenas se asomó un par de centímetros sobre el techo, algo se le vino encima ruidosamente. No alcanzó a disparar, simplemente se cayó hacia atrás, asestándome un fuerte cabezazo y quedando enganchado nuevamente del tobillo derecho, entre ayes y lastimeras voces de pánico. Lo desenganché y lo ayudé a ingresar de nuevo a su casa. El bicho taladro nos parecía entonces la más vistosa de las aves canoras.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Querés que la llame a Barbie para que te haga reiki otra vez?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Andá a la concha de tu madre.</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué había en el techo?</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Un lagarto overo, pelotudo, qué va a haber…</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Mientras Pepe hacía un inventario de lesiones antiguas y nuevas, mentales y espirituales, lo llamé a Pierín; luego de increparlo por su desaprensión para con los amigos, le conté en detalle los últimos eventos. Se mostró interesado, aunque no preocupado. Más bien lo pillé un par de veces aguantando la risa. Finalmente, y antes de cortarme, dijo:</span></span><br />
<span style="color: white;"><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">
</span><span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Decile a Pepe que para bicho taladro, no hay como el mío. Y vos… me extraña, Cratilo. Un lagarto overo, de noche y arriba del techo… mirá, en un rato voy, así me convidan de lo que están tomando.</span></span></div>Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-76266202803912842152012-02-05T14:49:00.005-03:002012-02-05T18:08:10.498-03:00LA RUBIA SALVAJE Y UNA TERAPIA SEXUAL<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZvi70KP6Xn7Y9LNMtwurxP1tzy-EzJrAotzHN3KUw0lQ6N9ch6FvvMvE1DTMqv4tGZ5T0JFJQLBsyepmub9K8eQVt9L9rI_McvS-i8kznBpTwQRXAZmQG-8rwkXdqsb44oaIpDwpDQm0/s1600/Olga+Levchenko.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" sda="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZvi70KP6Xn7Y9LNMtwurxP1tzy-EzJrAotzHN3KUw0lQ6N9ch6FvvMvE1DTMqv4tGZ5T0JFJQLBsyepmub9K8eQVt9L9rI_McvS-i8kznBpTwQRXAZmQG-8rwkXdqsb44oaIpDwpDQm0/s320/Olga+Levchenko.jpg" width="201" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Olga Levchenko</td></tr>
</tbody></table>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Y resulta que cuando conseguí que dejara a esa hija de puta el muy ruin se fue con otra que yo ni sabía que… ¿me está escuchando, doctor?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">El doctor en psiquiatría Nelson Ramos se sobresaltó cuando su cuarentona paciente reclamó una atención que no le estaba prestando, sumido en la preocupación y ansiedad que le provocaba la inminente llegada de Sonia, cuyo turno era el siguiente. Pero su profesionalismo, adunado a largos años de experiencia, lo llevó a ejecutar una vez más el gambito infalible que consistía en señalar, a la manera de los falsos adivinos, generalidades a partir del conocimiento del problema global, en este caso con total facilidad, por cuanto esta clase de entuertos erótico-románticos constituía quizá el setenta por ciento de sus consultas.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Por supuesto que la estoy escuchando. Y algo frustrado, debo decir, porque advierto que no estamos avanzando mucho. Yo le indiqué que debe concentrarse en usted misma, prestar oídos a sus deseos más íntimos, y dejarse de depender mentalmente de su marido, el que por lo visto jamás la respetó. Y va a ser difícil que la respeten si no se respeta y se valora a usted misma. Es una mujer joven, exitosa, atractiva; no se quede anclada al rencor, como dice el tango.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-¿Le parece, Doctor?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Pero claro. Usted está obnubilada por el resentimiento; va a ver que cuando pueda superarlo, las puertas que hoy siquiera es capaz de ver se abrirán de par en par. Y si me disculpa, le pediría que trabaje en ello, con verdadero ahínco. Trabaje aunque no esté convencida y va a ver que de un momento a otro va a confirmar cuanto le estoy diciendo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Voy a tratar de hacerlo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Ahora, tengo que pedirle un favor. No me siento del todo bien…</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Pero falta media hora…</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Ya sé, el jueves se la compenso. Usted cumpla con su parte y yo cumpliré gustoso con la mía. Pero ahora debe dispensarme.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Está bien, doctor -concedió, mientras se incorporaba y colgaba su cartera del hombro. -Trataré de hacer mi parte.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;"></span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">Ni bien la paciente hubo salido, Nelson se sirvió una generosa copa de bourbon. Tenía las manos transpiradas. “Sólo falta que me dé un ataque de pánico”, pensó. “En casa de herrero, cuchillo de palo”.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">Sucedía que en breve llegaría la ya mentada Sonia, una jovencita de diecinueve años de familia adinerada, que tenía algunos trastornos de conducta. Básicamente, y en términos de psicoanálisis, no tenía superyó. O en términos de lenguaje barrial, no tenía filtro. Era una alta musculosa y esbelta rubia natural, con aires felinos y una cara que parecía pintada por los grandes maestros de la pintura. Nelson la veía como una valkiria, tenía fantasías eróticas cada vez más recurrentes. Incluso había tenido sueños tórridos con ella. Era vulnerable, y lo único que lo había salvado de ceder a las provocaciones de la ninfa, era que su padre la aguardaba en la sala de espera.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">Los nervios y el bourbon le provocaron acidez estomacal, así que se dirigió al dispenser de la sala de espera para agregar un poco de agua al licor. Ingresó y quedó pasmado. Sonia estaba sentada allí. Sola.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Buenas tardes, doctor. Parece sorprendido de verme -le dijo, con una sonrisa pícara, conciente de la turbación que le provocaba.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Te esperaba en media hora -dijo, con un tono tan trémulo que terminó de poner en evidencia su tormenta interior.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Andaba por acá y decidí pasar antes. Espero que no le moleste. Aparte, puedo ver que no está ocupado, por el momento -y se humedeció los labios con la lengua, lenta y sugestivamente.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-¿Y tu padre?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-¿Qué hay con mi padre? - se incorporó, inspiró para proyectar sus senos y dejó ver un pantalón de cuero tan apretado que hasta dejaba notar el vello púbico. Nelson pudo sentir cómo las hormonas se derramaban a torrentes en su interior. Sonia continuó: -¿No le parece que estoy bastante crecidita para andar con mi padre para todos lados?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-No, pasa que siempre se preocupa mucho por vos, y se encarga de traerte y preguntar acerca de tu evolución…</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Que se preocupe por él, que buena falta le hace. Y dicho sea de paso, usted debería hacer lo mismo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-¿A qué te referís?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-¿Podemos pasar al consultorio? ¿O me va a atender acá?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Está bien, adelante.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">Ella ingresó, caminando y haciendo cimbrar sus caderas. A él le temblaban las manos cuando fue a cerrar la puerta.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-¿Le gustan los pantalones que compré? - le preguntó, mientras exhibía el portentoso culo y se lo cacheteaba sonoramente. Si bien Nelson estaba acostumbrado a estas efusiones temperamentales de su paciente, esos pantalones, ajustados a semejantes formas, lo estremecieron de deseo. Trató entonces de acotar la situación a cuestiones vinculadas a la terapia, y sólo se le ocurrió preguntar algo que hacía más a su propia interioridad que a la de la bella paciente:</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-¿Por qué asegurás que tanto tu padre como yo necesitamos preocuparnos por nosotros mismos?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">Sonia se sentó y adoptó una pose voluptuosa. Luego respondió, con aires de estar dando voz a obviedades:</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Por más de una razón. El sistema les ha empañado todos sus sentidos y atravesado todo cuanto entienden como justo, o si se quiere sano. Y se condenan a vivir en una isla de conformismo, rodeados de virtudes simbólicas, falsas seguridades y aburrimiento pertinaz. </span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Es una manera de preservarse, en un nivel social, de los flagelos de una anarquía que termina siendo autodestructiva. Y no es tan aburrido, si está de acuerdo con la propia naturaleza.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-¿Ve? Ahí está el punto. Su manera de preservarse a mí me provoca una especie de náusea existencial, sartreana. ¿Acaso mi naturaleza no merece consideración y respeto? ¿Quién decide tales cosas? ¿Esclavos del mismo sistema que los apaña y a la vez los anula en su capacidad de disfrutar la vida al máximo? No, querido, yo me bajo. Y si me permitís, te voy a tutear. Y a preguntarte: ¿qué te da a cambio ese falso sentido de seguridad? Una esposa mojigata, un par de niños estúpidos criados en el temor de dios e incapaces de decidir por sí mismos qué está bien y qué esta mal? ¿Estás convencido, realmente, que soy yo quien tiene problemas de conducta? ¿Sólo porque disfruto de todo lo que me hace bien sin mirar a los lados buscando aprobación?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">Nelson no supo qué decir, sobre todo porque la hermosa rubia había metido el dedo en una llaga que venía torturándolo desde hacía un tiempo atrás, que muy probablemente se había comenzado a abrir cuando empezó a tratarla. En el fondo, él admiraba su arrojo, su desfachatez, su apetito por la vida. Ella, conciente de la tormenta interior del terapeuta, cargó con sus mejores armas; acariciando el cuero tirante sobre su entrepierna, propuso sin ambages:</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-¿Te gustaría verme mientras me masturbo?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">Nelson respingó. Tuvo tanto temor de rehusar como de no hacerlo, así que en los breves momentos en que sopesaba su respuesta, Sonia comenzó a frotarse y a soltar suaves gemidos. Él entonces pensó que no dejaría de lado su profesionalismo si llevaba hasta el fin aquella especie de experimento. Aunque lejos de analizarlo en términos psicoanalíticos, psiquiátricos, o lo que fuere, la pasión llevaba todo el interés lejos de cualquier teorización. Sonia se desprendió el pantalón, lo bajó un poco, bajó también sus bragas y fue a por ello, ya con más decisión y gimiendo no tan suavemente. Nelson veía los rápidos movimientos de la fina mano de ella, sacudiendo el clítoris con velocidad y abordando la avenida al frenesí.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Sacame los pantalones -pidió, entre urgencias. Nelson tiró de la ajustada prenda de cuero, y si bien le costó, el arrobamiento lo llevó a ejercer fuerzas casi desmesuradas. Finalmente se lo quitó, y ella, sin dejar de tocarse, se bajó más la tanga y luego, mientras la enarbolaba como bandera en una de sus largas piernas, tuvo un primer y prolongado orgasmo. Tras lo cual bajó el cierre del pantalón de él, extrajo su afiebrado pene y comenzó a besarlo primero, lamerlo después y finalmente, succionarlo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Esperá -dijo Nelson, al borde de la eyaculación. Quería que semejante deleite durara más, mucho más, para siempre, si era posible. Comenzó a desvestirse con premura.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-¡Ésa, Doc, no se va a arrepentir! -Mientras hacía lo propio. Ya desnudos ambos. Ella le tomó la mano, la llevó hasta sus labios vaginales al tiempo que le decía: -Mirá, Nelson, qué caliente que está. Y bien mojadita. Lo que te estabas perdiendo, ¿eh? -Prosiguió con la fellatio unos momentos más. Nelson estaba obnubilado con la belleza salvaje y con sus técnicas de sexo oral. De pronto no aguantó más; la puso de rodillas sobre el sofá, con los brazos sobre el respaldo y ofreciendo el soberano culo. Se aproximó para penetrarla y ella dijo “Ay”, mientras quitaba un objeto de debajo de su rodilla sobre el cual se había apoyado. Nelson no prestó atención y arremetió con su falo hasta ubicarlo bien en el interior húmedo y caliente de ella. Hasta el fondo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-¡Ay, Doc, mire que pija más grande que tiene! ¡Mmmmmhhh, me gusta mucho! -Nelson, excitadísimo, alternaba embates poderosos con sutiles y lentas penetraciones que le permitían sentir cada milímetro de esa deliciosa vagina. Sonia movía sus caderas de lado a lado, presa de una excitación quizá mayor aún que la de su partenaire. </span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Aaaahhh, Nelson, cómo me gusta! Assssí, asssí, despacito, ahora más fuerte… ¡Más! ¡Más! ¡Así, hijo de puta, dame, dame más fuerte, más, MÁS! ¡Te voy a hacer echar el polvo de tu vida! Asssssí, asssí, aaaaahhhhhhh!