jueves, 29 de septiembre de 2011

PAPELES ENCONTRADOS: ZAPPING SURRÉALISTE (1999)

Un chien andalou  

Estaba viendo Un chien andalou cuando tocaron a la puerta. Era un tipo que me hablaba de no sé qué milonga con Mastercard, mientras yo no podía salir del ritmo ni de la atmósfera de la película; así que me excusé y di un portazo. De vuelta en mi silla, advertí -no sin desazón- que el encanto se había roto: ya no me enganchaba con los delirios mudos de aquellos dos gaitas afrancesados, desnudistas de un dudoso inconciente. La intromisión repentina del MERCADO había acabado con la condición mental necesaria para apreciar el filme (una cierta ingenuidad con vestigios de inclinación a violencias intelectuales decididamente adolescentes a estas alturas, si convenimos con Spengler en su comparación de las culturas con organismos vivientes).
Seguramente la desbordante imaginación de aquellos “salvajes”, superreales a su pesar, jamás hubiera podido siquiera imaginar que varias décadas más tarde su película estaría dando dividendos a un canal de cable.
Zapeo. Sintonizo un canal de noticias nacional y me entero que un legislador se infartó, luego de agitarse ante los medios y a continuación tratar de entrar desesperado al Congreso saltando sobre un portón, a causa de una manifestación de trabajadores de la (propia) carne, mientras vociferaba “¡Yo siempre entré por la puerta grande!”; rara especie de bravo matador a contramano.
 

Apago el televisor
Los neurotransmisores exigen alguna sustancia que los equilibre
Ante la profusión de imágenes que corta el aire

Soslayo horizontes de corteza cerebral hiperestimulada
Un colapso genérico de epilepsias
Flasheantes como cartoons japoneses
 
Y después no sé,

(Especie de Nostradamus torpe e intoxicado.)