jueves, 16 de junio de 2011

MESA DE ENLACE INTERDIMENSIONAL

Fernando y yo estábamos tranquilos tomando unas cervezas, mientras hojeábamos y comentábamos un libro muy interesante que me regaló mi hija, de Beatriz Hilda Grand Ruiz, titulado África y el tambor cuando irrumpió el alter ego. Se lo veía como desencajado.
-¿Quién te corre? ¿Los cazafantasmas? -Preguntó Fernando, con aire risueño.
-Para mí que lo persigue Constantine, que dicen que es medio trolo.
-¿Por qué no se dejan de hablar pavadas? Vine porque esto se está yendo de madre. Me ponés a cargo de la correspondencia y no sé qué carajo responder.
-Mandá fruta, qué sé yo, ¿El tarado ése de Cratilo no tenía otro más boludo, para mandarme? ¿Ni para eso servís?
-No, tontito, pasa que estoy de acuerdo con lo que dice la mayoría.
-¿Y qué dice la MAYORÍA?
-Que no te ajustás a ningún estilo, que pasás intempestivamente de esas taras filosóficas -que dicho sea de paso, ya te marqué la otra vez- a la chabacanería más absoluta, pasando por remilgos literarios, poéticos, políticos y cosas por el estilo de un escrito al otro. O sea, que si por casualidad a alguno le cabe un cuento, o un post, o lo que sea, no hace más que leer otro y desconcertarse, tanto como para perder interés en la obra general.
-Pasa que el chabón éste es como… no te digo Messi, pero como Angelito Di María -observó el negro. -Si no cambia el repertorio, los defensas se lo morfan.
-Yo diría que en realidad soy como un antibiótico de amplio espectro.
-Está visto. Mientras ustedes boludean yo me banco las puteadas.
-¿Tendrá algo que ver con la selección natural?
-¿Qué querés insinuar?
-Lo obvio. Primero que nadie te llamó, y segundo que, claramente, sos el más boludo de los tres.