</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">Nelson sintió la oleada de humedad sobreviniente al éxtasis de ella. Luego cambiaron posiciones varias, y Sonia seguía acabando a troche y moche. Nelson, a pesar de la tenacidad de los instintos que lo abroquelaban al sexo de la rubia, esperaba que las efusiones verbales no le trajeran luego problemas con el consorcio. Finalmente, la arrojó sobre la alfombra, boca arriba. La penetró de frente, y ella lo rodeó con brazos y piernas, sujetándolo con real fuerza. Unos cuantos embates y se unieron en un último, poderoso y convulsivo orgasmo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">Se estaban relajando, recuperando el ritmo respiratorio, cuando el padre de Sonia ingresó desaforado, y se encabritó aún más cuando vio a los amantes desnudos sobre el suelo, todavía unidos por la ya declinante erección. </span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-¡¿QUÉ ES ESTO?! ¡SONIA, VESTITE DE UNA VEZ! ¿Acaso me llamaste a propósito, para que escuche los detalles de tu ignominia? -Claro, el objeto que había molestado su rodilla en el sofá era el teléfono celular, el que seguramente entonces se accionó y llamó justo al del padre. ¡Bingo! El viejo había escuchado todo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">Sonia no le dio ni bola, en tanto Nelson se apresuró a ponerse sus pantalones.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Ya me parecía que eras un hijo de puta -dijo a Nelson. -Es menor, sabés, así que ni sueñes que te la vas a llevar de arriba. Si no consigo meterte preso, me voy a encargar personalmente de que jamás vuelvas a ejercer como psiquiatra, hijo de mil putas.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Haga lo que le parezca -respondió algo airado.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-¡Así se habla! -Exclamó ella. -Se nota que mi terapia ya empieza a dar resultados.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-¡Callate, vos, puta de mierda! ¡Te dije que te vistas! -Y la tomó por los cabellos para forzarla a cumplir la orden.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-¡NO LA TOQUE! -Le indicó Nelson, con tono autoritario y una mirada tan feroz como inédita en su inventario.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-¡Es mi hija, la puta ésta, y la toco todo lo que quiero!</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Y yo le rompo todos los huesos -en otra actitud de la que tampoco recordaba precedentes.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Ah, ¿Sí? Con que esas tenemos, ¿eh? Vamos, degenerada, que tengo que hacer trámites policiales y judiciales contra este enfermo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Yo con vos no voy a ningún lado.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Vamos, porque te va a pesar. ¿Me oís?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Y usted, ¿la oyó a ella? Haga el favor, vaya a la comisaría, al juzgado o a la Corte de La Haya, si quiere. Pero retírese inmediatamente de mi consultorio.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Vos sabés lo que estás haciendo, ¿no?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Perfectamente. El que no sabe lo que está haciendo, es usted. Sonia acaba de enseñármelo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Perfecto. Pero esto no termina acá.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Ya lo creo -concedió Sonia. -Esto recién acaba de empezar -e hizo un guiño a Nelson.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">El viejo salió intempestivamente, rojo como un camarón. Ya solos, los amantes se miraron sonrientes unos instantes, y luego rieron a carcajadas. Nelson sirvió dos bourbon y tomó el teléfono:</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">-Hola, ¿Silvia? Quería avisarte que no voy a volver a casa… no, no hoy, nunca más, ¿me entendés? No, no tengo porque darte explicaciones, yo me quedo acá. Vos te podés quedar con la casa, tu auto -que lo pagué yo- y la mitad de la guita… ¿A qué viene todo esto, preguntás? Y, querida, si no te venís dando cuenta de… que no, que qué pendeja, dejate de joder… bueno, no tengo más ganas de hablar con vos. Cualquier cosa mandame un abogado. ¿Los chicos? Bien podrías hacerte cargo de los pocos años de crianza que les quedan, total, vos nunca hiciste nada. Solamente gastar graciosamente mi dinero. Bueno, está bien, chau. -E interrumpió abruptamente la comunicación. Lo esencial había sido dicho. Sonia, mientras él hablaba, había extraído un tubito de cocaína de su cartera y peinaba sendas líneas. “Vas a ver la que te espera después de esto”, lo amenazó en broma, pero seguro que iba a ser cierto a poco. Nelson bebió un poco de bourbon mientras miraba con orgullo las formas desnudas de la salvaje valquiria.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">“Va a ser duro”, pensó, “y tal vez no viva mucho, pero estoy dispuesto a resignar tiempo de vida a cambio de la intensidad de esta mujer, que me mostró lo erróneo de mis convicciones. Tal vez aún tenga una oportunidad, más vale tarde que nunca.”</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white;">Bebió un trago de bourbon, aspiró su línea y luego la besó larga y apasionadamente. La urbe, ahí nomás, al otro lado de la ventana, parecía estar a miles de kilómetros de distancia.</span></div>
</div>Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-50542144704597761802012-01-16T03:22:00.003-03:002012-11-02T11:08:38.604-03:00LAS MUJERES RECONOCEN A UN SEMENTAL APENAS LO VEN<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<div style="text-align: left;">
</div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhW_qkLHqztkkGSuM1J3a5cNnDE4neQAvHM9VGiAMmCP3X-pSf1T3pc7a1kVCBTkTw7yLiMbhqMIfCgvl3Yw-t-gh7vVoE9JPLLQzXh_RAfZVtQczC8T4-h8Rt6yhpRpTzFuF8smjSoc5g/s1600/Olga+Levchenko+VII.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="285" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhW_qkLHqztkkGSuM1J3a5cNnDE4neQAvHM9VGiAMmCP3X-pSf1T3pc7a1kVCBTkTw7yLiMbhqMIfCgvl3Yw-t-gh7vVoE9JPLLQzXh_RAfZVtQczC8T4-h8Rt6yhpRpTzFuF8smjSoc5g/s400/Olga+Levchenko+VII.jpg" width="400" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Olga Levchenko</td></tr>
</tbody></table>
<span lang="EN"> </span><br />
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Cómo te fue, al final, en la lectura de cuentos ésa que tenías que dar en la Alianza Francesa? -Me preguntó el Gallego, uno de los mejores escanciadores que me ha sido dado conocer, barra de por medio, mientras me servía un Campari con soda.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Una boludez. La última vez que me engancho en cosas como ésa. Por lo menos, gratis.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pero digo, ¿le gustó a la gente?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, fue lo que más le gustó. Aparte de mí, que quedé para lo último, había un par de fulanos que leyeron ese tipo de cosas que suenan finas, intelectuales y sensibles, pero que aburren más que una reunión familiar.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y vos qué leíste? No me vas a decir que esas guarradas que me divierten tanto…</span></div>
<div align="justify">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="color: white;">-No, no daba, viste. Leí uno viejo, algo gracioso, “</span><a href="http://basicoyfurioso.blogspot.com/2011/07/ajedrez-fatal.html"><span style="color: white;">Ajedrez fatal</span></a><span style="color: white;">”, no sé si lo leíste. La cuestión que no sólo conseguí entretener al público, sino que además los hice reír y proferir alguna que otra exclamación. No sé si lo mío es fino -tampoco lo pretendo-, pero así y todo les pasé el trapo.</span></span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo pensé que ibas a jugar la carta escandalosa ésa que siempre tenés a mano.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, viste, era la Alianza Francesa. Vos sabés que los franceses celebran sus transgresiones como vanguardia; en cambio las de un sudaca son estigmatizadas como grosería.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Puede ser, sí. Ah, ahora que me acuerdo te anduvo buscando un tipo. Un tipo fino, de blazer, pañuelo al cuello, botitas pitucas, pelito arreglado…</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Un metrosexual?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No sé qué es eso, pero puede ser. En mi barrio los llamábamos maricones.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Parecía afeminado?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, creo que la va de gigoló, o algo así.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, un estúpido. ¿Y qué carajo quiere?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Parece que vino a vivir por acá. Estuvo hablando de minas todo el tiempo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y decís que me buscaba a mí. ¿Qué soy, yo? ¿Un rufián?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, pasa que estaban Renato y Piero, y cuando el tipo preguntó quién era por acá el más conocedor del tema mujeres, no dudaron en señalarte.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Hijos de puta.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-La verdad que te la hicieron bien.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, la hizo bien, dirás. Ése fue el hijo de puta de Renato. Se quiere tomar revancha de algo que dice que le hice, y no para de jugarme este tipo de trapisondas.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, está bien, él empezó, y después se enganchó Piero. Te dieron una manija que te aseguro que George Clooney al lado tuyo quedaba como un leproso. </span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vos no te enganchaste, claro…</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Cómo podés pensar eso de mí? -Dijo, con un gesto de fingida inocencia, aunque la leve sonrisa indicaba complicidad manifiesta. Y agregó: -Cómo iba a hacerle eso a mi mejor cliente… pero mirá, ahí viene. Hacete cargo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Había ingresado un individuo de estatura normal, pelo negro un poco largo, ojos oscuros y penetrantes, de blazer, pañuelo al cuello, botitas pitucas… pero eso ya lo contó el Gallego. Pidió un whisky con hielo. No me simpatizó en lo más mínimo. Detrás de él entró Luisito, un muchachón groso, de unos dieciocho años. Se sentó en la ochava de la barra, a unos dos metros del pituco y por desgracia, a dos y medio de mí. El pituco había ocupado el taburete a mi izquierda.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Vos sos Cratilo Bermúdez? -Me preguntó.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, ¿por? -Respondí.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pero lo conocés, ¿verdad?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Esos son asuntos míos. Y sabés qué, no sé quién sos. Y sabés qué más, no tengo el menor interés en averiguarlo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, sos vos.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Le eché una mirada de desprecio y agresividad que no me costó mucho, más bien fue algo natural. -Quiero beber en paz, y lo que menos necesito es hablar pelotudeces con un desconocido.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Siempre es así? -Le preguntó al Gallego.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-A veces es peor.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Debe ser eso lo que le aporta su éxito con las mujeres. Les encantan los tipos duros e indiferentes. Pero conmigo no hace falta, sólo buscaba un intercambio de experiencias y conocimiento.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Escuchame, gil, si no me dejás en paz el único intercambio que va a haber acá es de golpes.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Acá no -dijo el Gallego, temeroso de que le rompan el boliche otra vez.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sabe qué pasa, don Cratilo -dijo Luisito-, que necesita material para andar contándolo por ahí como propio.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y vos quién eras? -Preguntó con displicencia el pituco.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y Usté? ¿Qué es, vigilante, que entra un bar y le anda preguntando el nombre a todo el mundo? </span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Levanté mi copa e indiqué: -Che, Gallego, servile una cerveza al pibe.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, está a las claras que no soy bien visto, por acá…</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No lo diga por mí -dijo el Gallego.- Por mí puede venir cuando quiera.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No es por simpatía, es por interés -aclaré.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, me pasa siempre. En los bares de hombres, digo. Estoy empezando a creer que es envidia, nomás. </span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tengo los dientes podridos -le dije-, pero te lo juro que el que me los va a envidiar sos vos, después del puñete en la boca que te voy a meter si insinuás siquiera que te tengo envidia. </span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Por eso es que estoy tratando de razonar con vos, porque vos sos de los míos.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dios me libre. Y ni siquiera sé por qué te estoy hablando.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Déle, Don Cratilo; razone, así nos cagamos de risa un rato.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Casi pude oír rechinar los dientes del pituco ante la intervención de Luisito.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno está bien. ¿Qué querés?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, dicho así… sólo quería conversar un rato.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, se te fueron las ínfulas… entonces te cuento. Los hijos de puta de mis amigos te batieron cualquiera, nada más que para cagarse de risa de vos, y especialmente, de mí. Si hay algo que no conozco en este mundo, son las mujeres. Y estoy seguro que los boludos que se piensan que las conocen, las conocen menos que yo, aún.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pero es que no es cuestión de conocerlas interiormente. Aparte, ¿a quién le importa? La cosa funciona de otro modo, tiene que ver con procesos naturales sutiles, que a algunos les tocan y a otros no. Eso que atrae a las mujeres. Son ellas las que se ven atraídas, las que seleccionan. Las mujeres reconocen a un semental cuando lo ven; y allí, darwinianamente, algunos ganan y otros pierden.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo en vez de citar a Darwin, citaría a Lamarck -propuse.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Por qué?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Porque si la función hace al órgano, y vos usás los huevos tanto como decís (con mujeres o pajeándote), eso explicaría la clase de boludo que sos.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Luisito todavía se debe estar riendo. Hasta el Gallego perdió la compostura.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya me dijeron que eras bueno con las palabras.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Son habladurías.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Hey, míster -dijo Luisito-. ¿Tiene sangre usted?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Por qué preguntás?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Porque si fuera tan macho como dice, no se dejaría hablar del modo que le habla Don Cratilo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Callate, pendejo de mierda -terció el Gallego-. No vengas a meter fichas, vos.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Déjelo -dijo con afectada magnanimidad. -No me molesta. Aparte no vine a pelear. Yo propuse el diálogo, y acepto sus reglas.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Acá no hay reglas -le informé. -El que se sienta agraviado masacra al otro y ya.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Acá sí hay reglas -me corrigió el Gallego. -El que se sienta agraviado se va a pelear a la calle.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, eso quise decir.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No va a hacer falta -dijo el pituco.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No esté tan seguro -dijo Luisito.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Por qué lo decís?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, nada. Pero ya que estamos, ¿por qué no nos cuenta alguna aventura? Digo, ¿no? Para justificar tanta alharaca.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, a ver -coincidí.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">A partir de allí comenzó a dar voz a toda una catarata de orgasmos femeninos provocados por el gran semental que él era. Mujeres absolutamente frígidas convertidas en verdaderas Mesalinas luego del especial tratamiento del experimentado amante, hermosuras olímpicas devenidas en suicidas después de perder al extraordinario mancebo, ancestrales africanas gozando como perras en celo y jurándole que nadie las había tocado como él… en fin, una fantasía que ya a los catorce años debería ser calificada como patología mental severa. Y tan simplona que ni siquiera me servía para robar el esqueleto de un cuento. El hijo de puta de Renato me la había jugado bien, sin dudas. No supe qué decir. Lo único que se me ocurría era que, si el bobo ése pretendía que creyera su sarta de sandeces, me estaba tomando por boludo. Y eso me pone bastante nervioso. Si empezaba a hablar iba a terminar pegándole, y seguramente lo haría sin seguir la regla del Gallego. Pero fue Luisito quien habló.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Oiga, míster… si es tan cogedor como dice, y todo eso, ¿Por qué no está viviendo de su pija en Miami, o en Cancún? ¿Qué hace en un barrio como éste?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo soy un lírico. Gracias a dios tengo lo mío, no necesito prostituirme. Aparte, me quitaría tiempo de esparcimiento. </span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y qué lo trajo por el barrio? ¿Acaso viene escapando de algún cornudo que se despabiló?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Algo de eso hay -respondió el pituco, ya que la hipótesis sugerida por Luisito le resultó apropiada para seguir nutriendo sus estúpidas fabulaciones. No advertía, en su necedad, que el pibe le estaba sosteniendo la cuerda.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y dígame otra cosa… si quiere, ¿no?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, preguntá.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Digo, si tiene tanta onda con las mujeres, ¿pa’ qué va a buscar putas al <i>Prèmiere</i>?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Solté una carcajada bestial. De ésas que surgen incontenibles y estallan en el chacra laríngeo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Me parece que te sacaron la ficha, casanova -dije ni bien recuperé el aliento, luego de las toses sobrevinientes a la risa del fumador.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué es el <i>Prèmiere</i>?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No se haga el boludo. Yo mismo lo vi arrancar con la Brigitte, hace como dos o tres noches.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ah, cierto, el night club. La verdad es que ni miré cómo se llamaba. De Brigitte, claro que me acuerdo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-’tá buena, la Brigitte, eh…</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Es una mina pasable. No es gran cosa, viste, pero zafa.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Por eso le preguntaba, por qué un ganador como usté…</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Entendí perfectamente tu pregunta, y existe una respuesta, quizá nunca tan risible como la interpretación del amigo Cratilo…</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ningún amigo. No soy tu amigo, ¿está?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Es una forma de decir… bueno, la cosa es que dentro del campo de mis estudios personales, las prostitutas constituyen un capítulo fundamental. Primero, porque como profesionales generalmente están capacitadas, y solamente con ellas uno, a esta altura, por ahí puede aprender algo nuevo; y segundo, porque por esa misma razón son quienes mejores aprecian mis habilidades sexuales.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Iba a decirle algo así como charlatán, pero me rescaté. El que seguía con el dedo en el renglón, en cambio, era Luisito.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-A mí me encanta, la Brigitte. Diga que es una mina cara, que si no… ¿Y qué le hizo, diga? Si quiere contar, ¿vio? Ya que es un tipo tan abierto…</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No me gusta dar detalles.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Menos mal -mascullé.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pero bueno, te voy a decir que la volví loca con la técnica del uno-dos ultraviolento.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Eso es de <i>A clockwork orange</i>, de Burgess. Si vas a mentir, no involucres a los pobres autores.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pero precisamente, por eso llamo así a una técnica que consiste en darle duro y rápido, pero una vez en cada agujero. </span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¿Cómo? -Pregunté, con el énfasis propio del colmo abrupto de mi capacidad de asombro.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué parte no entendiste? -Me la canchereó- Un bombazo por cada tubo, vagina/ano, vagina/ano, todo rápido y a lo bestia. Claro que no se puede hacer bien con cualquier mina. Es otro de los motivos por los que a veces concurro a los cabarets.</span></div>
<div align="justify">
<span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><span style="color: white;">-¿Y la volvió loca, dice, a la Brigitte? -Preguntó Luisito, y yo pensé: <i>Kilombo en puerta.</i></span></span><br />
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y, al principio se hacía un poco la estrecha, pero a poco empezó a gritar pidiéndome que le diera más, y más fuerte. Le hice echar como diez polvos, más o menos.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Qué raro -dijo Luisito con tono grave. (No, si yo las veo venir.)</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Por qué decís?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Porque mi viejo es el dueño del <i>Prèmiere. </i>Brigitte labura para él… yo no diría, labura. Es como de la familia, ¿entendés?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El pituco empalideció a ojos vista. El pibe, antes de proseguir, pidió educadamente:</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Don Gallego, déme un whisky, por favor. -El Gaita se apresuró a servírselo, algo conturbado por la estatura moral que el pibe había alcanzado. El instinto nos indica cuándo alguien ya cruzó la línea anímica donde habita la furia, aunque se manifieste tranquilo como agua de pozo. Y cuanto más parsimonia, suele resolverse peor.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Si tienen que arreglar algo, por favor…</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tranquilo, Don Gallego, que no pasa nada -Y dirigió una gélida mirada al pituco. -Te decía que la Brigitte me cuenta todo. Es como una hermana, aunque a veces me la garcho. Viste cómo son esas cosas, justo a vos te voy a decir… -ironizó. </span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, está bien, pasa que…</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Aguantá un cachito que yo ya te escuché. Ahora, escuchame vos a mí. ¿O te da cosa lo que pueda decir? La Brigitte me dijo que no se te paró, a pesar que te ayudó de todas las formas posibles. Y que te enojaste con ella y le pegaste.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, no fue así.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿A quién te parece que le voy a creer? ¿A mi amiga o a un mentiroso enfermito como vos?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No tenés opción -tercié.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ahora no metas fichas vos -me rezongó el Gallego.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Era parte del juego sexual -pretendió justificar el pituco.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y también era parte de un juego sexual no pagarle, pese a que la loca hizo todo lo que pudo, haciéndola culpable de tu impotencia? -Se empinó el whisky, tiró un billete sobre la mesa y me dijo:</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Disculpe, Don Cratilo, yo me voy a retirar. Este ambiente apesta. -Se volvió hacia el pituco- Y dice mi viejo que con los intereses son mil quinientos mangos. Y que tenés tres días, o vas a ir a revolear tu bicho inservible a los cabarutes de Belcebú.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El pituco estaba demudado. Cuando iba saliendo, Luisito se llevó la mano a la cabeza, como si hubiera recordado algo. Se volvió y le dijo:</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Me olvidaba, la Brigitte te manda ésto -y lo embocó en la trompa con un directo de derecha tan formidable que me gustaría tener el video para verlo en cámara lenta, una y otra vez. El pituco rebotó contra el mostrador, se le aflojaron las piernas y quedó sentado en el piso con el morro que comenzaba a expulsar sangre espesa. ¡Qué buen bollo!</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Luisito, te dije, acá adentro no!</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No importa, Don, igual no se rompió nada. </span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, decile a éste. Che, pituco, te dije que ibas a terminar envidiando mis dientes podridos. No sé mucho de minas pero soy medio vidente. </span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vamos, Don Cratilo, lo invito al boliche de mi viejo. Usté es un amigo; digo, de atrevido que soy, nomás. </span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Nada de eso, sos mi sobrino -le respondí. En eso entraba Abdul. Lo vio al pituco en el piso y entre risitas, fingió agraviarse:</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Loco, si había joda, me hubieran esperado un poco, al menos.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Era un tema personal. Disculpe, Don Abdul, véngase para el <i>Prèmiere </i>a tomar una copas con nosotros. Los tragos y las minas corren por mi cuenta, hoy.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Abdul abrió los ojos como el dos de oro. Antes de irnos, vi al pituco tratando de levantarse, tocándose la boca como haciendo inventario del desastre; y la verdad, aunque se la merecía, me dio un poco de lástima. Así que le di un par de consejos:</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo creo que tenés que pagarle al viejo de Luisito y andar con más cuidado. Acá, en el Barrio de La Loma, los hombres reconocemos a un boludo apenas lo vemos.</span></div>
</div>
</div>
Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-27173955967446108092011-12-27T20:48:00.007-03:002012-12-14T10:04:06.662-03:00I WENT OUT THROUGH THE BATHROOM WINDOW<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgE0ERX40JXvf8SYXb_3ym1G2e_Bqp98swpVz2tjGoXqtBp8V_EFj9TZfRjSsiNhOT-ftfjJcsn-U9k5RieuIAxQ8MgRJ_KT-orkheoivbrIspfX2GHEHQK349L2yE8CXJFDdn1XSxLxxY/s1600/Hajime+Sorayama.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="400" rea="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgE0ERX40JXvf8SYXb_3ym1G2e_Bqp98swpVz2tjGoXqtBp8V_EFj9TZfRjSsiNhOT-ftfjJcsn-U9k5RieuIAxQ8MgRJ_KT-orkheoivbrIspfX2GHEHQK349L2yE8CXJFDdn1XSxLxxY/s400/Hajime+Sorayama.jpg" width="325" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Hajime Sorayama</td></tr>
</tbody></table>
<span lang="ES-MODERN"></span><span lang="EN"></span><br />
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, Cratilo, haceme la gamba -me pedía Pepe con tono lastimero. Lo que quería era que lo acompañara en una salida con su nueva novia y la hermana. Se trataba de una morena cautivante (la nueva novia, obvio, no la hermana. De la hermana no tenía yo muy buenas referencias, tanto en lo físico como en lo anímico. Parecía ser bastante inestable en ambos sentidos).</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sabés, Pepito, que detesto las citas a ciegas. Detesto las citas, directamente; las tomo, eventualmente, como un mal necesario, o como un maquiavélico medio tendiente al fin que no es otra cosa que la saciedad de los bajos instintos.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pero no te estoy pidiendo que te casés, ni que te pongas de novio por un rato, che. Solamente es ir a un boliche, charlar un poco, beber algo… nada más que eso, viejo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No me entendés, chabón. Te digo que no solamente me vas a romper las pelotas a mí, sino que aparte se te va a pudrir la momia con… ¿cómo se llama, tu chica?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Patricia. Dale, boludo, que me tiene podrido con que consiga alguien para su hermana. </span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ves. Si no consigue nada, hay gato encerrado. Y ojala fuera un gato, me dijeron que tiene más bien look porcino.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, loco, eso era antes. Ahora adelgazó, y entrena. Es grandota, no te voy a decir que no, pero está refuerte.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Vos pagás las copas?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, pero no te zarpés con tragos caros, y cosas raras, eh.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, nada de lujos. Pero standard, canilla libre ¿no? </span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Apreciado lector, permítame aquí una pequeña consideración útil: en esta clase de entuertos, más que en ninguna otra, jamás deje de prestar oídos a la primera opción que su instinto le sugiere. Por mejor que le pinten las demás perspectivas. Hecha esta solidaria salvedad, les cuento que el sábado por la noche estábamos sentados en unos asientos reservados de una especie de bar bailable Pepe, Patricia, Déborah y yo. Hablando estupideces, claro. Tratando de parecer interesantes (ellos, yo no). Había un montón de gente en aquel pequeño antro. Las mujeres seguían el ritmo sacudiendo los puñitos y las caderas, contenidas, en esa forma tan patética de expulsar feromonas disfrazadas de sensibilidad rítmica. Los muchachos se ocupaban de beber y fumar, con todo su pequeño ganglio cerebral concentrado en la magna tarea de parecer machos varoniles y duros, aunque dispuestos a deshacerse en sensibilidades feminoides si ello les podía allanar el camino hacia una sexualidad, la mayor parte de las veces tan cohibida como traumática. Déborah no dejaba de mirarme y darme cháchara, y tengo que reconocer que Pepe no me había mentido. Debería medir cerca de 1m. 90, y tenía buenas formas; quizá algo rellenita, pero nada desdeñable. Sus rasgos eran finos y sensuales, apoyados por una mirada a la que por todos lados se le escapaba una especie de frenesí reprimido. Tuve la sensación de que si no hubiese sido por bien determinadas convenciones sociales, la morocha ésa podía haberme devorado y escupido mis huesos en cuestión de unos cuantos segundos. Llevaba puesta una especie de pollera de cuero negro, con un nudo a la altura del pubis que llevaba la falda hacia arriba, permitiendo el lucimiento de sus largas y torneadas piernas -y de la más que sugerente ropa interior también oscura, <i>ese oscuro objeto del deseo</i>, Buñuel dixit-. Se dice que los agujeros negros producen una fuerza gravitacional de tal magnitud que ni la luz deja de ser atraída y atrapada. Pues bien, en lo que respecta a la de mis ojos, fue capturada por ese subyugante vórtice, y ello de tal modo que casi no podía dejar de observar el fenómeno sideral, el que seguramente latía cual púlsar debajo de la nebulosa semitransparente de su lencería. Pero volvamos a la tierra antes de precipitarnos.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">No estaba todo tan mal. La grandota aquella estaba realmente buena, me miraba con buenos ojos (algo alocados, a decir verdad), y el ron estaba bueno, también. La conversación apestaba, pero eso suele ocurrir en la mayor parte de los casos. En eso subieron al escenario unos cuatro o cinco melenudos, afinaron brevemente los instrumentos y arrancaron con clásicos del rock/pop. Sonaban bastante bien, y tocaban con mucha calentura. No eran la gran cosa, pero era otro punto a favor; sobre todo porque uno podía disfrutar de sus módicas virtudes interpretativas y de un repertorio muy bien seleccionado, a la vez que proporcionaba una tregua en todos esos diálogos inconducentes. Cerraron con una estupenda y muy hard versión de <i>She came in through the bathroom Window</i>, de The Beatles.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Ni bien hubieron terminado con su show, me incorporé y fui para la barra a pedir más ron. Pepe se la iba a pensar más de dos veces antes de proponerme tratos análogos. Y Déborah, dispuesta a no perderme pisada, se vino atrás mío. El barman estaba sirviendo las copas cuando oí que alguien decía:</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Che, negra hija de puta, ¿por el mierdita éste me colgaste?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El “mierdita” este, venía a ser yo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Me di vuelta para enfrentarlo. No tenía el menor interés en disputarle a la grandota, pero tampoco adoraba que me trataran de “mierdita”.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿A quién le decís mierdita, gil? -Se trataba de un individuo medio gordote, de ojos achinados, visiblemente borracho y al parecer trastornado por el desamor de Déborah.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Qué, ¿sos pistola, vos? </span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, pero tampoco me dejo faltar al respeto por un moncho mal cagado.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El tipo me respondió algo, pero sólo escuché a Déborah:</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dejá, Cratilo, que a éste lo arreglo yo -y le puso un puntín en los huevos. Con esos zapatos puntiagudos que suelen usar las mujeres. Cuando debido </span><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">al impacto se agachó, la grandota lo embocó con un uppercut de perfecta factura, y el gordo salió para atrás y volteó un par de parlantes y una guitarra.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡QUÉ HACÉS, GORDO Y LA CONCHA DE TU MADRE! -Gritó uno de los músicos, y se le fue al humo. Un par de individuos que parecían haber ido a secundar al gordo se plantaron y se armó una de piñas que ni les cuento. El boludo de Pepe, que se había dado cuenta de que el bardo se había iniciado con nosotros, vino a ver qué había pasado y por el camino lo embocaron, devolvió el golpe y quedó pegado en la trifulca. Yo me acodé en la barra, y Déborah, solícita en la custodia de su nueva presa de predadora sexual, se paró adelante de mí, poniéndome a cubierto. Y me empezó a refregar el tremendo culo. Era muy excitante. Dos de mis pasiones conjugadas en un mismo espacio-tiempo, presenciar combates y frotar entrepiernas femeninas. La cosa venía cada vez más caliente en los dos ámbitos. Ella ya sentía mi erección, dado que la había acomodado bien al centro de sus delicias naturales y ejercía una buena presión arriba-abajo; hasta que, aprovechando la distracción por la pelea y la complicidad de las luces psicodélicas, giró de un solo golpe la pollera, dejando el tajo de la misma hacia atrás y liberando su propio tajo, corriéndose a un lado la bombacha. Ahí nomás tomó mi miembro, lo restregó unos instantes contra sus vellos vaginales, lo puso de punta al agujero y, echándose con fuerza hacia atrás, lo enterró violentamente entre sus cálidas entrañas. Estaba de la hostia, mirando el bardo desde mi sensual parapeto femenino, bien atornillado a su concha y sin el menor esfuerzo, por cuanto la longitud de sus piernas daba justo como para entrarle a gusto, sin flexión de rodillas ni puntas de pie. Era como manejar un <i>Scania</i> frontal. Vi a Pepe blandiendo una botella de champagne, más que nada para espantar y/o disuadir atacantes; al gordo ex de Déborah ligando todo tipo de puñetazos y puntapiés por parte de los enardecidos músicos, que también repartían a diestra y siniestra a quien osase cruzar su camino. Entonces, entre tanta violencia, y acompasando nuestros disimulados pero enérgicos movimientos, tuvimos un orgasmo espasmódico. Hasta nos dimos el lujo de no reprimir gemidos ni expresiones, camufladas auditivamente por la música. Y todo ello, en mi caso, sin dejar de ver la pelea. Debe haber sido uno de los polvos mejor contextuados de mi vida. </span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En eso salió desde detrás de la barra un petiso de camisa estampada y desabotonada en el pecho. Lucía fuerte, pero era pequeño. Menos mal. Empezó a repartir bollos, y cada uno que la ligaba era muñeco al piso. En menos de un minuto había servido a varios de los más revoltosos; y los demás, al ver el poderío de los impactos que la diestra del petiso descerrajaba a mansalva (aunque también embocó a varios de zurda), depusieron toda actitud agresiva y se quedaron mansitos. Guardé mi miembro, cuya retracción lo había arrojado ya fuera del jardín de la alegría. Déborah volvió a su lugar la pollera con otro tirón de cintura, se volvió y me besó apasionadamente. Eso ya no me causó tanta gracia. Tampoco me causó gracia el gesto del barman, quien me miró, levantó el labio inferior mientras asentía con la cabeza como diciendo <i>mirá vos el melenudo… </i>parecía ser que al final había un testigo del romance, tan fogoso como repentino. </span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Al final, y como siempre, cayó la policía. <i>Nunca faltan encontrones cuando un pobre se divierte</i>, como bien dijo Martín Fierro. El petiso castigador, por lo visto, era al menos un para policial, ya que marcaba a los revoltosos para su detención. Aunque la mayoría estaban marcados, ya. Marcados, escupiendo sangre -quizá dientes también-, ropas rotas, cabezas rotas y sangrantes, algunos todavía groguis, etc. Cuando se paró frente a nosotros, yo estaba limpio (salvo el bicho, claro, pero estaba bien guardadito). Déborah me abrazaba con aires de protección; el macho parecía ser ella, y salvo ciertas características anatómicas evidentes, bien podía haberlo sido.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-El muchacho no hizo nada -dijo el barman en mi defensa-. Sólo se quedó acá protegiendo a su novia. -Me guiñó un ojo y me sirvió un whisky en las rocas. Lo levanté, a manera de brindis, y me lo clavé de un saque. La situación ameritaba algo de biógrafo, ¿no?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Se lo habían llevado a Pepe, seguramente con un buen par de golpes arriba. Patricia había salido corriendo detrás de él. ¿Quién iba a pagar la cuenta? Yo no tenía un mango partido al medio. Estaba por preguntar a Déborah si tenía dinero encima, o tarjeta de crédito, cuando me ganó de mano:</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Viste? El señor de la barra dijo que habías protegido a <i>tu novia</i>. </span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Si, te protegí la retaguardia.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ay, sos guarro, ¿eh? Podríamos ser novios, ¿no? Ya algunos trámites hicimos, y no estuvieron nada mal, ¿eh, pimpollo?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">(¿PIMPOLLO?)</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mirá, preciosa, ésas son cosas que uno no puede andar tomando a la ligera. Si queremos que la cosa funcione, tenemos que ir despacio, ¿no te parece?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, no me parece. Con el imbécil ése que armó el quilombo estuve como tres años yendo despacio y mirá cómo terminó…</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En un segundo cavilé que si le hacía afrontar la cuenta generaría más compromisos, así que me callé y me quedé pensando una solución. Se me ocurrió que podía hablar con el barman -que parecía haberse transformado en mi admirador-, pero no me dio.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Voy al baño -anuncié, porque tenía que mear y de pasada lavarme la cara. Salir del caos de música, luces y fantoches danzantes me ayudaría a pensar con más claridad.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Estaba orinando de pie frente al mingitorio cuando una ráfaga de aire fresco me hizo volver la vista. Una ventana abierta, lo suficientemente grande para dar espacio a mi humanidad. Me asomé, y comprobé que daba a unos cuantos pasos de la calle lateral. Pensé durante unos segundos si era muy indigno huir como rata por tirante. Unos cinco segundos -los suficientes para terminar de sacudir de mi pene las últimas gotas de orín-; a continuación pisé en un lavabo y pasé medio cuerpo por la ventana. Cuando me afirmé para dar el salto final a la libertad, el lavabo cedió y se rompió un caño, dando lugar a un verdadero torrente de agua. Pero yo ya estaba cayendo del otro lado sobre mis pies. Iba a salir caminando, con cierta clase, la que suelo mantener incluso frente a mí mismo. Pero a la luz de los destrozos, y con la grandota esperándome para formalizar, corrí como conejo. </span></div>
</div>
Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-44289763413733881572011-12-23T22:54:00.005-03:002011-12-23T23:04:40.042-03:00LA PREVIA DEL CLÁSICO PLATENSE<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJTMVJU_Hd4pTSSC7vvHH6IGP5P9NqDsMBuCR6CTIFgD_FlmXovMqSGJt5mV1Rn7et5VPeiHeYi8w2EFPMW0kYJmnReeChHJ06wayu_Moe7slrZvEaFjEV2pGVZvUBrwrYFsPB7MJKkv8/s1600/apollinaire.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" rea="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJTMVJU_Hd4pTSSC7vvHH6IGP5P9NqDsMBuCR6CTIFgD_FlmXovMqSGJt5mV1Rn7et5VPeiHeYi8w2EFPMW0kYJmnReeChHJ06wayu_Moe7slrZvEaFjEV2pGVZvUBrwrYFsPB7MJKkv8/s1600/apollinaire.jpg" /></a></div>
<span lang="EN"></span><br />
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Una tardecita iba llegando al bar y vi que la mujer del bolichero estaba baldeando la vereda con acaroína, seguro que a algún pendejo se le había ido la mano con el escabio y le había vomitado cerca de la puerta. Todos esos noveles curdas deberían hacer un curso propedéutico puertas adentro y salir a chupar una vez conseguido el mínimo plafón, para no joder al prójimo. Entré y me alegré de ver a Pepe y a Abdul tomando birra y morfando una picadita.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Hola, muchachos, ¿qué onda?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Hola, vieja, acá andamos. Un poco ansioso, viste cómo es la cosa... –me respondió Abdul.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué cosa? –Pregunté, mientras le zarpaba el vaso a Pepe y le pegaba un buen trago. Todavía hacía mucho calor.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Cómo, boludo, ¿no sabés que mañana se juega el clásico?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué clásico?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Pero en qué planeta vivís? Gimnasia/Estudiantes, loco.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sabés qué pasa, Abdul –aclaró Pepe-, para el kía éste el único clásico es Platón, o alguno por el estilo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Como para vos el tetris, pelotudo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No te hagás el boludo y devolveme el vaso.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tá bien, canuto, ahora me pido otra. Che, Abdul, aflojá, no te vas a poner nervioso por eso.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, ¿no? ¿Y por qué me voy a poner nervioso, a ver? Aparte no estoy nervioso, estoy ansioso. Ansioso por romperles el culo a esos pinchas sucios. En la cancha y afuera de la cancha.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Gallego, me traés otra birra y un vaso! La verdad, es increíble que te vuelvas tan loco con esa historia.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Es una pasión, boludo, qué vas a entender vos, si sos más frío que un pescado. ¿Sabés lo que se siente cuando entrás con los trapos cantando y después subís a la tribuna a alentar con los muchachos de la gloriosa 22? Vení, vas a ver lo que se siente, vieja.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, querido, ya fui y no me pareció la gran cosa. Pan y circo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Entonces fuiste a otro lado, jetón. En todo caso es choripán y fulbo, que es otra cosa. Aparte, ¿adónde vamos a parar, así? Este pelotudo que se pasa el día colgado de la computadora, vos que venís con no sé qué historia de la filosofía y qué se yo que moco de palabrerío para unos cuantos boludos que después salen a la calle y no saben dónde tienen el culo...</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">¡Andá a cagar! No sé que mierda hago acá hablando con dos pajeros mentales.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Llegó el gallego con la birra y un plato de maníes. Pepe aprovechó y le dijo:</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Che, gaita, ¿no se te ocurrió poner una computadora acá?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Para? –Preguntó sorprendido el Gallego.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No le des pelota, está mamado –terció Abdul.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Cómo, para... ¿No viste que la onda ahora es de los cyberbares?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Ciberqué?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bares con internet, gil. De pasada te hacés una moneda extra.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No le des pelota, te dije.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mirá, Pepe, acá me parece que la mano viene por las barajas, viste. Este es un bar tradicional, un centro de fomento barrial. A mí dejame de pelotudeces. Si querés bar con aparatitos andate al centro.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Epa, loco, ¿así se trata a los clientes?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tiene razón, gil –lo increpó Abdul. -Si querés maquinitas, andate a 8 y 48, ponete una escafandra, conectate y dejate de hinchar las pelotas.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El Gallego se fue, meneando la cabeza. Pepe masculló algo acerca de los reaccionarios de siempre que ponen palos en la rueda del progreso, y sirvió la cerveza. Abdul miró el escaso contenido que quedó en la botella luego de llenar los tres chops sin espuma y pidió otra más. Como venía la mano el Gallego iba a dejar un surco.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Que berretín, tenés, con la informática –comenté a Pepe.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Y, ya vez, cada uno con lo suyo. Éste, con el fútbol, vos con la filosofía y yo con una nueva herramienta que aleja los horizontes de las posibilidades de conocimiento humano.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿A qué te referís?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Cómo, a qué me refiero?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, boludo; ¿qué entendés por “conocimiento humano”? ¿Una simple sarta de información inmediata y aleatoria o la vieja cuestión gnoseológica?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Si se van a poner a hablar pelotudeces, me voy a la mierda –dijo Abdul.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Conocimiento, Cratilo, conocimiento. Me parece que hay una única interpretación para esa palabra.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Entonces no podemos seguir hablando.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Claro, me había olvidado que según tu criterio no se puede hablar de nada. Te gusta hacerte el difícil.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-El difícil, y una mierda –respondí, algo airado. -Si hay algo que me molesta terriblemente es que me digan que me hago el difícil.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Por algo será.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Si, porque a la mayoría le gusta simplificar todo y refugiarse en una isla de insensateces tan ficticia como intrascendente.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Eso, vieja -intervino Abdul-, a mí me gusta simplificar todo, y si no se dejan de hablar boludeces les voy a simplificar la dentadura, la reputa que los parió.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Dejamos de discutir, ya que las amenazas de Abdul solían efectivizarse en forma contundente y sin dejar resquicio a segundas interpretaciones.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En eso entraron cuatro tipos que no solían frecuentar el lugar y se sentaron en la mesa que da a la ventana de la 41. Uno de ellos llevaba puesta una camiseta de Estudiantes. Abdul puso cara de oler mierda y lo miró con expresión de rottweiler enfurecido.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">No hacía falta ser Nostradamus para vaticinar lo que vendría. Pepe entonces comenzó a hablar nerviosamente acerca de las ventajas que venían aparejadas con la creación del espacio informático, aunque la intención velada era distraer la atención de Abdul. Yo comencé a hablar de la relación directa con los objetos y me puse a especular acerca de lo que hubiera dicho Berkley en caso de haber conocido el concepto de realidad virtual, aunque la intencionalidad de mis comentarios tenían idéntica función subrepticia que los de Pepe. Mas el rottweiler había focalizado su presa, y no escuchaba nada de lo que estábamos diciendo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Abdul, dejate de joder –le dije-, no le des bola.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mirá, vieja, que venga y se siente acá en nuestro bar con esa camiseta mugrosa vaya y pase, pero donde se ponga a hablar giladas te juro que voy y le rompo todos los huesos –me respondió en un tono lo suficientemente alto como para que lo escucharan todos los presentes. Un par de curdas y el Gallego pararon la oreja y miraron algo preocupados. Los de la mesa del pincha se sonrieron como al tanto de algo que solamente ellos sabían. El pincha llamó al Gallego y le dijo algo en voz baja. El Gallego volvió al estaño, destapó dos cervezas y las trajo a la mesa nuestra.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Quién te pidió algo? –Le preguntó Abdul, al tanto de la maniobra.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Invita el señor de aquella mesa –aclaró el Gallego, intentando imbuir de un ánimo componedor a sus palabras.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Señor de la concha de su madre. Llevate eso de acá o rompo todo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Eh, pará, dejate de joder –traté de calmarlo, mientras manoteaba una de las birras y me servía. Fui a escanciar en su vaso y él lo sacó de modo tal que tiré un poco sobre la mesa.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Salí, puto, ni que fuera la última birra del mundo. ¡Che, pincha del orto, metete la birra en el culo! ¿Me oís, homosexual?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El pincha se dio vuelta y preguntó:</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿A mí, me decís?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-A vos, puto, metete la birra en el orto.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El pincha levantó su chopp a manera de brindis y continuó conversando con sus amigotes. Nosotros nos quedamos mirando a Abdul que no les quitaba la vista de encima. Para colmo el pincha, si bien en principio se había morfado la puteada como un duque, empezó a hablar en voz alta también y a decir cosas como que los triperos eran unos muertos, que nunca habían ganado nada y que nunca iban a ganar.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Abdul comenzó a mover la pierna descontroladamente, en una descarga a tierra previa a otro tipo de descarga –de golpes-, síntoma que yo ya conocía </span><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">desde hacía mucho. Era como una manera de cargar el compresor que después arrojaría un infierno de destrucción. Como la atmósfera que se va cargando antes de descerrajar el rayo. Para colmo el pincha seguía con su perorata, ajeno a la hecatombe que se estaba echando encima. De repente Abdul se incorporó, abrió sus brazos al cielo y exclamó:</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡GRACIAS, BARBA, POR HABERME MANDADO ESTE PEREJIL DE APERITIVO POR LOS PINCHAS QUE ME VOY A COGER MAÑANA!</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y se dirigió a paso resuelto a la otra mesa. El pincha lo vio venir y se paró como para pelear, pero Abdul dio dos o tres pasitos de corrección como los tenistas y lo embocó de manera que el loco salió a través de los vidrios y cayó en la vereda, como en las películas. Sólo que éste se debe haber hecho </span><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">mierda en serio. Uno de los otros lo agarró de la remera nada más para que Abdul lo cogotee y lo lleve como chicharra de un ala a lo largo del salón. Antes de llegar a la pared se llevaron puesta una mesa de mus y botellas, cartas y porotos rodaron por el salón, más un viejo que quedó en el camino y se fue con silla y todo al piso. Mientras Abdul cacheteaba a su presa y le anunciaba la paliza que le iba a dar, otro de los tíos salió con intenciones de agarrarlo de atrás. Yo salté como un resorte y lo agarré del hombro, lo di vuelta y lo serví. Entonces escuché un estallido de vidrios; y de pronto, todo estaba detenido.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Me encontré de pronto en un universo congelado.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">La inmensa mano derecha de Abdul estaba levantada y a punto de ser estrellada contra la cara del demudado contrincante, que había paralizado una mueca de espanto ante el descalabro inminente. Me salí de mi cuerpo como de un capullo pegajoso y pude asistir atónito a la imagen de mi asesinato, es decir, vi perfectamente el impacto de una botella de Quilmes en mi occipital, y al cuarto pincha que me la había surtido de atrás. Era impresionante de observar los fragmentos de vidrio flotando en el aire, la cara de Pepe –alucinado para siempre unos pasos detrás de mi agresor-, la expresión de fastidio e ira del Gallego -por razones obvias-, el vejete que había rodado a causa de la enjundia de Abdul tratando de reincorporarse desesperado, etc. etc.. De los muebles y esas cosas no hago mención porque generalmente no se mueven, si no son movidos; entonces no llamaba </span><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">la atención que se quedaran quietos. ¿O debería?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Examiné mi rostro. Tenía los pelos un poco volados, por el impacto. Los ojos parecían a punto de salir despedidos de sus órbitas, y mi boca se había contraído en un rictus que la hacía verse como de pez. Me pareció macabro quedarme observando la escena de mi muerte, así que salí a la calle para tratar de ver de qué se trataba todo aquel asunto. </span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Afuera, la misma historia. Autos en mitad de la calle con conductores como maniquíes, un perro orinando contra un árbol una hipérbole amarillenta para toda la eternidad, el humo del escape de un ómnibus de la 561 como sombreando una pintura citadina, gente caminando en posiciones en las que jamás podrían haberse quedado estables si no hubiese sido por el stop existencial. ¿Eso era la muerte? ¿Una especie de yo, idéntico al anterior pero convertido en un fantasma móvil en medio de un universo inmutable? ¿O simplemente me había desmayado y tanto boludear con Parménides estaba soñando insensateces hindoeuropeas? En todo caso, me producía un gran fastidio la situación, ya que parecía que después de la vida terrena había todavía menos certezas, y para colmo se me daba como que el mundo era incluso mucho más aburrido e igualmente inalcanzable, cual si una especie de toque de Midas nefasto desde el mero principio me hubiera sido dado a través del botellazo. Pensé entonces en tratar de buscar el lado positivo de aquel asunto, mas aún devanándome los maltrechos sesos, me fue imposible. Condenado a una eternidad de movimiento vacuo entre la omnipresente quietud, hice lo que hago siempre que me pongo nervioso: caminar. Y fue de ese modo que descubrí algo, que no sé si es muy importante pero, ya que estamos, se los comento. Iba por la diagonal 73 bajando hacia Plaza Moreno cuando me percaté que en esa dirección algo me hacía más pesada la marcha de modo ostensible. Caminé entonces en dirección contraria, y la cosa se tornaba mucho más llevadera, a pesar que iba en subida. Era de lo más loco, me hizo pensar en la eventual verosimilitud de la teoría que se refiere a los llamados centros magnéticos. Mas enseguida me avivé: era el viento. Ya sé, ustedes dirán que el viento es aire en movimiento, y toda esa historia de la presión atmosférica y los ciclones y anticiclones. Pero yo sé que no es así. El viento es un vector de fuerza que responde a entes que están más allá de los fenómenos perceptibles para el ser humano vivo y en vigilia. En todo caso estos vectores son los que después mueven el aire, o crean presiones diferentes aquí o allá, o lo que quieran. El aire estaba quieto, el vector trascendental seguía operando. Tal vez el alma sea una cosa así, un vector que no obstante la detención de los epifenómenos ilusorios sigue operando en un nivel distinto, pero anclados irremediablemente sus sentidos en la única realidad operativa perceptualmente hablando y que ha devenido inmóvil. Dinámica fantasmal y aleatoria encerrada en un continente rígido ad infinitum.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Entonces oí nuevamente el estallido vítreo que me había arrojado a aquel paréntesis en lo mudable y todo fundió a negro, un negro tan total y absoluto como jamás puede la imaginación figurarse. A poco estaba volviendo al mundo congelado cuando el botellazo sonó otra vez, atravesé otra zona de máxima oscuridad y de pronto me encontré mirando el techo de un hospital. Resulta que había estado dos días en coma, y superé un par de crisis en las que habían tenido que darme con el desfibrilador. Tuve un coágulo que afortunadamente se reabsorbió, y tal parecía que la cosa no iba a pasar a mayores.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Minutos después que recobré el conocimiento apareció mi vieja. Hacía fácil seis meses que no la veía. Para no perder la costumbre, sin abandonar ni por un momento ese tono de ternura que en realidad es el mero camouflage de ingentes psicopatadas, comenzó a lloriquear y a preguntarme cuándo iba a dejar la vida miserable que llevaba.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mamá, dejame de joder, me duele la cabeza -fue toda mi respuesta. Ella lloriqueó un rato más y después se fue. Hasta dentro de seis meses.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Al otro día cayó Pepe.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Mirá, boludo...! –Me dijo.- Parecés el dibujo ése que le hizo Picasso a Apollinaire cuando le estalló un obús cerca del balero.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, vos reíte, la puta que te parió. Bien que te quedaste en el molde como el cagón que sos. Tengo la imagen tuya grabada: mientras me la daban de atrás vos estabas a diez metros y sin ninguna intención de ayudarme.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y cómo voy a pensar que el mierda ése te iba a dar un botellazo?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y para qué iba a venir de atrás con la botella? ¿A convidarme? Andá, cagón, buscate otra excusa. Pero igual dejá, ya sé con los bueyes que aro.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, en serio, chabón, no me dieron tiempo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tá bien, dejalo ahí. ¿Y cómo terminó, la historia?</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Y cómo va a terminar! Abdul vio cuando te bajaba el otro y casi los masacra a los tres que quedaban en pie. Todavía está en cana. Te manda saludos. Vos podés creer que el hijo de puta dice que por culpa de los tipos ésos se perdió el clásico, y que cuando salga los va a buscar y los va a matar en serio...</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, puedo creer. Yo que esos tipos me voy del país.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Estuviste jodido, me dijeron.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, estuve jodido, pero espiritualmente. Lo otro fue un viaje de ésos que los yanquis después escriben libros y se los venden a los bobos, con títulos tales como “Hay vida después de la muerte”, y ese chamuyo.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y qué viste? Contame, dale.</span></div>
<div align="justify">
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, papá. Si querés te doy un botellazo.</span></div>
</div>Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-29284295239855181432011-12-16T21:35:00.003-03:002011-12-16T23:19:06.467-03:00A SANGRE CALIENTE<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"> <br />
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="float: left; margin-right: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiiZzxB5dFNT_JeTfZw7sFiG8m4BIGOHMEUo6TppsLHxNqhloxsrQKc02VqOAa9krlDn-UZtA7lVFr9LqY2v-u1iw2EqFsjQDVOkuwKUKvlglSfa0YUXY2k-FIcIPAPMzlYtqsglPqfnY/s1600/Olga+Levchenko.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="271px" oda="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiiZzxB5dFNT_JeTfZw7sFiG8m4BIGOHMEUo6TppsLHxNqhloxsrQKc02VqOAa9krlDn-UZtA7lVFr9LqY2v-u1iw2EqFsjQDVOkuwKUKvlglSfa0YUXY2k-FIcIPAPMzlYtqsglPqfnY/s400/Olga+Levchenko.jpg" width="400px" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Olga Levchenko</td></tr>
</tbody></table> <span lang="EN"></span><br />
<div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Dolores estaba sentada frente a la ventana del living de su casa paterna, mirando con melancolía la extensa plantación de girasoles surcada por el camino de tierra que llevaba a la ruta, medio kilómetro adelante. Melancólica, por cuanto la rigidez de la formación que sus padres le habían impuesto le impedía interactuar con jóvenes de su edad, y ya iba por los diecinueve. La de por sí férrea restricción moral se había agravado cuando, dos años atrás, había quedado embarazada. Tal vez haya sido espontáneo, pero ella se inclinaba a pensar que el aborto había sido resultado de la feroz golpiza que le propinó su padre. Y ello ante la mirada de aprobación e injurias de parte de su madre. Así que todas las tardes, cuando ellos y su hermano menor iban al pueblo de compras, o simplemente a tomar un refrigerio con los vecinos, ella quedaba en casa. No era cuestión de llevar y exhibirse con la manzana podrida. Y su hermano, con máxima crueldad y haciendo gala de su presunta superioridad moral, vivía burlándose de ella y llamándola puta en todas las formas verbales que puede adoptar el epíteto. Lo odiaba a él, también. Su vida era melancolía y odio. Sólo gozaba de esa soledad que cada tarde, de 17 a 20 más o menos, le permitía sentarse a ver el ocaso en soledad y masturbarse, según los dictados de su sangre joven y reprimida. Comenzaba a acariciarse suavemente, mientras pensaba en un apuesto joven quien, cual príncipe azul, vendría a rescatarla de su familia. Imprimía más energía a sus caricias figurándose toda clase de posiciones amatorias con aquel justiciero, quien luego procedía a matar brutalmente a su maldita familia; ello en sincronía con los solitarios, explosivos y largos orgasmos que la ilusoria masacre le provocaban. </span></div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cosme viajaba hacia el sur, con lo puesto, viviendo de la caridad, y también de pequeñas changas (sólo las que su condición de prófugo de la justicia le permitían desarrollar sin levantar sospechas). Se había apeado del tren en aquel pueblo, que parecía tranquilo y amigable, acuciado por el hambre. Pero la presencia de numerosos agentes de policía rurales, insólita dada la poca entidad del casco urbano, lo disuadió; así que caminó solapadamente hasta la ruta con la intención de conseguir algo en zonas más despobladas. Llegó hasta donde cruzaba una calle de tierra. A lo lejos, detrás de la plantación de girasoles podía verse una vieja pero señorial casa de dos plantas. Decidió probar suerte.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Dolores, que había comenzado a acariciarse según el cotidiano ritual, lo vio venir. Era alto, de cabellos rojizos y aparentemente muy apuesto, circunstancia que iba corroborando a medida que se acercaba. </span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Buenas tardes -saludó Cosme, cuando le abrió la puerta. -¿Tendrá usted algún trabajito, que pueda yo hacer, a cambio de comida o unos pocos pesos?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Algo debo tener. Espere un momento, ¿quiere? -Fue hacia adentro y volvió con un sándwich de pavo y una pequeña botella de vino tinto. Le indicó sentarse a una mesita en el porche, sirvió vianda y bebida y se sentó a su lado.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Coma, primero. Después hablamos del trabajo.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Por mí, está bien. ¿Vive sola?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Por qué lo pregunta? -Inquirió a su vez, por cuanto no había perdido de vista la eventual peligrosidad del visitante.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Porque una mujer tan hermosa como usted no debería brindarse tan confiadamente a un desconocido, en un paraje desolado como éste, si me permite la observación.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Oh, gracias por lo de hermosa, pero por más que lo fuere, no ando desvalida por la vida -respondió, en tanto extraía desde detrás de su vestido un .38 largo pavonado con cachas de madera y lo sopesaba en su mano derecha. -Éste es del bastardo de mi padre. </span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, así es otra cosa. Me parece muy prudente, sí -y pegó un ávido mordisco al sándwich. -¿Y por qué llama bastardo a su padre?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Porque es un cerdo. Y mi madre es una puta barata que se hace la santurrona. Y mi hermano menor es una porquería de persona, digna de los padres que tiene.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, dicho así, me hace recordar a mi propia familia.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Entonces, puede que llegue a entenderme.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Eso puede tenerlo por cierto. ¿Adónde están, ahora?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-En el pueblo. Vuelven en un par de horas, más o menos.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ahá -volvió a morder el refrigerio, acompañando la masticación con un buen trago de vino.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tendría un trabajo para usted. Pero es un trabajo difícil, y eventualmente muy peligroso.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ésos son los que más me gustan, sobre todo porque suelen ser muy bien remunerados.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Por eso no se preocupe -aseveró Dolores, mientras sin soltar el .38 exhibía un voluminoso fajo de billetes grandes.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿A quién hay que matar? -Inquirió Cosme, medio jocosamente.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-A mi familia -respondió ella, con absoluta seriedad.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Estás hablando en broma, ¿verdad?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No. Estoy hablando muy en serio. Tenía pensado acabar con todos y huir, y supuse que con usted sería mucho más fácil.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Acabo de tutearte, por cuanto parece que en pocos minutos hemos entablado una relación bastante profunda. Podés hacer lo mismo.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Cómo es tu nombre?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Cosme.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, Cosme, yo soy Dolores. Y te aclaro que nuestra relación aún no es nada profunda. Simplemente te ofrecí que seamos cómplices. Mi intuición femenina rara vez me engaña, y si te propuse lo que te propuse es debido a que intuyo que no tienes demasiado que perder. ¿Me equivoco?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cosme, que había terminado su sándwich, tomó despaciosamente varios tragos de vino, encendió un cigarrillo y al cabo soltó su sopesada respuesta.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, no te equivocás. </span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Venís huyendo de la ley…</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Acaso sos adivina, o algo así?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, solamente soy una mujer a quien la imposibilidad de disfrutar de su juventud, y la desesperación consiguiente, le han permitido desarrollar otra clase de percepciones. Sublimación, que le dicen.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno. Así que yo me llevaría el dinero y tendría que arrastrarte en mi supuesta huída. En caso de que fuera cierto que estuviera huyendo, cargar con vos haría las cosas mucho más difíciles para mí, ¿no te parece?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Seguro. Mucho más difíciles, pero también mucho más placenteras. Sé como tratar a un hombre, te lo aseguro.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, dicho así, tal vez decida correr el riesgo. Dejámelo pensar.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Otra cosa, que quizá pueda parecerte trivial, es el modo en el que quiero que los mates.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y por qué no los matás vos?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Primero, porque no sabría cómo huir, ni siquiera sabría como destruir las pruebas. Vos sabés, los policías de por acá no son muy idóneos, pero no quiero correr riesgos. Y segundo, y fundamental, no podría consumar la venganza en los términos en los que la he venido imaginando desde hace mucho tiempo.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Y cómo sería eso?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Que los mates mientras tenés sexo conmigo frente a su vista.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡¿Cómo?!</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ya tendremos tiempo para hablar de las castraciones y humillaciones que me hicieron padecer. Yo, en lo inmediato, me preocuparía por desarrollar el plan. Eso, si es que aceptas. Si no, podés marcharte por donde viniste.</span></div><div align="justify"><br />
</div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">2</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Dolores se masturbaba suavemente, sentidamente, ante los desorbitados ojos de Cosme, quien a la sazón y como podrán imaginarse, hacía mucho tiempo que no estaba con mujer alguna. Y la belleza de las formas de esa muchacha, y sus gestos leves de placer producto de las caricias que ella misma se propinaba, lo llevaban una y otra vez al borde de la eyaculación. Así es que recibió con beneplácito en sus oídos el motor de la camioneta que se detenía frente a la casa. Escuchó algunos diálogos y se ocultó detrás de un biombo con motivos orientales.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡¿Qué estás haciendo, puta de mierda?! -Preguntó a voz en cuello quien era seguramente el hermano menor. -¡Papá, mamá, vengan a ver lo que está haciendo la puta ésta! -Los padres no tardaron ni dos segundos en ingresar a la sala, sumándose a los insultos e imprecaciones. Cosme se asomó, y pudo ver la lascivia y la satisfacción con que la desnuda ninfa les dedicaba una soberana paja. Y también vio al padre acercarse a ella en actitud de ataque.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Yo que usted no haría nada de eso -le dijo, al tiempo que salía de su escondite y lo apuntaba con su propio revólver. -Dolores, por favor, ayudame a amarrarlos a las sillas.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Mientras ataba a su padre, tal lo previsto, éste comenzó a amenazarla y a insultarla de nuevo. Ella lo escupió en la cara, y terminó con su cometido. Su madre y su hermano, congelados por el miedo, no opusieron resistencia ni dijeron una sola palabra.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ahora amordazalos, mientras me desvisto -Dolores obedeció, rápidamente, con la urgencia propia del frenesí ardiente de su sangre. Luego se puso sobre sus rodillas en el sillón, ofreciendo platea preferencial a su odiada familia; y Cosme, ávido como quizá nunca antes, ante ese templo del deseo que encarnaba el adorable cuerpo desnudo y entregado de ella, la penetró con fuerza. Los gemidos y expresiones de placer lo volvían loco de pasión, y cuando sintió que ella iba alcanzando el primer clímax, disparó a la cabeza del hermano. Un tremendo amasijo de sangre y sesos salpicó la pared detrás del joven. Dolores entonces, entre gritos de gozo, y apretando fuertemente su pelvis contra la férrea erección, entregó su primer y desbordante orgasmo. Y el macabro coro de <i>¡Mmmmhhhh! ¡Mmmmhhhh! </i>de sus padres desesperados fue música celestial para sus oídos. Tanto que a continuación, y casi sin mediar tiempo alguno, anunció:</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Otra vez! ¡Oh, dios, otra vez me vengo! ¡Aaaahh! ¡Aaarghhhh! -Y apenas dio tiempo a Cosme, excitado más allá de toda proporción, a dispararle a su aterrada madre.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">El padre, casi perdiendo el sentido, ya ni siquiera gemía. Tenía los ojos en blanco, inyectados en sangre. </span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Si querés echártelo adelante del vejete, apurate, que me parece que se va a infartar -señaló Cosme, y eso encabritó a su partenaire, quien no tardó en volver por sus furores uterinos, cada vez más entregada a ese puro deleite que la vida le devolvía a modo de revancha. Justo antes del tercer e increíble polvo, Cosme gatilló por última vez. El padre pareció despedirse de la vida saludando con la cabeza.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Dolores tomó la mano justiciera de su salvador, del cual -y a partir del sexo tan espectacular como dramático- acababa de enamorarse perdidamente. Tuvo una descarga más, y tomó la mano que sostenía el .38 para llevarse el caño a la boca, de puro reconocimiento fálico a la herramienta que la había liberado.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Esperá un poquito, el fierro aún está caliente -dijo él.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Cuál?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Los dos.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Qué bueno. ¡Más, así, por favor, así! -Y se llevó el caño a la boca y comenzó a lamerlo con una sensualidad que estremeció a Cosme. Era una hermosa mujer, y caliente. Correría el riesgo que implicaba llevarla consigo. A su modo, el de tipo duro, él también había comenzado a sentir algo que según sus códigos se parecía mucho al amor. -¡Ashí, ashí! ¡Mmmmmhhh, ashí! -Continuaba ella, con el cañón en la boca, lamiéndolo febrilmente y dejando entrar y salir suavemente el afiebrado miembro en su vagina. Y tuvo un orgasmo violento, que lo arrastró a él a soltar un flujo de semen que parecía no iba a terminar nunca. Pero sus crispados nervios enviaron una equívoca señal al cerebro, contrajo sus músculos e, involuntariamente, el arma se disparó. Dolores aflojó los brazos y su cabeza cayó hacia adelante. Cosme, no obstante la sorpresa, aprovechó el culo apuntando hacia arriba para descargar los últimos restos de su semen.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Se vistió, atolondrado por la enormidad de lo sucedido, tomó una botella de whisky y se la empinó tres largas veces. Recobró algo de aplomo. Salió al porche para ver si los estampidos habían alertado a alguien. Sólo quietud en la noche, y algunos ladridos demasiado lejanos como para preocuparse. Fue hasta el cobertizo, tomó una manguera y un balde y ordeñó bastante nafta de la camioneta. Limpió de huellas el tapón del tanque de nafta y se dirigió de nuevo al interior de la casa. El cuadro era bastante acojonante. Miró el culo, aún erguido, de Dolores y pensó <i>qué lástima, era en verdad un buen culo. </i>A continuación esparció estratégicamente el combustible, tomó el fajo de billetes, la botella y pegó fuego a la casa.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Luego caminó a través de la plantación de girasoles. Cuando oyó las sirenas ya llevaba varios kilómetros de distancia. Seguiría caminando a campo traviesa hasta que tomar un tren fuera más seguro. Y siguió caminando. Huyendo. Hacia el sur.</span></div></div>Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-5831023570755248294.post-67048485505232042062011-12-12T16:29:00.005-03:002011-12-12T16:59:18.587-03:00UN 9/11 MUY CALIENTE (Wall Street is fallin’ down)<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><table cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="clear: left; cssfloat: left; float: left; margin-bottom: 1em; text-align: left;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOOM_VYxujOdLrF3jZaQSBujx-rzdCd84Nb-E5pPpjODMFi8pw8rWKsmxLwXMoGOEbYNd67f5AnbKfKK-bnuLVAtnWG-pQ5nU8W-v03-hKCA30q0y-KExKH7krgHGuy4bpihpXkC2-1jI/s1600/Paolo+Eleuteri+Serpieri+%25282%2529.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; cssfloat: left; margin-bottom: 1em; margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" height="320" oda="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjOOM_VYxujOdLrF3jZaQSBujx-rzdCd84Nb-E5pPpjODMFi8pw8rWKsmxLwXMoGOEbYNd67f5AnbKfKK-bnuLVAtnWG-pQ5nU8W-v03-hKCA30q0y-KExKH7krgHGuy4bpihpXkC2-1jI/s320/Paolo+Eleuteri+Serpieri+%25282%2529.jpg" style="cursor: move;" unselectable="on" width="262" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Paolo Eleuteri Serpieri</td></tr>
</tbody></table><div style="border-bottom: medium none; border-left: medium none; border-right: medium none; border-top: medium none;"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Estaba soñando con un jeque árabe que me mostraba el tejido del universo, una especie de red elástica, orgánica y de un color verde pálido parecido al de los mocos de un resfriado, cuando sonó el teléfono. Me levanté a atender. Era mi madre.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Cratilo, ¿viste lo que pasó?!</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, Martha, me acabás de despertar.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Una avioneta chocó contra una de las <i>Twin Towers</i>!</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿En serio? ¿Fue un accidente?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No sé, parece que sí.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, gracias. Ahora enciendo la TV.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Cómo estás, hijito? Te escucho la voz muy tomada.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ando bien, pasa que me acabás de despertar.</span></div><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><em>Ando bien.</em> Claro que era una gran mentira, tendiente a evitar que viniera a casa. Durante la noche había tenido mucha fiebre, había dejado la cama empapada. Y no se me había pasado, a lo que habría que agregarle una daga clavada en mi garganta y mucha desagradable mucosidad. Viene de mocos, qué va’cer… encendí la tele, me preparé un té caliente con un buen chorro de whisky y me disponía a tomarlo cuando vi en la pantalla un gran avión de línea estrellándose contra la otra torre, y me dije<em> esto no es un accidente, no señor.</em></span><br />
<div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Psicodrama global con fiebre. Tal vez no hubiese sido mal plan, pero me sentía para la mierda. Y esto lo digo sin referirme A OTRA COSA que al punto de vista del espectador mediatizado, al menos por ahora. Es que esta cultura funciona así; primero le damos un puñal a un loco peligroso a través de los barrotes, luego entramos en la jaula y nos quejamos porque nos apuñala. Joder. Fuck. Porra. Carajo, e ignotos etcéteras.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Era todo muy desquiciante. El té me hacía sudar como testigo falso, mientras veía una y otra vez las imágenes del <em>World Trade Center</em> trepidando ante insospechados proyectiles. Comí un pedazo de queso rancio y me serví el whisky, ahora puro. Había mucho germen y bacteria que matar. Recordé entonces que poco antes había escrito una poesía que mencionaba a las <em>Twin Towers. Twin Towers no son Karnak</em>, decía el verso. Andá a saber qué mierda quise significar. Me arrojé sobre el colchón atado que hacía las veces de puff, me tapé un poco con una manta; me dediqué a ver el frenesí criminal y a beber el whisky despaciosamente. Por desgracia, el estado calamitoso me impedía fumar. </span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Oí unos pasos rápidos subiendo la escalera. Tocaron a la puerta.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Está abierto -dije, siempre tan aprensivo. Era Patricia, una vecina de abajo, que dos por tres venía a tomar unos mates y hablaba pelotudez tras pelotudez. La toleraba solamente porque era un bruto espécimen de hembra natural, bastante potable según exigentes cánones; que ciertamente, no eran los míos. </span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Viste lo que pasó?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Estaba viendo, sí.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Estás bien?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Recuerdo días mejores.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Estás hecho mierda, boludo, ¿qué tenés?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Una gripe machaza, creo.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Llamaste al médico?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, solamente lo llamaré cuando necesite un certificado de defunción.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ves que sos un idiota… ¿Tenés antibióticos?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Te voy a comprar, pero sabés que si tomás antibióticos, no podés tomar alcohol…</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Paso, entonces. Unas aspirinas y a la porra.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pobrecito -dijo con ternura maternal, se sentó al lado y empezó a acariciar mis transpirados cabellos.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Viste, qué hijos de puta, loco, los chabones ésos. </span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Cuáles?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Los que hicieron esta masacre, boludo, quiénes van a ser…</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mirá, todo crimen me resulta nefasto, pero lo bueno de esta película es que no sabés de antemano quién es el malo.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡¿Pero como podés justificar…?!</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Te dije que no estoy justificando nada!</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Está bien, no te agités, mirá como estás… estás empapado. Destapate un poco, te vas a deshidratar. </span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Me dan chuchos de frío.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, destapate un poco que te hago unas friegas.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Unas friegas?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale, dale, a ver… -me sacó la manta y me desprendió la camisa. -Mirá cómo estás, hecho aguas. -Y se puso a fregarme con ambas manos.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, esperá, esperá, estoy que apesto. Dejame ir a bañar, primero, aunque sea.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Pero qué te creés que vamos a hacer? Dale, te dije que no te agites. ¿Vas sintiendo el calor? </span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ni te cuento.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No te hagas el boludo, eh. ¿Acaso no sabías que soy instructora de Reiki?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Seguí otro ratito que me hago budista.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, tenés los ojos que parecen los de un japonés con fiebre mirando al sol. ¿Sentís o no sentís el calor?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Seeeeé, mami, cómo no. Sobre todo éste, -respondí, mientras le mostraba el creciente bulto en mis pantalones.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Salí, degenerado! -Exclamó, mientras me daba un coscorrón. -Portate bien que no te curo más, eh.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, dale, curame, curame.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Pero tanta friega, mas la desfachatez de mostrarle que, aún maltrecho de fiebres y azotes gripales, era capaz de reaccionar, la llevó a describir círculos de friega cada vez más amplios, y yo, caliente por naturaleza y encima más caliente por fuerza de las infecciones, respondía gimiendo e intentando leves torsiones lumbares para manifestarme estimulado. Podía sentir cómo los impulsos de la libido crecían en su interior, y como su respiración se hacía cada vez más pesada. Cuando me pareció, a tenor de la calentura evidentemente contagiosa, que el cervatillo había tomado bastante fuego, saqué mi enrojecida y febril herramienta y se la mostré, flagrante erección en un tan lamentable marco físico, al tiempo que le preguntaba:</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Mirá, ¿te la vas a perder?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Entre, nosotros, ni loca. Pero no le cuentes a nadie -y se apresuró a agarrarla y metérsela en la boca.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Vos tampoco -dije, y la tomé de los rulos. Por primera vez desde la noche anterior, me sentía bien, o tal vez me olvidé de lo mal que me sentía. Le avisé que si seguía no respondía por mis actos y juro que nunca vi a nadie desnudarse tan rápidamente. A continuación se arrojó sobre el colchón boca arriba, exhibiendo sus tesoros vaginales, para ser penetrada en la forma más tradicional, piba de barrio al fin.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Estás loca, acá el enfermo soy yo, así que vení y movete.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Vino. Y se movió. Y se movió. Y se movió. Y se movió. Y se movió. Ysemoviósemoviósemovio SEMOVIÓYSEMOVIÓ Y AHHHHHH.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Después me decís que no me agite -le reproché, mientras intentaba controlar el ritmo respiratorio, entre toses incluso.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No seas caradura; vos, empezaste.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En la tele hablaban de otro avión aparentemente derribado en Pennsylvania, creo.</span><br />
<br />
</div><div><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span><br />
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><em>The night they drove old Dixie down</em></span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><em>And the people were singing</em></span></div><div><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><em>La la laralaralá, lá la lá la lá.</em></span><br />
<span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Venía cantando Renato, a viva voz, por la escalera.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Ups! Perdón, no sabía que estabas acompañado -dijo, luego de entrar estilo Kramer, el amigo de Seinfeld.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Pasá nomás -le dije irónicamente.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Estaba acompañándolo -Patricia se apresuró a explicar lo que nadie le había pedido, mientras terminaba de ponerse en condiciones (?). -Está enfermo.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Vos sabés que yo también? -le espetó, con picaresca lascivia bien reforzada gestualmente.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Siempre el mismo idiota -se fastidió ella, y dirigió sus portentosas ancas a la cocina (antes de tildarme de machista, deberían atender a la emoción estética, mis queridas bestias -en el mejor sentido de la palabra-.)</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Loco, ¿cuántas veces te dije que golpees, antes de entrar.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Está bien, my fault. ¿Así que estás enfermo?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, loco, my fault una mierda. Entendela. No es tan difícil.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, ya está, man, ya te entendí. ¿Viste qué kilombo, los yanquis éstos?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, una locura. </span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Una locura? ¿Eso es todo lo que tenés para decir?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí, ¿qué soy, yo, analista de política internacional? Aparte tengo fiebre.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dejate de joder, Renato -terció Patricia, que estaba preparando el mate.-Está mal en serio, el loco. No lo hagás hablar mucho, y menos lo pongas nervioso.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ah, cierto que vos lo cuidás. OK, chicos, sigan sin mi -dijo, retirándose hacia la puerta, y volviéndose, agregó: -Y Patricia, cuando me sienta mal te aviso -y le guiñó un ojo. El mate de lata voló y golpeó la puerta -que casi terminaba de cerrarse-, dejando una estela verde de yerba que se desparramó por todos lados. Menos mal que estaba todo hecho una mugre, igual.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Será pelotudo, el guacho ése -me dijo, como excusándose por su actitud intempestiva.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Es, pelotudo. No te hagás problema.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Comiste algo?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sí.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué comiste?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Un pedacito de queso, que tenía en la heladera.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-<em>Un pedacito de queso, que tenía en la heladera</em> -me remedó, con tono gutural y aires oligofrénicos. -Eso no es comer, y menos en tu estado. Voy hasta casa a traerte una comida adecuada a tu estado.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Patricia era una buena mina, estaba refuerte y encima sabía aprovechar los estados de necesidad de su objetivo; o sea, su seguro servidor, que a estas alturas estaba colmado de regocijo y agradecimiento.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Acababa de caer la primera Torre.</span><br />
<br />
</div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"><em>2</em></span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Luego de tomar una consistente sopa y engullir bastantes verduras y pollo hervido, todo ello con un mistela -que no es mi locura pero que según ella era muy apropiado para los estados gripales-, comencé a transpirar a lo bestia.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Transpirá, que te hace bien -dijo Patricia, mientras me acariciaba los pegoteados cabellos.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Como si pudiera evitarlo… mejor me voy a dar una ducha.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Dale. Yo mientras voy llevando la TV a la habitación, así te acostás bien cómodo y yo te atiendo.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Ésa es la parte que más me gusta.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No te pongas como el imbécil de tu amigo, eh.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Mientras me desvestía para entrar en la ducha caliente, oí que Patricia hablaba con alguien. </span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Quién era? -Pregunté.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Un tal Pedro nosecuántos. Quería que leyeras unos poemas que escribió. Le dije que estabas enfermo, y que por unos días no estabas en capacidad de leer nada. ¿Hice mal?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No. Hiciste perfecto.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">A continuación, excitada, me gritó que estaba cayendo la segunda Torre. Bueno, hay gente más jodida que yo, pensé, y eso que trabajan en <em>Wall Street</em>. </span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Tomá, te dejo un par de toallas limpias.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No sé qué haría sin vos.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Mi segunda torre de autoconservación de soltería tambaleaba.</span><br />
<br />
</div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;"></span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">3 </span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Cuando entré al cuarto, encontré a mi vecina tirada en la cama mirando TV, bocabajo, en paños menores -por decir, ya que eran casi inexistentes-. El panorama era desquiciante. Cualquiera podía pensar que la suya era una actitud inocente, propia y natural entre dos personas adultas que acaban de intimar. Pero no creo en la inocencia más allá de los 14 años o algo así, según el caso. Aparte, semejante culo jamás podría apelar a la inocencia como salvaguarda, créanme. Así que dejé de secarme la cabeza y hundí el morro en el valle del pecado, enmarcado por unos portentosos y firmes glúteos. Intentó (o fingió intentar) detenerme, argumentando a partir de mi salud endeble.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¡Pará, loco, que estás enfermo!</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Enfermo estaría si me pierdo esta delicia -respondí, mientras seguía con mi nariz fuertemente apoyada en su orto y sacudiendo con la lengua el delicioso clítoris. No tardó en elevar las caderas, entre quejidos de placer, para presentar mejor blanco. Y eso redundó en un ruidoso orgasmo, el que -a tenor de los enviones adelante/atrás que daba con su rebosante coño- eliminó todo rastro de piedad por mí, por mi enfermedad, y por la integridad física de mi rostro y lengua (la que de quedar mal posicionada en uno de esos potentes embates vaginales, podría haber resultado seccionada por mis propios dientes). Entonces, ya asomando entre los extremos de la toalla atada a mi cintura, vi al amigo asomarse pidiendo pista. Y se la mandé hasta el fondo, receptiva como estaba, tanto que parecía hundir un cuchillo caliente en telgopor. Entonces los embates y los choques arreciaron, y los gritos y gemidos deben haberse oído en todo el barrio. Un polvo de la puta madre, bien caliente y con el <em>bonus track</em> de unos grados ganados a pura fiebre infecciosa. Tras lo cual me desmoroné. Patricia me tapó, y volvió a acariciarme. Otra vez estaba sudando copiosamente.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Así no te vas a curar más.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Si no me curo así, es porque se trata de un cuadro terminal. Creéme que es la mejor medicina que recibí en mi vida.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En la tele todo era desconcierto, incertidumbre, reiteración obsesiva de imágenes de edificios cayendo, sirenas, prematuros héroes, especulaciones políticas, rasgada de vestiduras, bravatas yanquis que escondían espurias y genocidas segundas intenciones -como vimos después-, en fin. Demasiado para un irregular mental enfermo y vapuleado por Eros y Afrodita.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Golpearon a la puerta. Patricia se levantó a ver quién era, aunque yo le dije que no diera bola. Era Salvador, el tipo que me alquilaba el departamento y vivía con su madre en la casa de abajo.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Qué hacés acá, Patricia?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-¿Te tengo que dar explicaciones a vos?</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-No, pero es que escuché…</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Me importa una mierda lo que escuchaste. Estoy cuidando a Cratilo, que está enfermo.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Como si no lo supiera…</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Bueno, tus ironías te las podés guardar. Aparte es bien contagioso, lo que tiene, así que yo que vos…</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Decile al tarambana ese que se acuerde de lo que arreglamos cuando alquiló.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Perfecto, le voy a decir al tarambana ése lo que dice el castrado de abajo. Andá nomás, andá con tu mamita -y le cerró la puerta en la cara. Volvió a la cama, se acurrucó a mi lado, y me preguntó si se había extralimitado.</span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">-Sos lo más -le respondí, satisfecho y agradecido. </span></div><div align="justify"><span style="color: white; font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">Y a continuación, colapsé.</span></div></div>Gabriel Cebriánhttp://www.blogger.com/profile/06100420392063608848noreply@blogger.com